Los magos no solo viven en enigmáticos lugares ni se forman en Hogwarts como Harry Potter, pero eso no implica que no estén entre nosotros. Aunque un mago no tenga una imagen tan evidente como imaginamos, varita mágica en una mano, y conejo y chistera en la otra, no son producto de la imaginación y la fantasía, ya que también podemos cruzarnos con uno de ellos por la calle Ancha de Albacete, como es el caso de Álex de las Heras, un mago con sello albaceteño.
En un momento en el que parece que todo tiene una explicación lógica y científica, hay gestos y misterios que van más allá de lo que las palabras y las teorías pueden explicar, y que desafían a la razón. Así, una moneda que flota o una carta que desaparece trasciende a las explicaciones racionales, y simplemente invita a disfrutar de la magia.

El primer Magia Borras, icónico juego de los años dos mil, llegó a la casa del mago Álex de las Heras cuando apenas tenía 7 años, y aunque “quedó aparcado cogiendo polvo”, tal y como comparte con El Digital de Albacete, explica que finalmente, “la magia me empezó a inquietar mucho y tenía muchas ganas de aprender”. “Recuerdo que en esta época había un mago muy famoso en Albacete, el Mago Blanco, y mi abuelo siempre me decía que me lo iba a presentar”, manifiesta.
El mago de Albacete estudió en “el Hogwarts de Madrid’
Así, la magia despertó el interés de Álex de las Heras. “Me empezó a gustar, me volqué con eso, y empecé a suspender todos los exámenes”, recuerda, y señala que “un día mi madre me sentó y me dijo que cómo podía ser que suspendiese si estaba todo el día encerrado en la habitación estudiando. Me puse a hacer magia y mi madre alucinó”, manifiesta.

Finalmente, y a pesar de que la madre del mago le quitaba las barajas para que estudiase, aunque “al día siguiente me compraba otra”, como confiesa de las Heras, cuando terminó sus estudios pudo retomar su gran pasión: la magia, y para eso, también hay que formarse. “Me enteré de un curso de Ilusionismo en una universidad de Madrid en San Lorenzo del Escorial y me fui al Hogwarts de Madrid”, sostiene Álex entre risas, que manifiesta que “parte de la universidad estaba dentro del monasterio y parecía Hogwarts”. “Ibas a desayunar y las monedas volaban y los tenedores se doblaban, al principio alucinaba”, recuerda.
Una mezcla entre «Juan Dávila y el Mago Pop»
Literalmente, Álex hizo de una de sus grandes pasiones su profesión. “Cuando digo que soy mago la gente de primeras se piensa que es broma, y cuando les aclaro que me dedico a ello de manera profesional, me investigan para darle veracidad”, manifiesta entre risas. “Soy un poco todoterreno y hago todo tipo de eventos, desde cumpleaños infantiles y adultos hasta espectáculos en salas”, aclara, y asegura que “combino la magia con mucho humor, a veces me han dicho que soy una mezcla entre Juan Dávila y el Mago Pop”.
Álex de las Heras se dio a conocer en el programa Got Talent, al que acudió en dos ocasiones. “La primera vez fui representando Albacete con toda mi ilusión y me salió mal el truco”, recuerda, y manifiesta que “las cosas no siempre salen bien y es normal fallar aunque a veces la gente no se da cuenta, pero fue evidente”. “Creo que el aplauso más grande que se ha dado en Got Talent fue a mi madre porque se quedó muy triste después del fallo y pedí un aplauso para ella”, recuerda.

Lo cierto es que, más allá de la razón, Álex de las Heras hace cosas que solo pueden tener una respuesta, y es que son fruto de la magia. Y precisamente, a veces es necesario disfrutar de la magia y dejarse llevar. Lo cierto es que este mago de Albacete no va con una varita en mano y con esos extravagantes gorros, de hecho, puede que te hayas cruzado más de una vez con él, y ni siquiera te hayas dado cuenta de que acabas de coincidir con un mago.

