Casi un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo, un tiempo que es fundamental para nuestra salud física y mental. Sin embargo, muchas son las personas que no logran descansar las horas que se requieren para tener un sueño de calidad y que oscilan de media entre las 7-8 horas, aunque depende de las necesidades de cada persona.
Para dar a conocer la importancia de la calidad del sueño, sus beneficios así como los problemas que se derivan de la falta de sueño y que afectan a un gran número de personas este viernes, 18 de marzo, se celebra el Día Mundial del Sueño. Este año el lema es ‘Sueño de calidad. Mente sana. Mundo feliz’. Un lema que para el neumólogo y coordinador de la Unidad del Sueño de Albacete, Ramón Coloma, sería mejor “Mundo feliz. Mente sana. Y, entonces, se duerme bien”, porque dormir señala el doctor “no es tan complicado. Estamos diseñados para dormir, pero lo que nos pasa durante el día o lo que nos pasa en la vida en general sí que influye muchísimo en que durmamos bien o mal. El problema principal del sueño es tener un sueño de calidad, me refiero a tener tiempo suficiente para dormir, a dormir en una situación agradable, de temperatura, de ruido, de oscuridad”. Y es que en el mundo en el que vivimos disponer de tiempo suficiente para dormir teniendo unos horarios laborales, comerciales, sociales que nos hacen permanecer despiertos hasta muy tarde nos plantea dificultades, ejemplo de ello es el horario prime time de la televisión, por lo que insiste Coloma que en el sueño es importante disponer de tiempo para poder prepararse al sueño y tener tiempo para dormir lo suficiente, “no creamos que podamos hacer con el sueño lo que queremos, tenemos que respetarlo y tenemos que darle los medios para que el sueño sea de calidad”.

Un día conmemorativo y también de reivindicaciones en el que señala Coloma “deberíamos reivindicar que nos dejen dormir bien, que nos dejen tiempo para dormir y que nos permitan tener unos mínimos requisitos para poder dormir bien”, en este caso pone como ejemplo los problemas que en este aspecto tiene la gente que vive en La Zona de Albacete, y es que incide en que “dormir bien es calidad de vida y es algo que no se puede sustituir por otra cosa. La memoria necesita del sueño, un sueño de mala calidad supone unos problemas cognitivos a veces muy importantes”.
Unidad del Sueño en Albacete
Albacete cuenta con la Unidad del Sueño de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, coordinada por el neumólogo Ramón Coloma, y en la que se da respuesta a la demanda asistencial de estudios de trastornos respiratorios del sueño incluyendo el proceso diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento. Una Unidad hasta la que llegan alrededor de 1.200 solicitudes cada año. La Unidad del Sueño pertenece al Servicio de Neumología, resalta Coloma y “surgió a raíz de que se empezó a conocer bien el síndrome de apnea del sueño, que es una enfermedad en la que las personas durante el sueño roncan mucho, tienen paradas en la respiración y como consecuencia de esto tienen un sueño de mala calidad. Se trata de un sueño muy interrumpido porque tienen que estar haciendo un esfuerzo excesivo para mantener su respiración y eso tiene consecuencias neurológicas sobre la calidad de vida con el consiguiente riesgo de accidentes, pero además existe un riesgo sobre la salud especialmente en el aspecto cardiovascular porque estos pacientes por encima de un determinado nivel de gravedad tienen un riesgo cardiovascular aumentado de ictus, de cardiopatía isquémica, etc”. Por todo esto incide Coloma que es una enfermedad que tiene mucha importancia como problema de salud pública y también por su enorme prevalencia, “casi un 10% de la población adulta necesita algún tipo de atención en relación con esta patología”.

La Unidad empieza a funcionar oficialmente en el año 1999 que es cuando se crea el laboratorio de Polisomnografía en el Hospital de Albacete, una habitación en la que se instalan dos polisomnógrafos con una auxiliar de clínica y el doctor Coloma, momento en el que empiezan también a hacer estudios vigilados y estudios ambulatorios a partir de 2003, que entra una segunda auxiliar de clínica, técnicos de sueño. “Empezamos a hacer estudios ambulatorios en vista de la enorme demanda y también nos damos cuenta de que son estudios suficientes para dar un resultado, para hacer un diagnóstico de calidad y poder tratar de forma correcta a los pacientes”, resalta Coloma.
Los pacientes, 2/3, llegan derivados desde Atención Primaria o bien desde otras especialidades hospitalarias, la gran mayoría por sospecha de síndrome de apnea del sueño, “remitidos al servicio de Neumología y ahí decidimos el tipo de prueba, la prioridad y luego nos encargamos de aplicar el tratamiento y de hacer un seguimiento hasta que conseguimos la estabilidad del paciente, el control de los síntomas”, resalta Coloma.
De cada cuatro pacientes que acuden a la Unidad del Sueño tres son hombres y una es mujer, siendo el perfil común con sobrepeso, en torno a los 50 años, “en las mujeres es una patología que aparece un poquito más tarde, de media entre los 55-60 años, siendo la menopausia un poco el punto en el que la prevalencia es mayor en las mujeres”, destaca el doctor.

