/Sandra Manzanares/
La aparición de restos de animales mutilados en Albacete preocupa a los vecinos de la ciudad. Unos hechos que suceden desde hace un año, aunque fuera el pasado mes de marzo cuando las informaciones saltaran a la esfera pública, y que constituyen un indicador “inquietante y muy grave” de posibles conductas relacionadas con actividades criminales hacia seres humanos.
Fue en la zona de la Carretera de Jaén donde en marzo aparecieron varias colas de animales, que podrían ser gatos, depositadas entre coches y en el interior de papeleras. Hallazgo que podría estar relacionado con los restos de perros, gatos o gallinas que los vecinos del barrio San Pablo llevan encontrando cada semana desde hace un año en el descampado de la calle Santiago Rusiñol, frente al Instituto Federico García Lorca.
Según relataban los vecinos a El Digital de Albacete, “es habitual ver cada semana al menos un cuerpo mutilado de algún animal”, lo que causa “terror” entre aquellos que tienen mascotas y también entre los que no, ya que el maltrato animal es la “peor de las conductas a la hora de pronosticar un comportamiento en relación con la peligrosidad criminal”, detalla la abogada Beatriz de Vicente de Castro, que a su vez, es experta en criminología con un máster en Análisis e Investigación Criminal en su haber.
Examinando el caso, de Castro interpreta que se podría tratar de un caso de maltrato en serie, añadiendo que en la casuística criminal “son muchos los sujetos que antes de desarrollar una carrera de violencia hacia los seres humanos la han desarrollado antes con animales, practicando con ellos”, y es que, “no son pocos los asesinos en serie que en su biografía personal tienen antecedentes de tortura y maltrato animal”, determinaba la experta, que actualmente colabora en programas nacionales como ‘Espejo Público’ de Antena 3 o en ‘Más Vale Tarde’, de La Sexta.
Así, la criminóloga considera que éste no es un tema baladí, pues constituye un “signo de alerta”, y aunque es cierto, que “algunos sujetos se quedan ahí y no dan el paso a convertirse en asesinos de personas”, el hecho en sí es preocupante, pues se trataría de una persona con un comportamiento “sádico”, que “disfruta con el dolor”; puntualiza. Acciones, que además están tipificadas en el Código Penal como Delitos de Maltrato Animal.
En palabras de de Castro, estos hechos evidencian una “actitud depredadora”, pues el supuesto sujeto “se está comportando como un cazador buscando víctimas”, y va más allá, señalando que han llegado a aparecer gatos mutilados que tenían collar, con lo que el individuo “es sabedor, no solo del daño que le causa al animal, sino del daño que le va a causar al dueño”, remarca.
En este punto, la criminóloga argumenta su teoría descartando que se traten de unas acciones llevadas a cabo por adolescentes, pues en ocasiones sucede que, para “demostrar su hombría frente al resto de los amigos”, hay jóvenes que siguen ciertos rituales de rivalidad agrediendo a animales. Y es que, en esta ocasión se aprecia una conducta violenta continuada de meses que, al producirse en mamíferos, se aproxima a las personas, pues “el lamento de un gato o un perro se acerca mucho al grito y a la mirada de súplica, que como mamíferos que somos, tendría un ser humano”, indica.
Con todo ello, la abogada destaca la sensación placentera que torturar y matar animales ocasiona en este supuesto individuo, que además, tendría un espacio de intimidad en el que realizar dichas acciones, pues el lugar en el que aparecen los cadáveres se encuentra libre de sangre, haciendo pensar que los restos fueron depositados en esos puntos a posteriori. Para de Castro, estos hechos requieren de una investigación por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ya que además de constituir un delito de por sí, son susceptibles de evolucionar al género humano.
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