CONOCIENDO ALBACETE | El Hostal Albacete

Albacete está plagado de edificios llenos de historia. Aunque muchos de ellos con el paso del tiempo han desaparecido, otros continúan de pie en la ciudad, testigos del paso del tiempo y del ir y venir de los albaceteños. De épocas diferentes, muchos inmuebles de la ciudad representan diferentes corrientes, y cuentan con estilos arquitectónicos variados y diversos que enriquecen el patrimonio cultural de la capital albaceteña.

Repartidos por diferentes puntos de Albacete, algunos de los edificios se han convertido en emblemáticos e icónicos símbolos representativos de la ciudad. Uno de ellos, es la propia vivienda de un destacado arquitecto albaceteño, concretamente de Ramón Casas Massó, quien fue arquitecto provincial desde 1891 hasta 1921, mismo año en el que falleció. Entre sus grandes obras destaca el Hospital Provincial de Albacete, que ya no se conserva, y por supuesto, su residencia, que después pasó a ser el Hostal Albacete.

Hostal Albacete / Foto: Miguel Ángel Romero

Situada en la calle Carcelén, a la espalda del Teatro Circo de Albacete, encontramos la vivienda de Ramón Casas, que más tarde albergó el Hostal Albacete. De la mano de Amelia González, guía de Turismo de Albacete y miembro de la asociación regional de Guías Oficiales de Turismo (APIT CLM), analizamos los detalles de este simbólico edificio de Albacete.

La residencia del arquitecto Ramón Casas

En este caso, el arquitecto albaceteño creó este inmueble con la intención de construir su propio hogar, y lo hizo “en el año 1904”, como matiza Amelia González, que añade que “en los planos originales, contaba con planta baja y dos plantas más”. A día de hoy, “ha sido modificado para nuevos usos, el último de ellos, el Hostal Albacete, aunque vemos huellas en la fachada de cómo era originalmente la construcción”, explica la guía albaceteña. Concretamente, de lo que un día fue la residencia de Ramón Casas, se puede observar “cómo ha cambiado la fachada y las variaciones de emplazamientos como la puerta y las ventanas”.

En cuanto a la fachada, esta es totalmente simétrica y destacan las líneas verticales y horizontales. En ella, podemos observar como “las líneas horizontales corresponden a cada planta, mientras que otra de ellas separa la planta baja de la parte principal para luego cerrarse con la línea de cornisa”, explica, y manifiesta que, por otra parte, “las verticales marcan las ventanas de la zona inferior, los balcones de la primera y las ventanas de la segunda”. Cabe destacar la puerta de acceso “con dos ventanas dobles. Una estructura que va repitiendo el esquema con los elementos de las plantas superiores”, señala a El Digital de Albacete.

Respecto a la fachada de la planta baja, donde se encuentra la puerta que da acceso al interior del edificio, podemos observar algunos cambios, fruto de las reformas que ha sufrido el inmueble para adaptarse a sus múltiples usos. En este aspecto, “en el plano original, la puerta estaba a la derecha y la parte central se situaban las ventanas”, apunta la guía de Albacete, que añade que “posteriormente se cambió para poner la entrada en el centro”.

Detalle Hostal Albacete / Foto: Miguel Ángel Romero

La huella de Ramón Casas en Albacete

Aunque el paso del tiempo y los diferentes usos de este inmueble han pasado factura, podemos observar algunos detalles que hablan de cómo era el original. “Si nos fijamos en los detalles de las molduras superiores, en los dinteles, podemos ver que el de la izquierda y el centro son iguales, marcando las líneas centrales, por lo que en este lugar había dos ventanas y en la derecha solo una abertura, en este caso, la de la puerta”, explica a El Digital de Albacete.

En cuanto a la decoración, podemos ver que “donde está el número de la calle, hay un dintel recto con una clave central y los laterales bajan enmarcando la parte superior de este vano”, manifiesta. Además, destaca que “la zona central se queda sin decoración, que es la que marcaría la separación de las ventanas dobles y la centralidad de aquellas ventanas”. Como curiosidad, cabe destacar que “el número 4, que es el número de la calle, todavía se conserva”, explica Amelia González a El Digital de Albacete.

La decoración del Hostal Albacete

Si miramos hacia arriba, la construcción nos conduce a “un pequeño elemento, cerrando esa decoración con unas piezas que sobresalen”, señala la guía, que añade que “limita una puntilla y encima de las puertas destacan en el dintel esos huecos que en la parte inferior estaban rellenos, ahora están decorados con una pequeña giralda para destacar la zona principal de la casa”. Por el contrario, en la segunda planta “vemos ventanas más pequeñas con una decoración más sencilla, sin pilastras laterales”, aclara a El Digital de Albacete. En lo alto del edificio, la guía destaca la cornisa “con unos modillones que sujetan el edificio, con el alero hacia fuera”, indica Amelia González.

En definitiva, se puede decir que el edificio plasma “la elegancia”, como explica Amelia González. Una característica que representaba este arquitecto albaceteño, y que ha quedado reflejada en este edificio de Albacete, que aún se conserva, conocido por los albaceteños como el Hostal Albacete.

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