Son incontables las cartas que Carlos Bachiller ha escrito a diferentes instituciones y administraciones pidiendo la revisión del conocido como ‘Caso Almería’. La brutal muerte en 1981 de Luis Montero, Luis Cobo y Juan Mañas, conmocionó a este vecino de Albacete, quien tras conocer lo ocurrido se ha implicado junto a las familias de los fallecidos reclamando justicia. Una trágica historia de la que de una u otra manera forma parte la provincia de Albacete.
Sobre el ‘Caso Almería’ compartía Carlos Bachiller con El Digital de Albacete que “no es un caso único, pero sí que es único por cómo ocurrió y a manos de quién ocurrió”. Estos tres jóvenes, que se disponían a disfrutar de la Comunión del hermano de uno de ellos en Almería, fueron brutalmente asesinados por varios miembros de la Guardia Civil tras confundirlos con los integrantes de un comando etarra.
Todo comienza con un atentado terrorista de ETA
“Estos tres jóvenes eran amigos y vivían en Santander, y coincidiendo con la Comunión del hermano pequeño de Juan Mañas (natural de Pechina) decidieron irse unos días a Almería y asistir a la celebración”, relataba Carlos Bachiller sobre el inicio de un viaje que acabaría convirtiéndose en una auténtica tragedia. Detallaba que “el 7 de mayo de 1981 tuvo lugar en Madrid el atentado terrorista contra el general Joaquín de Valenzuela, y a partir de ahí, se puede decir que comienza todo el calvario de estos tres jóvenes debido a un enorme cúmulo de circunstancias”.
Los etarras Mazusta, Bericiartúa y Goyonoeche perpetraron este atentado terrorista contra el que por aquel entones era el jefe de la Casa Militar del Rey Juan Carlos I. Una actuación de la banda terrorista ETA que coincidió con el viaje de estos tres jóvenes ya que “tras emprender su viaje en Santander, hicieron noche en Madrid el mismo día del atentado”, explicaba Carlos Bachiller a El Digital de Albacete. Al día siguiente los tres jóvenes continuaron su viaje hacia Almería discurriendo por diversos puntos de la geografía albaceteña.

Albacete, unida a este caso
“A la altura de El Provencio (Cuenca) el coche en el que viajaban se averió y lo tuvieron que dejar en un taller de este municipio cercano a la provincia de Albacete”, relataba Carlos Bachiller, apuntando que “el propietario del taller acercó a los tres jóvenes a la Estación de Villarrobledo, pero el tren que supuestamente tenían que coger ya había pasado dirección a Andalucía”. Sin embargo, “decidieron jugársela y coger un tren desde Villarrobledo hasta Alcázar de San Juan, donde por otra casualidad comprobaron que no llegarían con el tren hasta Almería”, explicaba.
Varios infortunios que llevaron a Luis Montero, Luis Cobo y Juan Mañas hasta Manzanares. Concretamente, en esta localidad de la provincia de Ciudad Real existía una empresa de alquiler de vehículos sin conductor, un medio de transporte que los tres amigos decidieron tomar para continuar con este accidentado viaje. Pero la mala suerte de estos jóvenes no terminó aquí, y es que “cuando llegaron en el tren desde Villarrobledo a Alcázar, alguien que había visto en la prensa las fotos que se habían difundido de los tres supuestos terroristas de ETA que habían cometido el atentado contra el general Valenzuela, dio el chivatazo mostrándose convencido de que los tres chicos que había oído que iban a alquilar un coche en Manzanares eran esos terroristas”, detallaba Carlos Bachiller a El Digital de Albacete.
Una confusión que no haría otra cosa que marcar el triste futuro que les esperaba a estos tres jóvenes. De modo que, trasladaba que “nuestra provincia y nuestra región está vinculada por diferentes circunstancias de la vida al ‘Caso Almería’”.
Finalmente, los chicos alquilaron un vehículo en Manzanares logrando así llegar hasta Pechina (Almería) en la madrugada del sábado 9 de mayo. Tras descansar de la odisea de este viaje decidieron hacer un poco de turismo para conocer Almería, visitando Roquetas de Mar. Pero lo que no sabían estos tres amigos es que se estaba montando todo un operativo para su detención por ser los presuntos autores del mencionado atentado terrorista, pese a “no tener ninguna prueba real de nada”, detallaba Carlos Bachiller.

