Diputación de Albacete apuesta por políticas que ayuden a repoblar el entorno rural

/Sandra Manzanares/ Fotos: Víctor Fernández/ Vídeo: María Esperanza Panduro/

 

Tres cuartas partes de los 400.000 habitantes de la provincia de Albacete se concentran en cinco núcleos urbanos. Concretamente, 7 de cada 10 habitantes de la provincia residen en la capital albaceteña, Hellín, Villarrobledo, Almansa o La Roda, mientras que el resto de la población se reparte en los otros 82 municipios. Realidad que se traduce en la despoblación que sufren las zonas rurales de la provincia de Albacete y las consecuencias que esto supone para su conjunto.

Una realidad preocupante que quedó latente durante la entrevista mantenida con el presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, quien evidenciaba que en la provincia “tenemos un grave problema de despoblación aunque no lo parezca”, y es que, como continuaba el presidente, en las ratios de territorios más despoblados siempre aparecen los mismos lugares: Teruel, Guadalajara o Soria, que pierden población en términos absolutos; sin reparar en casos como el de Albacete, que a pesar de que “no pierde población en términos significativos, sí que está viviendo un éxodo desde el mundo más rural al más urbano”, sostenía Cabañero.

Éxodo que está provocando la despoblación de las zonas rurales, que, para ser mantenidas necesitan de un gran esfuerzo económico por parte de las administraciones. “Es más fácil permitir que un rebaño pastoree en una zona forestal y que haya incendios y familias que puedan vivir de ello, a tener que mandar gente de Albacete ciudad a que limpien nuestros montes”, algo que no se puede llevar a cabo si el mundo rural continúa perdiendo habitantes. Existen municipios en los que apenas vive una decena de personas cuya edad supera los 80 años, entornos condenados a la desaparición, y con ella, la de nuestra historia y patrimonio.

Políticas de repoblación

Despoblación rural asociada también a la superpoblación de los grandes núcleos urbanos, con los problemas medioambientales y la dificultad de prestar servicios de calidad que ello supone. Un fenómeno del que cada vez son más conscientes las administraciones públicas a todos los niveles, y que es necesario abordar de forma integral y trasversal mediante una Política de Estado, destinando dinero en los presupuestos para este fin, así lo considera el presidente de la Diputación de Albacete, señalando que “ya no vale solamente con hablar de frenar la despoblación”, sino que hay que trabajar en repoblar estas zonas y redistribuir el territorio.

“No se pueden legislar de la misma manera realidades diferentes, por eso es urgente que este país tenga una Ley de Medio Rural, para que traten de manera desigual lo que de entrada es diferente”, decía Cabañero, argumentando que no causa el mismo efecto la apertura de una panadería en la capital de Albacete que en un pequeño municipio, lo que puede llegar a suponer “un valor añadido y un servicio público” contribuyendo a fijar población tanto por el empleo que genera como por el servicio que presta a sus habitantes.

Así, el presidente pide medidas de discriminación positiva hacia los pequeños municipios como podría ser el estudio de incentivos a funcionarios públicos para que, además de trabajar en los pueblos, vivan en ellos, “haciéndoles que esta idea les resulte atractiva”, y no que diariamente se desplacen a sus lugares de trabajo y después vuelvan a la ciudad. En este sentido, la Diputación se encuentra trabajando en la solicitud de una subvención para políticas de empleo en el medio rural a través de las que luchar contra la despoblación.

Cabe destacar una de las grandes apuestas de la Diputación para combatir la despoblación, que es el Consorcio de Servicios Sociales, que atiende a nuestros mayores en sus propios hogares, contribuyendo a mejorar su calidad de vida, y también a la creación de empleo relacionado con estos cuidados. Y es que, los municipios deben garantizar unos servicios mínimos de Sanidad y Educación para evitar que los habitantes se marchen de ellos por falta de oportunidades, algo en lo que cada vez toman más protagonismo las nuevas tecnologías.

Con el sistema de telepresencia en el que está trabajando la Institución Provincial, y del que ya se ha puesto en marcha una experiencia piloto, se busca eliminar la brecha digital entre los habitantes del mundo rural y del mundo urbano, para lo que es necesario que la banda ancha llegue a todos los municipios de la provincia. “Si esa brecha la vamos haciendo más pequeña y acercamos otras cosas como la naturaleza, el poder conocer a todos tus vecinos, respirar un aire más limpio o tener más tranquilidad donde vives; estamos acercando los atractivos de los municipios de Albacete”; decía Cabañero.

Foros y debates

Políticas que ponen en común los diferentes agentes relacionados con el ámbito rural en foros y debates como las jornadas nacionales que acogió nuestra ciudad el pasado mes de septiembre bajo el título ‘Envejecer con Salud en la España Rural’, en las que participó Cabañero, igual que en el recientemente celebrado III Congreso sobre Despoblación en el Medio Rural, también a cargo de la Federación Española de Municipios y Provincias y cuyo marco, en esta ocasión, fue Palencia.

De este congreso el presidente de la Diputación extrajo conclusiones positivas, pues en sus tres años  y medio como máximo mandatario de la Institución Provincial, Cabañero asegura haberse percatado de la evolución de esta cuestión, pues “antes nadie hablaba de la despoblación y ahora en cualquier foro se habla de este problema y del problema de la superpoblación”, lo que da pie a abordar el reto demográfico a través de actuación de “redistribución de las personas en el territorio para que no nos encontramos con zonas despobladas y superpobladas”, indicaba.

Cultura y desarrollo

Y es que nuestros municipios tienen mucho que ofrecer y para descubrirlo, primero hay que romper algunas barreras, como el “problema cultural relacionado con el desarrollismo de las ciudades” que existe, y es que, como recuerda Cabañero, “salir de los pueblos e irse a las ciudades era como  crecer en el ascensor social, haber dado un salto de calidad en el nivel de vida y volver al pueblo era un poco como el fracasado que no le ha ido bien en la ciudad y ha tenido que regresar”, puntualizaba.

Una concepción que, en cierto modo, hace que los jóvenes descarten el mundo rural como una opción de futuro, y es precisamente del campo de donde emanan las materias primas necesarias para sustentar al mundo urbano y eso, es algo que no se puede olvidar, pues sin uno, el otro no existiría. Lugares que si no están habitados no pueden mantenerse, con el riesgo de desaparición que ello supone y que forma parte de una realidad que nos afecta a todos.

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