/Llanos Esmeralda García/
Entre un 10 y un 15% de la población femenina sufre endometriosis, una enfermedad crónica que provoca dolor y en los casos más graves hasta esterilidad, además de reducir la calidad de vida de las mujeres que la padecen. Se trata de una enfermedad desconocida siendo, en la mayoría de los casos, la edad de diagnóstico entre los 25 y los 30 años.
Las mujeres que deciden contar su historia lo hacen para dar voz a esta enfermedad, así Beatriz Sáez ha detallado a El Digital de Albacete que con 21 años comenzó, sin saberlo, con esta enfermedad, “con unos dolores muy fuertes en la zona del ovario izquierdo”, ahí insiste empezaron las consultas al especialista y las muchas ecografías, “me veían unos quistes pero me los dejaban en control, los dolores no se me quitaban y los ginecólogos no sabían qué pasaba”. Pasando por digestivo, detalla Beatriz, “me hicieron una endoscopia, una colonoscopia” y en medicina interna, “por primera, vez me hablan de endometriosis”.

Tras varias revisiones, señala Beatriz “y querer operarme de una supuesta hernia estrangulada”, de vuelta al ginecólogo “me informa que la única solución era hacerme una laparoscopia para saber lo que pasaba”. Fue en 2012 cuando descubrieron que “tenía endometriosis, me quitaron unos quistes y unas adherencias” y a partir de ahí, relata Beatriz, “empezó el calvario”.
Después de la intervención, insiste Beatriz, permaneció unos meses sin dolor aunque volvieron las visitas al ginecólogo. Relata que gracias a que le cambiaron de médico, “una chica joven se molestó, un poquito más, en los dolores que tenía pautándome para siempre la pastilla anticonceptiva”, aunque muestra que después de tomar varios tipos de pastillas y que le pusieran el ‘DIU Mirena’ le realizaron una resonancia con la que la ginecóloga descubrió el lugar exacto en el que se encontraba la endometriosis, “concretamente en el tabique recto vaginal”, tras lo cual “me dijeron que en Albacete no podían tratarme, y me derivaron a Madrid hace dos años al Hospital de la Paz, a la Unidad de Endometriosis, y en ese transcurso de tiempo a suelo pélvico. Actualmente estoy esperando que me den rehabilitación en Albacete”.
Asegura Beatriz que ahora, a sus 27 años, recuerda que cuando comenzó con los dolores no se imaginaba el camino que iba recorrer, “no tenía ni idea de lo que era, desde dolores en las relaciones sexuales, estreñimiento, diarreas, a reglas muy dolorosas, incluso tengo el nervio piramidal afectado”, insiste en que a pesar de todo “hay que mirar al frente”, pero “gracias a gente buena con la que me he cruzado por el camino muchas cosas han sido más fáciles, de lo contrario ni estaría en Madrid”.
Y es que relata Beatriz que llegar a Madrid fue “una salvación”, porque explica que “me entienden, saben de los síntomas que cuentas, no te tratan por loca (que es como lo hacían en Albacete), era muy frustrante tener un dolor y que te dijeran que no es nada» incluso llegó a pensar que «estaba loca y que el dolor es psicológico, pero no”.
El fin de los dolores de Beatriz, especifica, pasan por una intervención quirúrgica “pero me quiero quedar embarazada y la operación supone no poder tener hijos”, una de las decisiones que más le duele, pero “al final lo aceptas aunque si puedo alargar la operación para ser madre la alargaré, seguiré con los dolores» insiste «es un fin bueno”.
Asegura Beatriz que ella puede hacer una vida normal “aunque caminar o salir a correr es complicado” su solución más inmediata y que le hace los días más fáciles es practicar pilates “hago vida normal pero la enfermedad me limita”.
Paola
Otro caso concreto es el de Paola Rico quien cuenta que desde los 16 años sufre “dolores insoportables” con cada menstruación. “La primera visita que hice al ginecólogo fue a los 16 años”, nada más acudir a la consulta asegura que “el doctor me dijo que quería las pastillas anticonceptivas, cuando no era eso” relata que “sólo quería saber lo que me pasaba”.

