Juan Francisco García está desesperado por encontrar a su hijo Juan Alberto, desaparecido desde el mes de abril, y no va a dejar de intentarlo de todas las maneras posibles. Sea como sea y cueste lo que cueste. Hace unos días, una pista cargada de veracidad le hizo partir sin dudarlo lo más mínimo rumbo a Estocolmo para, ayudado tan solo del traductor de Google, tratar de averiguar el paradero de su hijo en Suecia.

De vuelta a España y a su Albacete natal, Juan Francisco cuenta a El Digital de Albacete que aunque esa peripecia disfrazada de viaje no le ha servido para ver a su hijo y poder volver a abrazarlo, sí que ha dado sus frutos y gracias a la policía sueca sabe que Juan Alberto, su vástago, «está vivo» y que, efectivamente, «en Suecia».
Desaparecido en Albacete
De la desaparición de Juan Alberto ya les hemos mantenido informados desde El Digital de Albacete, una desaparición que se produjo el pasado mes de abril y que no fue denunciada hasta mayo, y de la que tanto la Asociación SOS Desaparecidos como el Centro Nacional de Desaparecidos dieron debida cuenta a través de sus soportes digitales.

Tras dicho anuncio y después de las pertinentes labores de investigación, desde El Digital de Albacete pudimos contactar con Juan Francisco, padre de Juan Alberto, quien nos contó que su hijo padece una enfermedad mental y que por ello su desaparición está considerada como de vulnerabilidad especial.
“Mi hijo tiene una enfermedad mental, padece esquizofrenia paranoide”, confirmaba entonces Juan Francisco García, padre del desparecido a El Digital de Albacete. Sobre este problema mental detallaba que “hablas con él y posiblemente no te des cuenta de su enfermedad”, considerando que algunos especialistas “nos han dicho que tenemos un lobo vestido de cordero”.
Este albaceteño no es consciente de su enfermedad, según afirma su padre
Reconocía García que un hecho que hace especialmente complicada la situación de su hijo, de 30 años y desparecido en Albacete, es que “Juan Alberto no es consciente de su enfermedad”, por lo que probablemente lleve meses sin tomar la medicación que tiene pautada, indicando su padre al respecto que “es vital poder llevarlo a una nueva valoración médica y es preciso que se tome su medicación”.
Debido a su problema mental, la curatela de Juan Alberto “la tenía la Fundación Familia de Albacete”, compartía con El Digital de Albacete el padre del desaparecido. Se trata de un Organismo Tutelar de personas con enfermedad mental residentes en Albacete y provincia con la vocación de cubrir todas sus necesidades en el que ha estado Juan Alberto “los últimos tres años”, indicaba su progenitor.

Un organismo con el que esta familia de Albacete no ha mantenido una buena relación ya que “siempre nos han dicho que estábamos impidiendo su trabajo, pero mi hijo no ha estado debidamente atendido ya que iba deambulando de un lado para otro, pedía comida en el Cotolengo y dormía en los albergues de Albacete”, trasladaba Juan Francisco García. Además, manifestaba sobre la situación de su hijo que “ha llegado a colarse por el hueco de la puerta de una vivienda que tenemos en La Roda y se quedaba ahí a dormir”. Incluso, puntualizaba que “ha habido veces que se presentaba en mi casa y me pedía que por favor le diera de comer o que le lavara la ropa”, una situación que desde la fundación no consideraban apropiada y ante la que “iban a pedir algún tipo de medida cautelar”, exponía.
De pronto, el pasado 23 de abril, toda comunicación de Juan Alberto con su familia se cortó de raíz y dejaron de tener noticias de él, dándolo por desaparecido y presentando sus padres la pertinente denuncia en la Policía Nacional prácticamente un mes después; el 25 de mayo.
Una videollamada dio esperanzas a esta familia de Albacete
Tras varios meses sin saber nada de Juan Alberto desde que se le dio por desaparecido, una videollamada a un amigo suyo con un número de teléfono de Azerbaiyán sirvió para dar un pequeño giro al devenir de esta historia. Y es que, gracias a esa videollamada, los padres de Juan Alberto pudieron saber que estaba en Estocolmo; aunque él no lo dijo en ningún momento, y además le pidió a ese amigo que no contara nada de la videollamada que le hizo aquel día.
Su amigo, lo que sí hizo, además de decírselo a los padres de Juan Alberto, fue hacer una captura de pantalla de esa videollamada, para poder tener así el aspecto actual de Juan Alberto, ya que era muy distante de la imagen que siempre han estado acostumbrados a ver.

Tras averiguar que estaba en Estocolomo, los padres de Juan Alberto fueron a comunicarlo a la Policía Nacional y al juzgado que lleva las causas pendientes que tiene este treintañero de Albacete, pero si no se emite una orden internacional de búsqueda por parte del juez, cosa que no se ha hecho según explica el padre del desaparecido, la Policía Nacional sólo puede buscarlo de fronteras para adentro, pero no en Suecia ni en ningún otro punto del mundo.
En ese mismo instante, Juan Francisco supo que si quería saber de su hijo cuanto antes tendría que ir él a Suecia a buscarlo. Y así lo hizo, “sin saber más idioma que el español y con la única ayuda del traductor del teléfono”, cuenta el padre del desaparecido a El Digital de Albacete.