“Las torturas llegaron al punto de que hay partes de los cuerpos que jamás se ha sabido dónde fueron a parar”
A la salida de una tienda de souvenirs de Roquetas de Mar “fueron ilegalmente detenidos y en ningún momento se les identificó”, subrayaba. Desarrollaba Bachiller que “parece ser que en aquel entonces la Guardia Civil no disponía de medios como para corroborar la identidad de los mismos, pero tampoco utilizaron los medios de los que sí disponía la Policía Nacional para hacerlo”.
Relataba que “ellos enseñaron sus DNI, pero los agentes que los detuvieron no verificaron en ningún momento con Policía Nacional su identidad”, considerando que “fue un auténtico secuestro”. Tras ello, los tres amigos fueron trasladados hasta la Comandancia de la Guardia Civil en Almería “donde empezaron los interrogatorios con insultos y vejaciones de todo tipo”, exponía Carlos Bachiller. Posteriormente, Luis Montero, Luis Cobo y Juan Mañas fueron llevados hasta un antiguo cuartel de la Guardia Civil en la zona de Cabo de Gata que se llamaba Casasfuertes de Retamar.
En este lugar “fueron torturados”, aseguraba Carlos Bachiller, detallando que “las torturas llegaron al punto de que hay partes de los cuerpos que jamás se ha sabido dónde fueron a parar”. Especificaba que “con nocturnidad, alevosía, premeditación y ensañamiento criminal los metieron en el propio vehículo que habían alquilado, y se los llevaron a la carretera que une Almería y Granada”.
De este modo, confirmaba Carlos Bachiller que “ametrallaron el coche, lo quemaron y lo tiraron por un barranco”. En concreto, trasladaba que en el lugar “se encontraron más de 160 casquillos”, considerando que con todo ello “lo único que pretendían era hacer desaparecer los cuerpos y las pruebas, hasta el punto de que ellos mismos con total frialdad llamaron a los servicios funerarios haciendo entender de que se trataba de un accidente”.

El juicio “fue una patraña”
Tras lo ocurrido y la muerte de estos tres jóvenes se celebró un juicio que consideraba Carlos Bachiller “fue una patraña”. Especificaba que “de forma directa estuvo implicado el máximo mando de aquel entonces de la Comandancia de la Guardia Civil en Almería, el teniente coronel Carlos Castillo Quero y otros 10 cargos más”. Al respecto, detallaba que “todos eran guardias civiles y todo se cometió estando en activo, estando de servicio, con el uniforme puesto y utilizando vehículos, armas, munición y dependencias del Cuerpo”.
Aseguraba que “costó muchísimo que hubiese un juicio”, y ponía de relieve que “fue un juicio lleno de incongruencias, contradicciones y mentiras”. De los 11 supuestos guardias civiles implicados en el caso solo fueron juzgados tres “y ninguno cumplió la pena”, desgranaba Carlos Bachiller.
En este punto, concretaba que la sentencia recoge que “no fue un asesinato, sino que se trata de un homicidio y que no había signos aparentes de tortura”, cuando recordaba que “faltan partes de los cuerpos, y se encontraron 160 casquillos junto al coche en el que supuestamente habían sufrido el accidente”. A raíz del juicio, el abogado defensor, Darío Fernández, solicitó extraer los cuerpos para hacer una autopsia, desvelando que “nada más que en el caso de Juan Mañas se encontraron cinco impactos de bala en la zona del corazón y faltaban varia extremidades de los cuerpos”.
Sobre el proceso judicial manifestaba Carlos Bachiller que “fue vergonzoso, y es que ninguno de los tres acusados cumplió la pena íntegra y fueron indemnizados a cargo de Fondos Reservados del Estado”. Además, señalaba que el principal acusado del caso, el teniente coronel Castillo Quero falleció en 1994 “y el día de su sepelio en Córdoba le rindieron honores militares”.
Un caso que impactó a este vecino de Albacete
La terrible muerte de estos tres amigos conmocionó a Carlos Bachiller, quien junto a las tres familias afectadas continúa la lucha por hacer justicia. Carlos Bachiller nació en Brulesas, ciudad en la que vivió hasta cumplir los 20 años, trasladándose posteriormente a Albacete.
El ‘Caso Almería’ traspasó fronteras y llegó hasta Bruselas donde un joven Carlos Bachiller pudo conocer lo que ocurrió a estos tres amigos. “Me impactó muchísimo verlo en la tele”, confesaba a El Digital de Albacete, relatando que “los medios de comunicación de Bélgica calificaron casi que de “una cagada” la confusión de la Guardia Civil de estos tres jóvenes por tres miembros de ETA”.
Sostenía que fueron “una serie de contradicciones impresionantes”, reconociendo que el abogado del caso “se jugó realmente la vida”. En este punto, especificaba Carlos Bachiller que “padeció un atentado por defender a las tres familias”.
Este vecino de Albacete decidió implicarse activamente en el ‘Caso Almería’ porque “me impactó muchísimo”, continuando en la actualidad su lucha junto a las familias de los jóvenes fallecidos. “Llevamos una gran lucha”, confesaba Carlos Bachiller, quien recordaba que ya han pasado más de 40 años de lo ocurrido, motivo por el que ahora los que continúan la batalla son los hermanos y sobrinos de Luis Cobo, Luis Montero y Juan Mañas, con quienes mantiene una estrecha relación.