Las apneas del sueño producen caídas del oxígeno en sangre y obligan al paciente a realizar constantes esfuerzos respiratorios que le impiden descansar correctamente; por ello, los pacientes pueden referir síntomas relacionados con una mala calidad del sueño, como somnolencia, cansancio o irritabilidad.
Estos síntomas pueden ser muy invalidantes, e incluso poner en peligro al paciente como por ejemplo en la conducción de vehículos o el manejo de maquinaria pesada. Los niños también pueden estar afectados, en este caso principalmente en relación con la hipertrofia de las amígdalas y las vegetaciones, pero también en algún caso en relación con la obesidad. “En los niños es una patología que puede asociarse a problemas de crecimiento, especialmente de peso, académicos, problemas de dificultad de aprendizaje y también parece ser que algunos trastornos de déficit de atención, hiperactividad…” subraya el doctor de la importancia de su diagnóstico, y es que cada año realizan unos 50-60 estudios a niños.
Hasta la Unidad del Sueño en Albacete el paciente llega con más de un motivo, puede tener apnea del sueño o insomnio, en este último caso “son problemas de la vigilia que hacen que el sueño sea de mala calidad, esto lo ve más atención primaria, psiquiatría, psicología”. Otro tipo de trastornos que se encuentran, destaca Coloma, son enfermedades neurológicas como la narcolepsia, la hipersomnia idiopática, además de un trastorno muchas veces no diagnosticado pero muy prevalente que es el síndrome de piernas inquietas. “El síndrome de las piernas inquietas es un problema neurológico de personas que durante el día, especialmente en la tarde noche, cuando están en reposo tienen la necesidad imperiosa de mover las piernas, incluso se tienen que levantar porque al caminar se le alivia un poco esta molestia”, es una patología que desgrana el doctor es especialmente prevalente en “personas con déficit de hierro, también se asocia con el uso de algunos medicamentos”.
Tratamiento
El tratamiento del síndrome de apnea del sueño busca, en primer lugar, actuar sobre los factores del síndrome. El sobrepeso y la obesidad es un factor de riesgo principal en los pacientes y la pérdida de peso puede ser curativa.
También es muy importante educar al paciente en higiene de sueño. Y es que determinados comportamientos, como la reducción del tiempo de sueño, cenas tardías y copiosas, actividad física o intelectual previa al sueño favorecen la mala calidad del sueño, y la simple corrección de éstos puede ayudar a mejorar al paciente.

A la espera de corregir estos factores, se ofrece al paciente un tratamiento específico, la presión positiva continua sobre la vía aérea, CPAP en sus siglas en inglés. Se trata de un dispositivo que, a través de una mascarilla nasal, inyecta aire a presión en la faringe para evitar que se cierre, y que por tanto elimina el ronquido y las apneas. “El paciente cuando respira con este aparato durante el sueño, al entrar el aire con mayor presión, la vía aérea superior no se cierra, es un poco el origen del ronquido de apnea, y el paciente puede respirar sin hacer ese esfuerzo que le fragmenta tanto el sueño”, manifiesta Coloma que es un tratamiento “muy eficaz y la mejoría a veces es espectacular. El paciente rápidamente en un plazo de una o dos semanas se adapta en la inmensa mayoría de los casos y consigue una mejoría que va a mantener posteriormente, siempre que el tratamiento esté bien indicado, es decir que hayamos demostrado que es una persona que tiene una alteración del sueño significativo y que tiene unos síntomas o una situación de otras enfermedades que justifican que le pongamos este tratamiento”.
Consejos para conciliar el sueño
El sueño es uno de los pilares para una salud óptima. Por esta razón, Ramón Coloma señala que lo que no se debe de hacer es tener poco tiempo para dormir, acostarse muy tarde, por lo que insiste en disponer de tiempo suficiente; cenar poco y temprano, lo ideal es que transcurran como mínimo unas dos horas entre la cena y el inicio del sueño; antes de dormir evitar tener actividades que sean demasiado intensas, tanto intelectuales como físicas; evitar una excesiva exposición a la luz o al ruido así como sumar un ambiente adecuado en cuanto a temperatura. Disfrutar de un sueño reparador y de calidad es una de las claves para mantenernos sanos.