“Mi hijo hizo una videollamada a un amigo suyo con un teléfono de Azerbaiyán que le dejaron unas personas que lo habían visto, estuvo hablando con él un rato y días después hicimos nosotros una llamada a ese número de teléfono. Nos cogió el teléfono una persona que hablaba ruso, y una amiga nuestra que habla ese idioma nos tradujo y pudimos hablar con esta persona, que nos contó que a mi hijo lo había visto en Estocolmo, concretamente en la Estación Central”, manifiesta a El Digital de Albacete el padre del desaparecido, añadiendo que “la única manera de poder hacer algo era irme yo a Suecia, porque al no haber emitida por el juez una orden internacional de búsqueda, la Policía Nacional no puede hacer nada hasta que mi hijo pise territorio español. Lo que sí que han hecho es ponerlo en busca y captura en España, pero de fronteras para afuera no se puede hacer nada si no hay una orden internacional de búsqueda dictada por un juez”.

De Albacete a Suecia
Movido por su amor de padre y por las ganas de volver a abrazar a su hijo, Juan Francisco puso rumbo a Suecia a pesar de lo complicado del envite ya que, tal y como reconoce, “sólo sé hablar castellano, no sé idiomas, así es que imagina lo que es irte a Suecia para tratar de hablar con la policía de allí e intentar localizar a mi hijo. Ayudado del traductor del teléfono y de Google lo hemos podido hacer, pero al ser mayor de edad mi hijo, la policía sueca sólo me ha dicho que efectivamente Juan Alberto está en Suecia y que esta vivo, pero no me han podido decir nada más a pesar de que lo he intentado todo e incluso me he reunido con el Cónsul. Pero nada. Al ser mayor de edad…”

Argumenta Juan Francisco que “la policía sueca me dijo que no me preocupara, que mi hijo estaba cuidado, tal y como comprobaron en sus bases de datos a través del ordenador al darles yo el DNI de él, pero no me pudieron decir si estaba preso, ingresado en un centro o en qué situación se encuentra. Sólo que estaba cuidado”.
Juan Francisco añade que “por la cara que me pusieron yo creo que está ingresado en un centro, porque en Suecia todo lo que tiene que ver con los problemas mentales lo tienen muy controlado y lo llevan a rajatabla. Según me confirmaron”.

Otra barrera más para esta familia de Albacete
Tras superar una barrera tras otra, viaje, idioma, incertidumbre, angustia… Juan Francisco se topó de bruces con otra; la mayoría de edad de su hijo. “Al ser mayor de edad no me pueden decir nada de nada. Hablé también con el Cónsul y le conté todo lo que está pasando con mi hijo, indicándome que trataría de hacer todo lo posible por ayudarnos, pero advirtiéndome también de que la policía sueca mantiene a más no poder la privacidad y que ni siquiera a él le dirían nada del paradero de mi hijo”.
Añade este padre de Albacete que “sería mi hijo el que tendría que ponerse en contacto con el consulado de España en Suecia, pero de no ser así, el Cónsul tampoco podría hacer nada ya que la policía no ofrecerá ningún tipo de información”.
Tras hablar con la policía y el Cónsul, y como el ciudadano de Azerbaiyán que le prestó el móvil a su hijo les dijo que lo había visto en la Estación Central de Estocolmo, Juan Francisco pasó muchas horas de su viaje a Suecia en la citada estación por si acaso su hijo hacía acto de presencia y se lo podía encontrar de una, sin embargo, no hubo suerte y el encuentro entre padre e hijo entre los andenes no se produjo. “Me recorrí la estación de arriba a abajo muchas veces, pero a mi hijo no lo vi. También fui a un bar español que hay frente a la estación por si hubiera dado la casualidad que lo hubieran visto, pero tampoco hubo suerte aunque trataron de ayudarme en todo lo posible”.

Con una sensación que se mueve entre la resignación y la felicidad, Juan Francisco explica que “aunque no he podido ver a mi hijo estoy más tranquilo, porque sé que está vivo e incluso creo que en Suecia puede estar mejor atendido de su enfermedad que en España. Por lo que yo he visto, allí disponen de más medios y recursos para tratar a las personas que sufren cualquier tipo de enfermedad mental como le pasa a mi hijo”.
Con un dolor tremendo, Juan Francisco argumenta que “si mi hijo no quiere verme porque su estado mental no le permite ser consciente de la realidad, pues no lo veré, por desgracia y con todo el dolor de mi corazón, pero quiero que sepa que no lo olvido y que estoy preocupado por él y por su salud. No se toma la medicación y eso le hacer perder la noción de la vida, cuando accedía a tomársela todo era más normal. Por mucho daño que me haga nunca dejaré de quererlo, porque es mi hijo, y no olvido todos los momentos que he pasado a su lado. Voy a luchar con todo por reencontrarme con él”, afirmaba Juan Francisco para cerrar su conversación con El Digital de Albacete.