Francisco Madinabeitia: “Ahora es cuando he sido consciente de que la radio pública es un servicio de primera necesidad”

/Javier Romero/

Su voz acompaña a los castellano-manchegos desde bien temprano, y es que muchos eligen la compañía de este profesional de la radio para comenzar la jornada informándose de lo que sucede en nuestra región y en el país.

El primer café, el trayecto al trabajo o al colegio a dejar a los niños, o la jornada laboral cuentan con la compañía para muchos de Francisco Javier Madinabeitia, editor y presentador del informativo matinal ‘Castilla-La Mancha Hoy’ en Castilla-La Mancha Media Radio.

Este bilbaíno de nacimiento y talaverano de adopción, es Llcenciado en Ciencias de la Información, rama Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y lleva trabajando en medios de comunicación desde el año 1990, ha pasado por cabeceras como Diario 16 o el diario Ya. Inició su carrera profesional en la Cadena Cope hasta el año 2001, en que se incorporó a Castilla-La Mancha Media Radio. En este Ente Público, ha sido delegado territorial en Talavera de la Reina, entre los años 2002 a 2011, subdirector de Informativos de Castilla-La Mancha Televisión y actualmente es el editor y presentador de Castilla-La Mancha hoy en CMM Radio.

Según confiesa en su perfil publicado en la web de CMM, es un amante de la naturaleza, del cine, del deporte…y del mus. En sus ratos libres, que no abundan, le gusta meterse entre los fogones y cocinar platos de cuchara, sin espumas, sin emulsiones ni nitrógeno líquido.

Con él hemos querido charlar en El Digital de Albacete para conocer cómo aborda la situación actual desde su espacio ‘Castilla-La Mancha hoy’

EL DIGITAL DE ALBACETE- Es una de las voces más conocidas de la radio de Castilla-La Mancha y podríamos decir el periodista radiofónico que más madruga…

FRANCISCO MADINABEITIA- No se si soy el que más madruga, supongo que habrá compañeros en otras emisoras que madrugarán más, de hecho en la Radio de Castilla-La Mancha la mañana informativa empieza a las 6 con Rubén García Castelbón, así que mi compañero madruga todavía más que yo. No está mal levantarte a las 4 y pico y entrar a trabajar a las 5 todos los días.

E.D.A.- En esta situación que estamos viviendo, ¿cómo es de importante la información y la opinión? Dos vertientes que se manejan mucho en su espacio radiofónico.

F.M.- Son muy importantes las dos cosas, aunque se intenta separar ambas. Por ejemplo, cuando pienso en la portada de mi informativo es evidente que estoy haciendo una opinión, lo sabe cualquiera que trabaje en la profesión, cuando eliges un sustantivo o un verbo en realidad ya estás opinando de alguna otra manera. Se procura ser honesto. El tramo informativo del que yo me hago cargo separa la información de la opinión. En la información lo básico es a día de hoy, con tanta confusión, red social, fake, WhatsApp, lo importante, es darle a la gente contexto: por qué pasa una determinada cosa, por qué Casado, Sánchez o por qué Page dice esto, de donde viene lo que dice, cómo se relaciona con lo que pasó ayer o con lo que va a pasar la semana que viene… En el informativo se me oirá mucho menos opinativo y luego está el tiempo de opinión.

E.D.A.- Quizás, ahora, sea más complicado para el oyente, el lector o el telespectador poder distinguir la información veraz de las fake news ¿Qué opina?

F.M.- Creo que en los medios tradicionales no. La mayoría de los lectores, oyentes y demás pueden distinguir una línea editorial o eligen qué medio quieren consumir probablemente porque se acerca más a lo que piensan. Confío pero no estoy seguro de que la mayoría de la gente distinga los medios de comunicación tradicionales con estos medios de comunicación 2.0 y con las redes sociales. En todo este tiempo, los que nos dedicamos a la información y quizás tenemos más fresca o más cercana la noticia tenemos que desmentir cosas continuamente en nuestros grupos de WhatsApp como bulos o fakes. Creo que quien hace clic en El Digital de Albacete o en La Tribuna, pone la Cope o la radio de Castilla-La Mancha Media sabe que ahí encuentra información fiable.

E.D.A.- ¿Percibe un cierto cambio en el consumo de información durante esta segunda ola de la  pandemia con respecto a la primera?

F.M.- No me he parado tanto a pensar si entre la primera y la segunda ola hay tanta diferencia.  Creo que la diferencia, como están apuntando algunos representantes políticos estos días, puede estar en el hartazgo. Todo lo novedoso nos llama la atención y ahora llega un momento en el que ya no nos llama tanto, desgraciadamente no nos llama la atención escuchar 200 muertos o 20.000 positivos. En marzo o en abril nos llevábamos las manos a la cabeza y ahora no tanto, creo que hay un punto de anestesia.

