A la hora de abordar el tema de la alimentación probablemente te hayas encontrado con muchas opiniones, en ocasiones incluso enfrentadas. Prácticamente cada día se publicitan nuevas dietas o se realizan nuevos estudios sobre el tema. No obstante, existen conceptos en torno a la alimentación equilibrada que han sido validados por infinidad de fuentes y están confirmados. Por ello, en este artículo os traemos unas pautas para que la comida equilibrada sea el plato de cada día.
¿Qué es la alimentación equilibrada y por qué es importante?
La alimentación equilibrada consiste en aportar a tu cuerpo la cantidad de nutrientes necesarios para que tu organismo funcione de manera óptima. Sin pasarte o quedarte corto con ningún macronutriente o micronutriente. Esto hace que la alimentación equilibrada tenga una base, pero varíe de unas personas a otras. Por ejemplo, una alimentación equilibrada para personas hipertensas será la que incluya alimentos que bajen la tensión arterial. Pero es que, además, pueden entrar otras variables como el estilo de vida o la actividad física.
A su vez, el impacto de una dieta equilibrado se verá reflejado en otras áreas de tu salud, sin tener por que limitarse al área física. Cada vez más estudios ponen de manifiesto su impacto en la vida emocional de las personas, pudiendo incluso aumentar o reducir el nivel de estrés que percibimos.
Alimentos a incluir en una alimentación equilibrada
Lo ideal para alcanzar una dieta equilibrada es que consumas todo tipo de alimentos, en mayor o menor proporción. Un primer paso para saber en qué tipo de nutrientes tienes carencias y qué alimentos deberías consumir más, es hacerte una analítica. Puede que, a priori, sientas que estás comiendo de forma equilibrada, pero es posible que tengas que incluir determinado tipo de alimentos si no quieres que tu salud se resienta.
En cuanto al tipo de alimentos, la buena noticia es que hay una gran variedad dentro de la comida equilibrada, por lo que podrás crear platos que se adapten completamente a tus gustos. La clave está en darle prioridad a alimentos de origen vegetal, pues aportan vitaminas, minerales, fibra y agua, pero sin olvidar los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas.
En cuanto a hidratos de carbono se refiere, es mejor que los elijas de absorción lenta, siendo estos una de las mayores fuentes de energía que tenemos. Podemos encontrar en esta categoría cereales integrales, pan integral, legumbres e incluso frutas como las fresas o los frutos rojos.
Por otro lado, y respecto a las proteínas, las podrás encontrar en pescados, huevos, en el yogur natural, en la quinoa o en las carnes blancas como el pollo. Son imprescindibles para un correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Asimismo, sus beneficios en el mundo fitness para el crecimiento de tejido muscular son de sobra conocidos.
Por último, y con respecto a las grasas, estas cumplirán la función de almacenar energía, así como mejorar la salud cardiaca. Aunque es importante que diferencies las grasas saturadas e insaturadas de las grasas trans. Estas últimas, las que debes evitar, se encuentran en la bollería industrial y en los productos ultra-procesados. Por su parte las insaturadas las encontrarás en productos como el pescado azul, el aceite de oliva, el aguacate o los frutos secos. En cuanto a las saturadas, debes consumirlas en su justa medida.
Mindful eating, otra forma de comer
El mindful eating es un concepto que ha tomado mucha popularidad actualmente. No es una comida saludable, sino una forma nueva de abordar el proceso de comer. Se podría traducir como “alimentación consciente”, y consiste en estar conectado con las sensaciones corporales, e incluso de las emociones, a la hora de comer para alcanzar una alimentación más equilibrada y saludable. Es importante no confundirlo con un tipo de dieta, pues no lo es en absoluto.
La idea que subyace al mindful eating es el poder interpretar de forma más correcta señales como el hambre o la saciedad. El objetivo es comer la cantidad necesaria de alimento que necesita nuestro cuerpo. En este proceso también entrarían las emociones, pues son las que muchas veces te empujan a elegir determinado tipo de comida en detrimento de la comida equilibrada.
El ejemplo perfecto de este concepto es imaginar el tipo de alimento que buscas cuando estás triste o sientes ansiedad. En ocasiones así, se tiende a comer más por emoción que por hambre, y el ser consciente de este proceso te puede ayudar a tomar mejores decisiones a nivel alimenticio. De hecho, algunas investigaciones ya ponen de manifiesto su impacto positivo en las conductas alimenticias.
Ante la duda, acude a un profesional
Si tienes dudas respecto a la alimentación saludable o, en especial, si quieres aunar algún tipo de dieta con esta, no dudes en consultar a un profesional. Es posible seguir una dieta a base de comida equilibrada, pero habiendo tanta información contradictoria al respecto, lo ideal es acudir a un nutricionista. Este podrá combinar los objetivos de, por ejemplo, perder peso, con el de alimentarte a base de alimentos que cumplan todas tus necesidades nutricionales por medio de un plan individualizado.