Encuentro con la ministra de Defensa
Carlos Bachiller ha escrito innumerables cartas con la historia del ‘Caso Almería’ que no ha dudado en dirigir a ministros, presidentes del Gobierno, e incluso al mismísimo Rey de España. “Habré escrito cartas a todos los Ministerios, a la Casa Real, al Consejo General del Poder Judicial, al Defensor del Pueblo e incluso a instituciones europeas”, desvelaba Carlos Bachiller a El Digital de Albacete.
Una de estas cartas ha dado su fruto y varios familiares junto a Carlos Bachiller lograron mantener un encuentro informal con la actual ministra de Defensa, Margarita Robles. “Nos recibió en un encuentro a título privado y deferencial”, explicaba el vecino de Albacete, destacando que la ministra se mostró “muy afable y cercana, pero también fue muy transparente y tajante”.
En este punto, trasladaba que “nos confirmó que es una sentencia firme no es amovible”, pero desarrollaba que “a estas alturas no se trata de volver a juzgar a los presuntos implicados, pero al menos queremos que la sentencia diga que hubo torturas y que fue un asesinato”. Y es que, consideraba Bachiller que “no es ni una revancha, ni una venganza, simplemente un acto de justicia”.
Más allá de esto, recordaba a la ministra durante este encuentro que Juan Mañas pertenecía a una escala militar: “Tenía 24 años y era cabo primero”. Sin embargo, las otras dos víctimas carecían de vínculo militar, pero Bachiller ponía de relieve que “todos fueron torturados y asesinados por un Cuerpo militarizado que colgaba directamente del Ministerio de Defensa por aquel entonces y que actualmente depende de los Ministerios de Defensa e Interior”.

Primer acto institucional en recuerdo de estas tres jóvenes víctimas
Detallaba Carlos Bachiller que décadas después de lo ocurrido el 21 de enero de 2022 “por primera vez se celebró un acto oficial e institucional en la Subdelegación del Gobierno de Almería”. Un acto que precisamente estuvo motivado por una de las tantas cartas remitidas por este vecino de Albacete a la directora general de la Guardia Civil, porque “ya iba siendo hora de que se reconociese lo ocurrido”, señalaba.
De este modo, desvelaba que “fue la primera autoridad en pedir perdón y otorgar un simbólico diploma de reconocimiento a las tres víctimas”. Además, ponía de relieve que este acto oficial “contó con la presencia de la propia directora general de la Guardia Civil, el secretario de Estado de Memoria Democrática y otras autoridades”. Aplaudía la celebración de este acto, pero lo consideraba como “algo simbólico”, motivo por el que las familias prosiguen su lucha.
El Gobierno y el Parlamento de Cantabria también realizaron sendos actos institucionales en recuerdo de las tres víctimas, mientras que en el caso de ADIF se instaló un monumento frente a la Estación de Santander en memoria de estos tres jóvenes. Además, el Ayuntamiento de Pechina dedicó un parque con un monolito a la memoria y recuerdo de Juan Mañas y donde aparecieron los cuerpos existe un monolito que fue sufragado por las familias. En este punto es donde anualmente se realiza un acto simbólico en recuerdo de Luis Cobo, Luis Montero y Juan Mañas.

