El centro de Albacete es testigo de auténticas obras de arte. La capital albaceteña aguarda edificios muy característicos que embellecen el centro de la ciudad. En la conocida como calle Ancha de Albacete se pueden contemplar numerosos edificios con fachadas muy hermosas de las que pueden disfrutar los albaceteños. La mayoría de los edificios ubicados en esta zona son de estilo Modernista y aportan a Albacete una especial grandeza visual.
Siguiendo con los reportajes de los edificios más emblemáticos de la capital albaceteña, El Digital de Albacete dará a conocer algunas de las curiosidades que esconde el edificio de don ‘Agustín Flores’. Para saberlo todo acerca de este lugar tan emblemático, El Digital de Albacete ha contactado con Amelia González Mena, guía turística oficial de Albacete, presidenta de la Asociación Provincial de Guías e Informadores Turísticos de Albacete (AGITUR) y miembro de la Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Castilla-La Mancha (APIT CLM).
El edificio de ‘Agustín Flores’
El edificio se encuentra en la calle Tesifonte Gallego, haciendo chaflán con la calle Dionisio Guardiola. Es obra del arquitecto navarro Miguel Ortiz, también reconocido por crear la casa de ‘Alberto Sanz’, y se construyó en 1915-1916. Según relata Amelia, este arquitecto se casó con la albaceteña María Montoya Flores, que pertenecía a la burguesía de la ciudad. Su padre, Agustín Flores, le encargó esta vivienda que todavía se conserva a día de hoy y que ahora pertenece a una entidad bancaria.
“Su suegro estaba muy bien relacionado y le abrió las puertas para conocer a familias influyentes y para hacer este tipo de casas. Tiene una producción muy grande, pero se han perdido muchos de sus edificios. Uno de los que se conserva es este, que era la casa de su suegro Agustín Flores”, explica esta guía turística a El Digital de Albacete.
En el chaflán de este edificio hay una entidad bancaria, antes cobijó el conocido restaurante Montecasino, nombre por el que conocen muchos albaceteños a este edificio. Esta obra arquitectónica siempre ha estado en uso, lo que ha facilitado su conservación. Además, según Amelia, cuando se restauró se respetaron los elementos decorativos y es de los que mejor se conserva tal como era en sus inicios. Este edificio es el único que se conserva de estas cuatro esquinas de Albacete, cuyos edificios fueron construidos en la misma época.
Donde se encuentra actualmente Globalcaja, “antes existía un edificio de viviendas, de 1913, obra del arquitecto Francisco Manuel Martínez Villena”, explica Amelia. En el edificio de la esquina derecha del Montecasino se encontraba “la librería Herso, que fue de los edificios demolidos de estas cuatro esquinas el que más tiempo permaneció en pie, pero finalmente fue derribado. Por último, la conocida esquina de Simago, también había un edificio de viviendas. De todas las viviendas que se hicieron en la misma época esta es la única que ha subsistido”, lamenta esta guía.
La fachada del edificio ‘Agustín Flores’
El edificio de don ‘Agustín Flores’ era una vivienda particular, se trataba de una casa para la familia. El edificio cuenta con dos alturas y la planta baja no estaba destinada a locales ni negocios, era parte de la vivienda. Como venía sucediendo en esta época, la fachada del edificio quería mostrar “el poder con esas molduras, la decoración era una señal de poderío, típico del periodo anterior a la Guerra Civil”, explica Amelia.
Según esta guía, “la vivienda se estructura dirigiéndose hacia arriba. En la parte de abajo vemos como unas líneas horizontales que le dan pesadez al edificio para dar una sensación de seguridad. Si vamos subiendo esas líneas se pierden. En el piso principal todos los balcones son de piedra, pero en la segunda planta, para aligerar, la piedra se cambia por la forja”.
En la parte derecha de la fachada, desde la puerta, “los balcones están más unidos. En la parte izquierda, que da a la calle Dionisio Guardiola, en la zona de abajo sí que hay un balcón entero, pero en la parte superior son balcones separados”, explica esta guía. Se pueden distinguir dos miradores en la parte del chaflán, que corresponden a la primera y segunda planta. “Ambos miradores tienen una especie de espadaña que se decora con temas vegetales, en la parte superior se pueden ver estos detalles y también figuras de unos niños, que se van entrelazando con otros elementos decorativos como flores y frutos. Se quiere indicar un poco el gusto del estilo Rococó de recargar un poco en esa zona de la fachada y para marcar esa importancia”, relata Amelia.
En la parte de abajo se pueden observar arcos de medio punto en las ventanas y en el piso superior son arcos carpaneles, “un poco más grandes para cubrir la amplitud del vano. Lo que más llama la atención es el chaflán y el mirador que marcan estas zonas y dan centralidad a la fachada”, explica esta guía.
En esta fachada son numerosos los elementos decorativos. “Los edificios se hacían recargados y muy ornamentados para marcar la economía”, recuerda. En la parte superior del edificio se puede observar una balconada que corona el edificio y en cada separación de la balaustrada se puede observar un pequeño jarrón.
Los especiales “miradores” de este edificio del centro de Albacete
“Los miradores del chaflán sobresalen en ambas plantas, se van un poquito hacia adelante, es como un gran ventanal que ocupa la primera y segunda planta. Cuenta con una moldura que está en la parte central, tanto en la fachada del chaflán como la del lateral, para romper esa uniformidad de la ventana prácticamente a la mitad en el lugar de las cristaleras”, detalla sobre la fachada esta guía.
Según esta guía, el interior de la casa se conservó bastante bien. “Las ventanas que vemos desde la calle correspondían a habitaciones y dormitorios. La parte de detrás del edificio contaba con un patio interior que daba luz a las habitaciones del servicio y las cocinas. Uno de los detalles que todavía conserva es que la entrada principal de la casa tiene una escalinata con la vidriera”, detalla esta guía.
La historia del edificio
Además de que este edificio fue un encargo para su suegro, Agustín Flores, también se sabe que el dueño del edificio murió fusilado. “Cuando sucedió el golpe de estado de 1936 en Albacete, que fracasó al poco tiempo, el Sindicato de Oficios Varios de Albacete de la CNT- AIT (Confederación Nacional del Trabajo adherida a la Asociación Internacional de los Trabajadores) ocupó la casa de Agustín Flores, que pasó a conocerse como ‘Casa de la CNT’. Cuando se sofocó el golpe en Albacete, milicianos y sindicalistas ocuparon algunos de estos edificios”, explica.
Miguel Ortiz se quedó en Albacete aunque recibió ofertas muy importantes de otros lugares de España, como Madrid, pero no se quiso mover de la capital albaceteña. “Miguel Ortiz se instaló en Albacete en 1912 y falleció aquí. Lamentablemente muchos de los edificios de este arquitecto fueron derruidos. El edificio de ‘Agustín Flores’ pasó de ser una casa particular a la sede de la CNT, hasta llegar a pertenecer a una entidad bancaria”, explica.
Al ser un edificio que siempre ha estado en uso se ha podido conservar y es uno de los más característicos del centro de la ciudad de Albacete. Es una de las grandes obras arquitectónicas que se pueden encontrar en el centro de Albacete.
/Fotos de Miguel Ángel Romero/