El callejero de Albacete está lleno de pequeños homenajes a grandes personas que aportaron su granito de arena en diferentes ámbitos a la capital albaceteña. Desde arquitectos y médicos hasta personalidades del ámbito cultural y del folclore, pasando por un sinfín de paisanos a los que su ciudad recuerda de esta manera tan sencilla y cercana.
Es el caso del arquitecto Martínez Villena o la maestra y política Guillermina Medrano, quienes destacaron en sus respectivas áreas y a día de hoy siguen presentes en la que fue su ciudad a través del callejero. Recientemente, una de estas calles ha cambiado de nombre para homenajear a una albaceteña de adopción con orígenes vascos.
Se trata de la Hermana María, una mujer que estuvo al frente de la Institución del Sagrado Corazón de Jesús, más conocida como ‘Cotolengo’ en Albacete, durante casi cuatro décadas. Una mujer sencilla, humilde y cercana que ha prestado su nombre a una de las calles de Albacete.
La calle Amargura de Albacete
La calle Hermana María se encuentra en el barrio San Pedro Mortero, situado al suroeste de la capital albaceteña, junto a los barrios de Santa Teresa y Pedro Lamata. Una calle que guarda una curiosa historia, ya que hace tan solo unos años que esta vía cambió su nombre para rendir homenaje a María Zamalloa.
Fueron los propios vecinos quienes pidieron el cambio de nombre de esta calle de Albacete, ya que anteriormente se llamaba calle Amargura, algo que no acababa de gustar en el barrio. “Hace unos años, uno de los residentes de esta calle fue al Ayuntamiento a proponer un cambio porque no les gustaba el nombre y lo aceptaron”, explica Juan Antonio García, vicepresidente de la Asociación de Vecinos del barrio San Pedro Mortero, a El Digital de Albacete.
Un hecho que dio lugar a que la calle Amargura cambiase su placa por la de Hermana María, una de las mujeres que ha estado gran parte de su vida al frente del Cotolengo. Concretamente, María Zamalloa nació en el País Vasco y se trasladó a Albacete tras la muerte de su padre, donde ejerció durante 38 años como superiora.
¿Quién fue la Hermana María?
María Zamalloa nació en Galdakao (Vizcaya) en 1923 y falleció en Albacete en el año 2006. La Hermana María llegó a la ciudad tras el fallecimiento de su padre e ingresó en la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, donde ejerció durante casi cuatro décadas como superiora, ganándose el cariño de voluntarios, internos y de los albaceteños que la conocieron.
Pepe Pedrosa, uno de los voluntarios del Cotolengo, compartió muchos años al lado de la hermana María, y la recuerda como “una mujer encantadora. Era feliz atendiendo a la gente”, y recuerda que “tenía una hermana gemela, Sabina, que también era religiosa en la misma institución”. “Sabina entró primero y María se quedó cuidando de su padre, que estaba enfermo. Cuando murió entró en el Sagrado Corazón de Jesús y estuvo al frente durante 38 años”, explica el voluntario, que señala que “su gemela estuvo en la misma institución pero en Málaga durante muchos años también”.
Por otro lado, Pepe Cruz, uno de los primeros voluntarios de la Institución del Sagrado Corazón de Jesús, llegó al Cotolengo a los pocos meses de su apertura. A día de hoy, 60 años después, continúa ligado a esta institución y fue una de las personas que compartió muchos años y anécdotas con la Hermana María, a la que recuerda como “mi segunda madre. Fueron más de tres décadas de convivencia con ella”, y añade que “fue una persona de una humanidad impresionante y de una dedicación tremenda hasta el último minuto”.
El torero Dámaso González impulsó el Festival Taurino a Favor del Cotolengo junto a la Hermana María
Albacete recuerda con cariño a la Hermana María, y todavía se sigue hablando de ella en el Cotolengo con una sonrisa. Además, Pepe Pedrosa recuerda que la Hermana María “quería al torero Dámaso González como a un hijo. Él siempre la llamaba y la quería mucho”. Una amistad que dio lugar al nacimiento del Festival Taurino a Favor del Cotolengo que se celebra en Albacete cada año desde hace décadas. “Recuerdo que Dámaso la visitaba siempre acompañado por ‘El Pimpi’”, quien falleció hace apenas unas semanas y cuya muerte ha conmocionado a la ciudad.
El Ayuntamiento de Albacete decidió sustituir la calle Amargura para rendirle homenaje a la Hermana María, ante la propuesta de los residentes. Una decisión que gustó a los vecinos que ya no viven en esta peculiar calle, y que ahora tiene el nombre de una mujer que dedicó gran parte de su vida a cuidar de los albaceteños que lo necesitaban, siempre con una sonrisa.
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