Hablar de Ciudadanos Albacete es hablar de una formación que desde su origen ha estado envuelta en expulsiones, caos interno y concejales no adscritos.
EL QUE GANÓ LAS PRIMARIAS PARA EL CONGRESO NO FUE RATIFICADO POR LA DIRECCIÓN
Para comenzar con el primer capítulo del sainete naranja en Albacete nos tenemos que remontar al año 2015, cuando el candidato que ganó las primarias para liderar la lista de Ciudadanos al Congreso de los Diputados, Ignacio Sotos, no era ratificado por la dirección, que cambiaba así el criterio de los afiliados, algo que el propio Sotos calificaba por aquel entonces como “dedazo antidemocrático inadmisible dentro de un partido que pretende ser trasparente y democrático, que dice que se eligen a sus candidatos por primarias”. Ciudadanos le acusaba de falsear su currículum, algo que él negaba categóricamente y apuntaba a un enfrentamiento con el Grupo Municipal.
PEDRO SORIANO, EXPULSADO DE CIUDADANOS
Ese mismo año, 2015, en las elecciones municipales, Ciudadanos consiguió representación en el Ayuntamiento de Albacete con una candidatura liderada por Carmen Picazo, pero la formación naranja no pasó mucho tiempo en protagonizar un nuevo sainete.
El 13 de junio se celebró el Pleno en el que Javier Cuenca fue proclamado Alcalde de Albacete gracias a un pacto entre el PP y Ciudadanos, pero no todos los concejales naranjas votaron a favor de Cuenca, ya que Pedro Soriano votó en blanco, lo que conllevó su expulsión del Grupo Municipal de Ciudadanos y ser repudiado por sus excompañeros, que tras unas semanas exigiéndole que devolviera el acta de concejal vieron como Soriano se pasó toda la legislatura como concejal no adscrito.
CASAÑ, LA APUESTA PERSONAL DE CARMEN PICAZO
Llegaron unas nuevas elecciones en 2019, Ciudadanos aumentó su representación en el Ayuntamiento de Albacete hasta alcanzar los cinco concejales y los naranjas eran de nuevo la llave de la gobernabilidad del Ayuntamiento de la capital. Casañ se erigía como líder naranja y decía a todo el que le quería escuchar que en el pacto de gobierno Albacete tendría mucho que decir. Parecía cantado que Ciudadanos Albacete apoyaría al PP, máxime por la amistad que mantenían por aquel entonces Manuel Serrano (PP) y el propio Casañ.
Contra todo pronóstico Ciudadanos pactó con el PSOE un acuerdo que afectaba a varios municipios de Castilla-La Mancha y Casañ tuvo que “comerse” sus palabras y promesas realizadas en privado al propio Serrano y se encontró con la Alcaldía de Albacete durante dos años gracias a un pacto por el que los cinco concejales de Ciudadanos y los nueve del PSOE formarían un Gobierno que lideraría Casañ durante los dos primeros años y Emilio Sáez los siguientes dos.
TODO BIEN HASTA QUE TUVIERON QUE APOYAR A EMILIO SÁEZ
Todo marchaba bien en la coalición, incluso cuando El Mundo destapaba la autocontratación de publicidad del Alcalde con una empresa de la que era socio durante los primeros meses de su mandanto, y Picazo por aquel entonces no veía nada incorrecto en ello, respaldando a su apuesta personal, Vicente Casañ. Pero llegó el día que Ciudadanos tuvo que “soltar” el bastón de mando para pasarlo al PSOE. Fue entonces cuando dentro del Grupo Municipal se volvió a “liar la marimorena” cuando una de sus concejales quería que se cumpliera un pacto firmado por todos los concejales y diputados provinciales naranjas y en virtud del cual ella debería pasar a la Diputación.
EXPULSADA POR NO APOYAR A SÁEZ Y EXPULSADOS POR APOYAR A SÁEZ
Como recordarán Ciudadanos no cumplió el acuerdo, por lo que esta concejal no apoyó a Emilio Sáez como Alcalde y la formación naranja la expulsó del grupo municipal. Arce afirmaba por aquel entonces “¿qué credibilidad tienen esas personas que están pensando en traicionar a una compañera?….Si incumplen su palabra no tienen dignidad ni conciencia… Por tanto, no se puede depositar nuestra confianza en ellos. ¿Qué partido no cumple ni sus propios acuerdos?”. Ciudadanos se quedaba entonces con cuatro concejales y dejaba el gobierno del Ayuntamiento de Albacete en minoría al PSOE, por lo que los socialistas se veían obligados a mirar a Unidas Podemos para sacar adelante algunas medidas y las cuentas de la ciudad.
Llegamos al final de legislatura y un nuevo “show” llega a Ciudadanos Albacete. Carmen Picazo, que lleva meses preparando su intento de vuelta al Ayuntamiento, intenta mostrarse totalmente distante con el PSOE, como si no hubiera formado parte de un acuerdo en el que la tozuda fototeca demuestra lo contrario. La lideresa se lanza a la yugular de Sáez en el asunto oposiciones, archivado por la Fiscalía, pero que a escasas semanas de las elecciones vuelve a salir a flote por una información del diario El Mundo en la que se afirma que Sáez conocía un supuesto ofrecimiento de exámenes a una asesora. Picazo convocaba inmediatamente una rueda de prensa, llamaba corrupto a Emilio Sáez y anunciaba que los concejales de Ciudadanos salían del gobierno… pero en unas horas un nuevo giro evidenciaba el caos de la formación naranja en Albacete; Casañ afirmaba que “hace tiempo que dejé de recibir instrucciones de Carmen Picazo”, al mismo tiempo que añadía que “además, sus últimas instrucciones las desoí, porque no reconozco en Carmen Picazo a una líder regional”. Estas declaraciones las hacía acompañado de otros dos concejales de los tres que quedaban en Ciudadanos, Julián Ramón y Laura Avellaneda. Todos ellos decidían seguir apoyando a Sáez y desoír a su “jefa”. Carmen Picazo decidía entonces iniciar la expulsión de los tres, aunque en el Pleno celebrado hoy todo seguía igual al afirmar los presuntos expulsados que no habían recibido la notificación de la expulsión.
Tan solo Arturo Gotor, que renunció a sus competencias en el Equipo de Gobierno, permanece como concejal de Ciudadanos.
Un candidato al Congreso elegido por primarias no ratificado y cinco concejales expulsados en dos legislaturas resumen el paso de una formación por Albacete que apunta inexorablemente hacia la desaparición merced a la ola nacional y a una situación en Albacete caótica en la que por mucho que algunos busquen causas o enemigos fuera, los males de los de Arrimadas siempre han estado de puertas para adentro.
