Albacete es una ciudad que guarda secretos entre sus calles. Pequeños detalles y curiosidades que los albaceteños pasamos por alto, fruto de la rapidez que exige la rutina. Por este motivo, desde El Digital de Albacete, continuamos con nuestra peculiar ruta por la capital albaceteña, para desvelar todos esos secretos que habitan en Albacete y que merece la pena que sean contados.
Una apuesta para poner en valor el patrimonio de la capital albaceteña que puede pasar inadvertido por los ojos de los albaceteños. En esta ocasión, como grandes protagonistas desvelamos curiosidades de la antigua Puerta de Hierros cuya réplica está en el Parque de los Jardinillos, la leyenda de la Fábrica de Harinas y los leones de su escalinata, el origen de la talla de la Virgen de los Llanos situada entre la calle Mayor y la calle del Rosario, y una pequeña cabeza del diablo que está tallada en la Catedral San Juan Bautista de Albacete.
Antigua Puerta de Hierros en el Parque de los Jardinillos
La Feria de Albacete cuenta con varios siglos de historia a sus espaldas. Por la Puerta de Hierros han pasado millones de personas y ha sido testigo de la evolución de aquella feria ganadera a lo que hoy conocemos como nuestra Feria. Varios siglos escoltando el recinto ferial han pasado factura a la Puerta de Hierros, que ha tenido que ir evolucionando al compás de la Feria.
Uno de los secretos más antiguos de la Feria de Albacete se guarda en el Parque de los Jardinillos, aunque está a la vista de todos, en la misma puerta de este parque. Entrando al parque por la calle Feria, enfrente de la Plaza de Toros, la misma puerta del pulmón verde de la feria, es una réplica de la Puerta de Hierros que presidió la Feria de Albacete entre 1783 y 1974. Casi dos siglos de historia de la ciudad en los que esta construcción fue testigo presencial de todo lo que sucedía en el recinto ferial.
Muchos albaceteños han pasado por esa puerta en numerosas ocasiones, sin saber que de esta manera se adentraban, aunque quizá solo en ese paso, en la antigua Feria de Albacete, la misma que pisaron nuestros antepasados.
La Fábrica de Harinas: Entre leones y leyendas
El edificio de la Fábrica de Harinas, situada en el Paseo de la Cuba de la capital albaceteña, es uno de los símbolos más representativos de Albacete, que han sobrevivido al paso del tiempo en la ciudad y que supone un icono de la capital albaceteña. Un edificio modernista, cuyo proyecto estuvo encabezado por una empresa suiza, lo que deja entrever el estilo industrial europeo de principios del siglo XX.
Un imponente edificio, escoltado por dos leones al inicio de la escalinata, en el que habita una leyenda. Según se cuenta en Albacete, dos ladrones entraron a robar cereales a la Fábrica de Harinas y mientras los individuos huían con el ansiado botín, un ángel apareció tras cometer el robo. Los ladrones explicaron a este ángel que habían llevado a cabo aquel hurto debido a la mala situación por la que pasaban junto a sus familias, lo que levantó la compasión del ángel y decidió perdonar su acción y permitir a cada individuo llevar un saco de cereal a casa.
Uno de los ladrones guardó grano para sembrar y alimentar a su familia, y el otro decidió venderlo y especular con él. Al final, ambos individuos se quedaron sin material y decidieron regresar a cometer el mismo robo que la vez anterior, pero esta vez sin tanta suerte. El ángel volvió a sorprenderlos y esta vez no los compadeció, y decidió convertirlos en los dos grandes leones que llevan siglos escoltando el palacio.
Como castigo, el ángel colocó al ladrón que guardó el grano mirando hacia el este, para que pudiera ver la salida del sol cada día. Sin embargo, al ladrón que especuló con el grano lo colocó al oeste, privándolo de ver el amanecer. En estas esculturas, se pueden observar rasgos casi humanos, a los que hace referencia la leyenda. Concretamente, el león situado al este cuenta con mejor aspecto y un rasgo ligeramente más desenfadado que el animal situado al oeste. Una leyenda que ha sobrevivido al paso del tiempo y que ha hecho testigos a estos supuestos ladrones del ir y venir de las personas que han visitado la Fábrica de Harinas a lo largo de los años.
Ahora que ya sabemos la leyenda, cabe destacar que las piezas de los leones son obra de escultor Miguel Evaristo, quien fue propietario de una empresa situada en la localidad de Monóvar (Alicante), que se dedicaba a trabajar el mármol y la piedra, tal y como ha explicado Amelia González, guía turística oficial de Castilla-La Mancha a El Digital de Albacete.