E.D.A.- ¿No le parece que antes se buscaba tener toda la información y ahora se pone en duda toda la que se publica?

F.M.- Si. Esto nos llevaría probablemente a otra reflexión, a la falta de confianza o a unos liderazgos débiles sobre todo de nuestros políticos. Creo que los liderazgos de hoy, de este 2020 y probablemente desde hace unos cuantos años, son más débiles de lo que fueron en otro momento; la gente tenía más confianza en líderes de anteriores generaciones que los líderes actuales y eso probablemente derive en este fenómeno que está poniendo sobre la mesa.

E.D.A.- En su espacio radiofónico se distingue la información de la opinión mediante las tertulias diarias, pulsando la opinión en todos los puntos de Castilla-La Mancha, ¿cómo ve la actualidad ahora mismo?

F.M.- La palabra que lo define, y a la que recurren tanto sectores sociales, empresariales y la clase política, es incertidumbre. Cada uno la disfraza como considera. Otros de la incertidumbre pasan al cabreo. La palabra que lo define todo es incertidumbre, es así porque no puedes hacer planes laborales, familiares, empresariales… tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina y no puedes hacer planes de todos los años. Lo difícil es por ejemplo para los líderes sociales y aun más para los políticos trasladar un mensaje de esperanza. En estas circunstancias es normal que la gente se agarre los machos y cuando ven lo que sucede en el conjunto europeo, en países como Francia e Italia, ven los datos de PIB, pues que menos que uno se haga casi bicho bola, un poco tortuga y te metas en tu caparazón.

E.D.A.- Durante estos meses que están siendo muy duros, cuando se apaga la luz roja, ¿ha llegado en algún momento a desmoronarse?

F.M.- Tanto como desmoronarme no. Esto tiene algo milagroso. Contaré una anécdota de cuando estaba trabajando en la Cope en Talavera: El momento más duro que tuve que cubrir fue el asesinato de José Ángel de Jesús, Guardia Civil que asesinó ETA en Sallent de Gállego (Huesca). En el momento en el que llegó el féretro con los restos mortales de José Ángel a la basílica, los periodistas que estábamos cubriendo el acto entramos detrás del féretro por el pasillo central de la basílica, yo iba con el micro en la mano detrás de la familia, de los amigos, de las autoridades… y la basílica estaba a rebosar de gente, mirabas a derecha e izquierda y todo el mundo lloraba, yo en ese momento pensé que de no llevar un micro también hubiera llorado. Con esto quiero decir que no he llegado a pensar en desmoronarme pero si he intercambiado impresiones con los compañeros la sensación de fatiga. El otro día mandaba Fundéu notas de dudas, transcripciones, ortografía en el mundo del periodismo y hablaba de fatiga pandémica. En un momento dado sí que he pensado en ese sentido de fatiga pandémica, por el exceso de atención que día a día tienes en lo personal (es duro llegar a las 5 de la mañana y limpiar tu mesa con alcohol y con unos pañitos, así como la silla, el teclado, el ratón; salir a la calle, la mascarilla, ir a la compra, la mascarilla) y la sobre atención informativa de estar pendiente de 700 focos a la vez y tratar de ordenar y de organizar esa información para que sea digerible pero, claro, es un acontecimiento histórico. Imagínese si fuéramos periodistas en el año 42, estaríamos hablando todo el día de la Segunda Guerra Mundial, ahora hay que hablar de esto.

Fatiga, si, intelectual; física, no. Ahora es cuando he sido consciente de que la radio pública es un servicio de primera necesidad, un servicio esencial que dábamos a mucha gente que no podía salir de su casa y eso te hace ser especialmente responsable y decir estoy aquí para informar, para entretener y no me puedo venir abajo.

E.D.A.- ¿Cómo se imagina que será la sociedad después de esta pandemia?

F.M.- Como sociedad habrá que estudiarlo desde el punto de vista de la sociología y no sé si estoy capacitado para ello, aunque tengamos mucho que ver la sociología y el periodismo. Creo que todo lo marca la circunstancia económica, en las circunstancias que se nos avecinan de déficit, de deuda, de caída del PIB, de paro, de un montón de circunstancias negativas… no creo que salgamos mejores aunque veamos gestos de solidaridad. Tengo muchas dudas de que salgamos mejores, mi sensación es que esto nos acabará haciendo más egoístas, pero tampoco creo que nos haga muy diferentes de lo que éramos antes. Creo que pensamos poco como sociedad y mucho a título individual pero, también éstas son un poco las reglas del juego que nos hemos dado, un estado democrático, un corte relativamente liberal/social es un poco así. Mucho criticamos a EEUU porque no tiene seguridad social y bueno, ¿nosotros pensamos como colectivo, pensamos como sociedad o pensamos en nuestro entorno más cercano o si me apura en yo mismo? Esa es mi sensación.

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