En la actualidad utilizamos nuestro teléfono móvil para realizar todo tipo de gestiones y para todo tipo de usos, tanto profesionales como personales. Nos levantamos por la mañana pegados al teléfono y probablemente también sea lo último que utilizas antes de irte a dormir. Un uso constante que está pasando factura a muchas personas, que encuentran imposible concentrarse.
Muchos usuarios de teléfonos móviles sienten que son incapaces de ver una película, trabajar delante de un ordenador o leer un libro sin consultar el móvil a los pocos minutos de empezar. La capacidad de prestar atención a algo sin recurrir al teléfono se ha vuelto imposible para miles de personas, algo que les afecta tanto a nivel de estudios como en su propio puesto de trabajo.
La esclavitud de la inmediatez
Mirar el móvil cada diez o quince minutos en cuanto tenemos oportunidad para hacerlo es algo que muchas personas hacen de forma casi instintiva. No nos damos cuenta pero estamos cada vez más consumidos por la cultura de la inmediatez que nos ofrecen los teléfonos móviles, pues tenemos en la palma de nuestra mano todo lo que nos gusta de forma muy rápida.
En las pantallas todo va muy rápido, mientras que en el mundo real todo parece ir más lento. Por ello, cada vez más personas sienten la necesidad de una desconexión digital para recuperar su capacidad de concentración a través de metodologías como el mindfulness, así que si es tu caso y necesitas saber qué es el método de mindfulness puede ser una excelente decisión.
Lo primero que hay que hacer es admitirlo y reconocer que nos aburrimos con demasiadas cosas que se cuecen lentamente porque ya no entendemos algo que no funciona rápido y en el momento. Las explicaciones de un profesor en clase, una exposición en el trabajo o una película en el cine ya no somos capaces de estar tranquilos sin meter la mano en el bolsillo y sacar el teléfono aunque sea para consultar las notificaciones.
Una distracción permanente con consecuencias en el trabajo
Muchas de las personas que se ven afectadas por este uso excesivo del móvil sienten que esta distracción continua de recurrir cada pocos minutos al teléfono tiene consecuencias negativas sobre su trabajo. Al final sienten que tienen que trabajar más horas de lo habitual para ser igual de productivos que lo eran antes de tener esta necesidad de consultar a cada rato el teléfono.
Las continuas pausas en las tareas para consultar el teléfono pueden consumir muchos minutos a lo largo de la jornada laboral y con ello el trabajador ve reducida su productividad. Es algo que ocurre también en las reuniones de trabajo, incluso cuando se tratan asuntos importantes. Llega un momento en el que la mente siente la necesidad de recibir los agradables estímulos que nos ofrece el móvil.
Estos estímulos rápidos y constantes nos ayudan a evadirnos en situaciones incómodas, difíciles y ante tareas largas y con ello perdemos la capacidad de reflexionar cuando nos enfrentamos a algún tipo de complicación. Nuestro cerebro poco a poco desea esforzarse menos porque se ha acostumbrado a la inmediatez y a los estímulos rápidos e inmediatos.
Un problema que tiene salida
Los psicólogos encuentran cada vez más personas en sus consultas que se sienten adictas a la tecnología, sobre todo al teléfono móvil. Estas personas normalmente usan pantallas durante todo el día, tanto para su ocio como en el trabajo. Los psicólogos ayudan a estas personas a través de terapias a dejar atrás este tipo de hábitos perjudiciales a través de técnicas como el mindfulness.
El objetivo es que los usuarios se sientan satisfechos y realizados haciendo otras actividades creativas en su tiempo libre sin necesidad de recurrir constantemente al teléfono. Y, sobre todo, hay que tener tiempo para el aburrimiento, porque es cuando el cerebro se activa más y surgen grandes ideas creativas que luego podemos aprovechar.
Dicen los psicólogos que recurrimos de forma frecuente al móvil para buscar un premio o aliciente para compartir con los amigos, que nos haga reír o que nos produzca algún tipo de satisfacción, pero todo ello interfiere en las tareas de nuestro día a día que necesitan de una atención sostenida. Tan solo hay que encontrar la forma de desconectar de la tecnología para evitar situaciones de mayor gravedad como las adicciones.