Secretos de Albacete | Un libro jamás abierto, un azulejo, la bomba atómica y un vizconde y marqués

La bomba atómica, un marqués albaceteño, un libro cerrado y un azulejo especial

Las calles de Albacete están repletas de rincones y detalles curiosos, dispuestos a ser descubiertos. Quizá algunos más escondidos que otros, son muchos las curiosidades que pasan desapercibidas a la vista. Darnos cuenta de estos secretos resulta más sencillo cuando sabemos dónde están ubicados. Por este motivo, desde El Digital de Albacete desvelamos algunos de los secretos mejor guardados de la ciudad.

En esta ocasión comenzamos el recorrido en uno de los edificios más elegantes del centro de la capital albaceteña, situado en la calle Tesifonte Gallego. Entre la decoración del Chalet Fontecha, encontramos una pequeña curiosidad que pasa desapercibida incluso cuando observamos el edificio, ya que no es casi perceptible desde la calle en la que se encuentra el chalet, sino que tenemos que desplazarnos a la acera de enfrente para poder descubrirla. Posteriormente, haremos un alto en el camino en el principio de la calle Feria, para desvelar la curiosidad que guarda el edificio número 3 de esta conocida calle albaceteña que llega hasta el Paseo de la Feria. La última parada será la Catedral de San Juan donde el visitante podrá encontrar un relevante hecho histórico reflejo entre las pinturas del templo. Además, compartiremos uno de los grandes secretos de la catedral albaceteña, el libro cerrado del altar mayor. 

Toda una serie de curiosidades que son solo un ejemplo de otras muchas que se esconden entre las calles de Albacete, esperando a ser descubiertas, ya que aunque muchos las conocen, otros son desconocedores de estos secretos que guarda la capital albaceteña.

Fotos: Miguel Ángel Romero

La Virgen del Chalet Fontecha

Uno de los secretos de Albacete está escondido en pleno centro de la ciudad. Concretamente, en una de las fachadas del Chalet Fontecha, uno de los inmuebles más llamativos de la calle Tesifonte Gallego que data de la década de 1920, y que se ha convertido en uno de los símbolos de esta calle albaceteña, gracias a su amplitud y su decoración.

El Chalet Fontecha en su momento, fue una de las casas soñadas en Albacete, construida en las inmediaciones del Parque Abelardo Sánchez, que en esa época recibía el nombre de Canalejas. Alrededor del parque construyeron sus viviendas las familias adineradas de la ciudad, ya que lo consideraban un entorno idílico.

Chalet Fontecha / Foto: Miguel Ángel Romero

En la década de los años veinte,  los arquitectos Julio Carrilero y Manuel Muñoz dieron forma al palacete que albergó el hogar de la familia Fontecha. En su fachada exterior, existe una curiosidad que no resulta fácil de ver, ya que está ligeramente escondida. Para poder observarla, debemos cruzarnos a la acera de enfrente del chalet, y desde ahí podemos ver que en una de las fachadas laterales del edificio, entre su decoración, existe una especie de azulejo de la Virgen, enmarcada por un pequeño tejadillo y dos lámparas.

Hasta el momento, se desconoce la procedencia de esta representación de la Virgen, que probablemente colocó la propia familia, dueña del hogar en su momento. Un pequeño detalle que hace aún más especial la fachada de este singular edificio, que destaca por su elegancia y por su decoración.

Chalet Fontecha / Foto: Miguel Ángel Romero

El libro cerrado de la Catedral de Albacete

En la Catedral de Albacete hay un libro que nunca se abre y que siempre ha permanecido cerrado. Una curiosidad que se ha convertido en un atractivo más del templo albaceteño. Muchos vecinos de Albacete han buscado con la mirada en numerosas ocasiones ese libro que jamás se abre, y es que este objeto tiende a pasar desapercibido por los ojos de los albaceteños.

Altar mayor / Foto: Miguel Ángel Romero

El libro cerrado de la Catedral San Juan Bautista “es el propio altar mayor”, tal y como confirma el párroco Diego Herreros a El Digital de Albacete, ya que cuenta con unos detalles que simulan las páginas y la encuadernación propia de un libro. Un detalle difícil de admirar, ya que además de estar curiosamente escondido, generalmente el altar se cubre cuidadosamente para misas y eventos, por lo que no queda visible.

Altar mayor / Foto: Miguel Ángel Romero

De esta manera, el altar esconde esta curiosidad que da cuerpo y peso al elemento, además de contar con minuciosos detalles tallados que lo hacen especial. Una curiosidad más de la Catedral albaceteña que cuenta una identidad propia.

Calle Feria, número 3

Otro de los muchos secretos que se esconden en Albacete se encuentra en una de las calles más transitadas en la ciudad durante el mes de septiembre. Concretamente, está situado en el número 3 de la calle Feria, donde una placa pasa desapercibida a los ojos de albaceteños y visitantes, debido a que ha ido perdiendo color, pasando a un tono grisáceo que se camufla con la propia pared en la que está instaurado.

Placa / Foto: Miguel Ángel Romero

En esta calle, el Ayuntamiento de la ciudad decidió colocar una placa a las puertas de la que fue la casa de Mariano de las Mercedes Roca de Togores y Carrasco, primer Marqués de Molins y vizconde de Rocamora. Este escritor nació en Albacete en 1812 y fue orador, diplomático y político, siendo ministro durante el reinado de Isabel II. Además, durante su trayectoria fue miembro y presidente de la Real Academia Española.

Placa / Foto: Miguel Ángel Romero

A su muerte, el Ayuntamiento de Albacete decidió homenajear a su paisano colocando una placa a las puertas del edificio que un día fue su casa, para no olvidar la gran aportación de este albaceteño al país y al mundo de las letras.

La bomba atómica, en Albacete

Las pinturas de la Catedral de Albacete se componen de murales de amplias dimensiones, (de hecho son unos de los más grandes del mundo), y gracias a su amplitud y detalle, esconden decenas de pequeños secretos y curiosidades. Su gran magnitud hace que la mirada se pierda entre tantos detalles, donde conviven ciertos anacronismos, representando así hechos religiosos e históricos en un mismo espacio.

Entre ellos, destaca la representación de la catástrofe de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki que conmocionó al mundo. Un hecho que ha pasado a la historia de la humanidad y que ha calado en ella, y también lo ha hecho sobre las paredes del templo albaceteño, donde ha quedado retratado para la posterioridad.

Detalle Bomba atómica / Foto: Miguel Ángel Romero

Al entrar a la Catedral de San Juan Bautista por su entrada principal, en uno de los primeros murales de la pared de la derecha, podemos encontrar este acontecimiento histórico representado en la esquina de uno de los murales.

La bomba atómica se lanzó en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, en las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki, quedando totalmente arrasadas debido a la potencia de este artefacto. Sin duda un hecho presente en los libros de historia, que conmocionó a la sociedad y que todos conocemos, que ha quedado retratado a miles de kilómetros de su lugar de impacto, ya que Casimiro Escribá decidió pintarlo entre los cientos de detalles de sus precisas pinceladas.

Detalle Bomba atómica / Foto: Miguel Ángel Romero

Estos son solo algunos ejemplos de las decenas de curiosidades escondidas en nuestra ciudad, que a veces pueden pasar por alto a simple vista, pero que tras descubrirlas es más sencillo poder contemplarlas. Varios detalles que aportan un valor añadido a Albacete y que esconden pequeñas historias tras ellos.

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Noelia López

Natural de Albacete, Graduada en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández. Experiencia en medios de comunicación como VIsión6, Es Radio y Telemadrid
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