Los leones comparten escultor con el que llevó a cabo la famosa Fuente de las Ranas, que ha decorado diferentes puntos de la capital albaceteña a lo largo de la historia, desde la Plaza Gabriel Lodares hasta el Parque Lineal, donde luce en la actualidad.
Si entramos en detalles, podemos observar que ambas esculturas cuentan con elementos que hacen referencia al comercio, como el yelmo de Mercurio o la vara de Caduceo. También se pueden observar otros pequeños detalles que simbolizan la industria como la rueda dentada, y algunos otros que hacen referencia a la prosperidad, a la fortuna y a la agricultura, tal y como ha explicado Amelia González, guía turística oficial de Castilla-La Mancha a El Digital de Albacete.
La hornacina de la Virgen de Los Llanos del centro de Albacete
Un paseo por el centro de Albacete puede ser sinónimo de descubrimiento. Muchos son los secretos que los albaceteños pasamos por alto en numerosas ocasiones, y es que a veces la rutina no nos deja ver lo que tenemos delante.
Es el caso de la Virgen de los Llanos que se encuentra ubicada en la fachada del inmueble que hace esquina entre la calle Mayor y la calle del Rosario, una réplica de la patrona de Albacete que guarda el centro de la capital albaceteña.
Su origen data de principios del siglo XX, cuando en ese mismo emplazamiento había un comercio de tejidos llamado ‘La Virgen de Los Llanos’. En la misma fachada, había un relieve de la Virgen, del tallista y escultor Gregorio Guerrero Plaza, nacido de Peñas de San Pedro a finales del siglo XIX. Finalmente, este edificio fue demolido, y no se sabe si aquel relieve se llegó a conservar o simplemente desapareció con el edificio.
Paralelamente, con la llegada de la guerra, la talla original de la Virgen de los Llanos quedó destruida y se restauró alrededor del año 1940. Durante esta restauración, se realizaron tres réplicas idénticas de la Virgen de Los Llanos. Una de ellas se encuentra en el Ayuntamiento de Albacete, otra es la que conocemos en el centro de Albacete, y existiría “una tercera, de la que se desconoce su paradero exacto, ya que está en manos de un particular”, tal y como explica el presidente de la Real Asociación de la Virgen de los Llanos de Albacete, Antonio Fernández-Pacheco a El Digital de Albacete.
Una de estas tres réplicas idénticas es la que hoy continúa en esta céntrica calle de la capital albaceteña, ya que en ese mismo lugar, el propietario decidió sustituir aquel relieve, y en su lugar colocó esta imagen obra del taller de Ramiro Undabeytia Lorenzana, tal y como explica el presidente de la Real Asociación de la Virgen de los Llanos de Albacete, Antonio Fernández-Pacheco.
La cabeza del diablo en la Catedral San Juan Bautista
La catedral de San Juan Bautista de Albacete es uno de esos lugares emblemáticos de la ciudad que guarda más secretos y curiosidades por metros cuadrado. Un gran espacio que alberga innumerables detalles y curiosidades entre sus rincones. Aunque en numerosas ocasiones los albaceteños hayamos entrado en la Catedral de Albacete, no basta con una vista general para darse cuenta de todos estos secretos que el templo guarda entre sus paredes.
La Catedral de San Juan Bautista data de finales del siglo XIII, cuando se comenzó a poner en marcha este proyecto que no se vio terminado hasta 1949, ya que el templo iba siendo demolido y restaurado por el paso del tiempo y el peso de la historia. Simplemente, en su fachada, podemos observar como diferentes corrientes arquitectónicas conviven en un mismo espacio, símbolo del propio paso de los siglos. En su interior ocurre exactamente lo mismo, donde conviven diferentes estilos y numerosas curiosidades que hacen que la Catedral de Albacete tenga su sello de identidad y una personalidad propia.
Una de estas pequeñas curiosidades que saltan a la vista, aunque no siempre somos capaces de ver, es la pequeña talla de la cabeza del diablo tallada en la Cátedra de Obispo.
Bajo esa misma silla de madera, que ocupa el máximo responsable de la Diócesis de la provincia de Albacete, se encuentra tallada la cara del diablo. Un símbolo que hace referencia al bien y al mal, y como éste último estará siempre por debajo del bien. Una especie de metáfora, cargada de simbolismo, en la que el bien está representado en la figura del obispo.
Albacete es una ciudad de pequeños detalles cargados de historias y leyendas. El paso del tiempo y el propio peso de la historia de la ciudad ha hecho que algunos de estos secretos hayan desaparecido, pero ha dejado otros muchos en pie para darle un sello de identidad propio a la capital albaceteña.
// Fotos: Miguel Ángel Romero //