Los edificios situados en el centro de Albacete, especialmente aquellos de la calle Ancha, invitan a los albaceteños y visitantes a llevar la vista hacia arriba para poder recorrer con la mirada todos los detalles de estas construcciones y contemplar los pequeños detalles de la decoración. Muchos de estos edificios están cerca de cumplir el centenario y forman parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
En esta ocasión, nos adentramos en el edificio de Julia Gómez Alfaro de la mano de Amelia González, guía turística oficial, presidenta de la Asociación Provincial de Guías e Informadores Turísticos de Albacete (AGITUR) y miembro de la Asociación Provincial de Guía de Turismo de Albacete. Construido en 1926 por Julio Carrilero, uno de los grandes arquitectos albaceteños, que dejó un legado palpable materializado en decenas de edificios en la ciudad. Precisamente, este 2024 se conmemora el 50 aniversario de la muerte de este arquitecto que dejó su sello por toda la capital albaceteña.
El edificio de Julia Gómez Alfaro es uno de los inmuebles que más llaman la atención en la calle Ancha, gracias a su elegancia y majestuosidad. Junto a algunas otras construcciones de esta calle albaceteña, este edificio es uno de los que invita a llevar la mirada hacia arriba y de los que da un toque especial e imponente al ‘skyline’ de Albacete.
El edificio de Julia Gómez Alfaro está situado en la esquina de la calle Marqués de Molins con la calle Concepción y está firmado por el arquitecto albaceteño Julio Carrilero. Durante los años veinte se construyeron varios edificios en Albacete que han perdurado hasta la actualidad, testigos del ir y venir de los vecinos de la ciudad en el centro de la capital albaceteña.
El edificio cuenta con una estructura muy particular, ya que presenta su eje principal en la esquina. Una peculiaridad que tienen en común algunos edificios de esta calle que se abren hacia dos vías desde el punto donde coinciden las mismas. En este caso, Carrilero, “aprovechó un solar en esquina para hacer un edificio de viviendas, que actualmente está rehabilitado”, manifiesta Amelia González, que señala “la zona de la esquina, ligeramente achaflanada, como eje de esta construcción”. Por este motivo, el inmueble cuenta con dos fachadas, una en cada calle, donde caben destacar algunas diferencias entre ellas.
La decoración de las fachadas
En lo relacionado a la fachada de la calle Marqués de Molins, existe “una distribución de las zonas laterales que enmarca la zona central”, indica la guía turística de Albacete, que añade que es algo que se hace notar especialmente en “la decoración de la zona principal”. Llama la atención la riqueza decorativa exterior y “la asimetría de la fachada que cuenta con dos zonas en los extremos que se remarcan con el frontal y enmarcan la zona central con los arcos decorativos”, señala, y manifiesta que “los balcones de la segunda planta tienen un pequeño frontón en el segundo y tercer piso y cuentan con algunos detalles más en los extremos”. Además, en la zona central hay “una parte con tres balconcitos en la segunda y tercera planta que enmarcan esta zona principal del edificio”, apunta.
En cuanto a la fachada de la calle Concepción, esta cuenta con más amplitud y “con una especie de juego con los balcones y la zona central”, como manifiesta la guía turística albaceteña, que destaca que “también tiene una zona de acceso al edificio que marca el centro de la fachada, sin contar con la esquina”. Aunque las fachadas son muy similares, “existen algunas pequeñas diferencias”, concreta.
La esquina como eje principal
La estructura de este inmueble es particular, ya que basa la construcción tomando la esquina con referencia y eje principal. Además, cabe destacar el mirador situado en la última planta, “que corona el edificio con un tejadillo con tejas brillantes en tono tornasolado”, como asegura la presidenta de AGITUR, que añade que “si tenemos en cuenta la imagen del edificio, podemos decir que la parte superior o la linterna es un elemento puramente decorativo”. De esta manera, el arquitecto consigue que “llegue a las seis alturas, aunque realmente son cinco, ya que cuenta con el bajo, un entresuelo y la zona principal, que serían la segunda y tercera altura”, manifiesta González, que puntualiza que “la cuarta planta hace las funciones de ático”.
En este mismo ático situado en la cuarta planta, “la decoración cambia y se van sucediendo pares de columnas entre las pilastras para enmarcar la parte superior”, manifiesta González, y explica que “la parte principal es la que marca la segunda y tercera altura”.
Pequeños detalles que marcan la diferencia
Cabe destacar un importante detalle en esta construcción, que forma parte de la decoración, como es la rejería, que “es impresionante”, manifiesta la guía turística de Albacete, que matiza que “no estaba contemplada en el proyecto principal, sino que se añadió después”. En un principio, en los planos originales se puede ver “una balaustrada en las plantas principales, más pequeña y discreta”, indica, aunque finalmente optaron por sustituirla por la rejería que ha perdurado hasta la actualidad.
Otro de los detalles llamativos de la decoración, está situado en la parte de arriba, que “en vez de ser como un antepecho totalmente cerrado, pasa a ser una balaustrada, que le da mucha más elegancia y ligereza”, explica Amelia González, que señala que “la parte de arriba en el proyecto iba a ser de otra forma, pero conforme iba avanzando la obra se fueron haciendo pequeños cambios”.
Este edificio forma parte de un conjunto de inmuebles de la misma época, situados en el centro de Albacete, incluso en esta misma calle, mandadas a construir por “la alta burguesía y por familias importantes de principios de siglo para mostrar esa riqueza y que sus edificios perdurasen”, señala Amelia González, que destaca la importancia de “cuidar el patrimonio albaceteño y no centrarnos en los grandes edificios que hemos perdido, para no perder de vista los que tenemos delante”.
El edificio de Julia Gómez Alfaro es una de esas construcciones que hacen especial la calle Ancha, junto a otros como han pasado a la historia como el edificio Legorburo, el del Hotel Central o la Casa Cabot, que invitan a los albaceteños a mirar para arriba mientras pasean por el centro de Albacete.
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// Foto: Miguel Ángel Romero //