La lucha de este vecino de Albacete por hacer justicia
Tras más de cuatro décadas de lucha aseguraba Carlos Bachiller que “seguiremos insistiendo en tres frentes principales”. Concretamente, esperan ser recibidos por los ministros del Interior, Justicia y Memoria Democrática. El encuentro con el ministro de Justicia sigue estando motivado porque “queremos que se corrija de la sentencia y que se cambie homicidio por asesinato y que conste que hubo torturas”, especificaba.
En el caso del Ministerio del Interior, recordaba que la Guardia Civil es un Cuerpo “que depende de Defensa y de Interior”, explicando que “quienes supuestamente cometieron este acto fueron algunos miembros de la Guardia Civil”. En este aspecto, ponía de relieve que “no se trata de criminalizar a la Guardia Civil, sino a 11 personas con nombres y apellidos que eran guardias civiles. No tenemos nada en contra de la Guarda Civil”.
Además, esperaban mantener también un encuentro con el responsable de Memoria Democrática ya que “siempre nos han negado que sean considerados como víctimas del terrorismo”. De este modo, explicaba Bachiller que “nos dicen que la legislación en vigor no contempla esta posibilidad, ni siquiera la de considerarlos como víctimas colaterales”. Por tanto, pedía este vecino de Albacete que “aunque no nos reciban estos tres ministros, esperamos que por lo menos actúen”.
Se mostraba sorprendido de que “a estas alturas ni el Parlamento andaluz, ni la Diputación de Almería, ni el Ayuntamiento de Almería, ni la Junta de Andalucía hayan hecho nada en recuerdo de las víctimas, por muy simbólico que sea”. “Siempre lo comparamos con lo que se hizo en Cantabria, pero nunca hemos recibido una contestación positiva por parte de estas instituciones andaluzas”, confirmaba Carlos Bachiller. Además, ponía de relieve las obras de remodelación de la Estación de Almería, reconociendo que “una de mis luchas es que reciba el nombre de Juan Mañas, ya que hizo la mili en ferroviarios, era ferroviario y de Almería”, añadiendo que “nos da igual de quien dependa, pero queremos que se haga”.
Espera una respuesta del Rey y que el Papa excomulgue de forma simbólica a los implicados en el ‘Caso Almería’
“Estas tres personas fueron secuestradas, torturadas y asesinadas por miembros de un cuerpo militarizado”, ponía de relieve Carlos Bachiller, quien lamentaba que “Casa Real no haya contestado nunca ninguna de mis cartas”. De este modo, desvelaba que ha remitido misivas “al Rey Juan Carlos, al Rey Felipe y a la Reina Letizia”, asegurando que “seguiré insistiendo”, ya que simplemente espera “una respuesta simbólica, no pretendemos que nos reciban en Zarzuela”.
Pero las cartas de Carlos Bachiller también han llegado hasta el Consejo General del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo, el Tribunal Supremo, el Tribunal de Justicia de Andalucía, la Audiencia de Almería y los juzgados de los que salió la sentencia del ‘Caso Almería’. Además, adelantaba este vecino de Albacete que se encuentra dispuesto a dar un paso más y elevar este caso a Europa porque “lo simbólico no implica hacer justicia”.
Esta correspondencia ha traspasado las fronteras de nuestro país y ha viajado hasta el propio Vaticano. Tras ponerse en contacto con la Conferencia Episcopal, Carlos Bachiller también ha remitido cartas al Papa para solicitar “de forma simbólica la excomunión de los acusados y condenados por este caso”, desvelaba este vecino de Albacete.
“Hay que tener en cuenta que estos jóvenes iban a celebrar una Comunión, pero lo que iba a ser un día muy feliz se convirtió en un hecho que a Francisco Mañas (hermano de Juan Mañas) todavía le sigue marcando”, exponía. De este modo, apuntaba que “han pasado 43 años y él a veces dice que sigue teniendo cierto sentimiento de culpabilidad”, y es que piensa que “si no hubiesen acudido a su Comunión, su hermano y sus amigos estarían vivos”.
“Lo que tenía que ser un bonito día para un niño de 8 años se convirtió en un sepelio”, señalaba Carlos Bachiller. Por tanto, manifestaba que “teniendo en cuenta las circunstancias en las que ocurrió todo, a dónde iban estos tres chichos y lo que acabó ocurriendo, he solicitado de forma simbólica que se excomulgue a los implicados”. Al respecto, exponía que “truncaron el día de la Comunión de un niño y la vida de todas estas familias, algo que les ha marcado de por vida”.

“Ni olvido, ni perdón. Justicia y reparación”
“Quedó demostrado que estos tres chicos no eran de este comando etarra que atentó contra el general Joaquín de Valenzuela, y es que no eran etarras”, ponía de relieve Carlos Bachiller. Tras la muerte de Luis Montero, Luis Cobo y Juan Mañas se procedió a la detención de los verdaderos implicados en este atentado terrorista, que además “no se correspondían con las fotos que en un principio se difundieron en prensa» y por las que fueron confundidos los tres amigos.
Por todo lo ocurrido en este caso y por casos similares consideraba Carlos Bachiller que “la Transición no fue un proceso idílico, ejemplar, modélico y envidiable en el que no se derramó ni una gota de sangre”. Al respecto, trasladaba que “prueba de ello es este caso”.
La lucha de este vecino de Albacete junto a las familias de las tres víctimas para reclamar justicia “no es para reabrir una herida, sino lo que queremos es cerrarla”, aseguraba Carlos Bachiller. Así, recordaba que “hay pasado ya 43 años”, y concluía con el lema que llevan por bandera estas familias: “Ni olvido, ni perdón. Justicia y reparación”.