Insiste en que después de 9 años de consultas al ginecólogo en 2015 le detectaron endometriosis, “años aguantando que me dijesen que era una histérica, que me lo imaginaba”, relata que “es una enfermedad que no se conoce y que incluso los médicos en cuanto no ven un endometrioma, un quiste característico, no te diagnostican la enfermedad. Pero que no tengas el endometrioma no significa que no la tengas, sino que no has llegado a ese punto”.
Asegura Paola que el proceso de diagnóstico de la enfermedad en su caso “ha sido muy duro, porque si los médicos no conocen la enfermedad”, remarca, “la sociedad menos” por eso especifica que en su trabajo las menos tolerantes a sus dolores eran sus compañeras “es muy duro que te vayas a casa llorando de dolor porque no te puedes poner recta, incluso he tenido que aguantar que me dijeran que era una cuentista”.
En enero de 2015, antes de que le diagnosticaran la enfermedad, Paola seguía con fuertes dolores, “me dijeron que el dolor era normal y que los tenía por mi culpa porque no quería tomar anticonceptivos, pero quería tener hijos y no era compatible”. Dos meses mas tarde, relata que tuvo la experiencia “más traumática de mi vida”, en la consulta del ginecólogo “tras darme una charla porque no me quería tomar las anticonceptivas y, después de revisarme, me vio que tenía un quiste de 7 centímetros en un ovario. El resto de la consulta el ginecólogo no podía mirarme a la cara, ni me supo explicar lo que era la endometriosis”.
Asegura Paola que cuando le dijeron que tenía endometriosis «me cayó una bomba”, pero por otra parte insiste en que “sentí una liberación porque ahí vi que no era una llorica, que había algo más”. Y es que señala que nadie cuestiona «si te rompes una pierna que te duela o no”, es más, ha tenido que escuchar que “no me dolería tanto”.
Al igual que Beatriz, Paola está peleando por ser mamá, “no se si al final lo conseguiré”, asegura que la semana pasada le cancelaron el tratamiento para la inseminación artificial, «aunque sí seguiré la fecundación in vitro». Insiste en que después de sufrir una última menstruación muy dolorosa «y de encontrar «un nuevo tejido me han aconsejado, puesta en contacto con la Asociación de afectadas de Endometriosis a nivel nacional, solicitar una derivación a una unidad especializada en endometrisosis y que en la región no hay». Un proceso de derivación que insiste «es largo y complicado» que ha comenzado «hoy lunes con la consulta en el médico de cabecera y que no será hasta el mes que viene cuando pueda ver al ginecólogo», quien tiene la última palabra. A pesar de todo ello Paola intenta llevar una vida lo más normal posible, “aunque no hago deporte porque el dolor es insoportable”.
Ambas luchadoras han querido alzar la voz ante una enfermedad que muchas mujeres padecen en soledad, por eso resalta Paola que a través de un grupo de Facebook ‘Endometriosis Albacete’ y a través de experiencias personales apuestan por escuchar, hablar y dar respuestas a aquellas que comienzan el camino de la enfermedad.

Incluso para mostrar que no son las únicas que la padecen, la hermana de Beatriz, Feli Sáez a raíz del caso de su hermana está dando a conocer en nuestra ciudad la endometriosis, una de la que dice Beatriz “le digo: Yo soy la que la tengo y tú la que la lucha”. Así, cuentan a través de un video realizado por Lewis Amarante (famoso maquillador de Max Factor con el que Feli realizó un curso de maquillaje en Albacete) dar voz a la enfermedad, insiste Beatriz en que lo han difundido a través de Facebook “gracias a una asociación de enfermas de endometriosis”.
Endometriosis
La endometriosis consiste “en el crecimiento del tejido endometrial fuera del útero”, explica Gaspar González de Merlo, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Albacete siendo menos frecuente que la enfermedad aparezca en otras partes del cuerpo, aunque puede ocurrir. Así detalla González que existen tres tipos de endometriosis: “el tejido endometrial, endometriomas, se aloja en los ovarios; recto-vaginal o peritoneal”.
Es una enfermedad de la que se siguen investigando sus causas y que en muchas ocasiones los dolores se asocian con los de la menstruación por lo que para diferenciar una u otra cosa “hay que hacer exploraciones como ecografías vaginales, resonancias magnéticas o laparoscopias y comprobar si se trata de tejido endometrial”, insiste el especialista.
La endometriosis provoca algunos síntomas como detallan Beatriz y Paola aunque existen algunas mujeres que no presentan alguno. No existe cura para la endometriosis, aunque sí diferentes tratamientos como analgésicos para el dolor, hormonales (anticonceptivos) o en último término la cirugía.

Es una enfermedad muy común pero muy desconocida, por desgracia, por eso y con el color amarillo por bandera apuestan por dar voz a la endometriosis.


