/Llanos Esmeralda García/
El último caso de Hepatitis A que se declaró en Albacete fue el pasado 30 de marzo, iniciándose los síntomas el 21 de marzo, “después del 21 de marzo no tenemos ningún caso confirmado que haya empezado con síntomas”, ha confirmado a El Digital de Albacete la directora provincial de Sanidad en Albacete, Blanca Hernández.
Y aunque haya pasado más de una semana sin que haya aparecido ningún nuevo caso de Hepatitis A, para asegurar que el brote ha terminado “tiene que pasar sin que aparezcan nuevos casos más del doble del periodo de incubación máximo, como este periodo máximo son 50 días tendrían que pasar 100”, matiza la directora provincial de Sanidad por lo que “seguimos con el brote activo, sin nuevos casos”.
Los técnicos de Salud Pública continúan analizando y estudiando el brote de Hepatitis A aparecido en la ciudad de Albacete, las reuniones de trabajo y coordinación sobre el mismo siguen sucediéndose de forma continua, “seguimos analizando todo, tanto epidemiólogos como microbiólogos en el hospital siguen estudiando todo lo que concierne al brote”, apunta Hernández.
Cabe recordar que los casos aparecidos de Hepatitis A en la ciudad estaban agrupados, 11 de los 19, en el barrio de Imaginalia, pero insiste la directora provincial de Sanidad en Albacete que “tampoco hay nada que nos haga pensar que el foco estuviera en el barrio, según las encuestas epidemiológicas que se están elaborando”.
Desde el inicio del brote se insistía en la necesidad de extremar las medidas de higiene como prevención más eficaz para evitar el contagio, y es que a día de hoy no se ha indicado un origen claro del mismo, descartándose desde el inicio que proviniera del agua o de la posibilidad de un manipulador de alimentos, en cuanto a este último «hubo una posibilidad, pero no se ha visto que ningún manipulador haya dado positivo, que haya enfermado y que pueda trasmitir la hepatitis”, ha destacado Hernández, incluso “se están estudiando tanto a manipuladores como a establecimientos, incluso se está viendo a las personas afectadas qué profesión tienen y si ellos han podido transmitir la enfermedad, aunque esto no se ha dado tampoco».
Un estudio muy laborioso en el que se constatan los casos, como los contactos de los casos afectados, como las personas del mismo ambiente que no hayan padecido la enfermedad: qué es lo que han hecho, dónde han ido o qué alimentos han consumido. «Se trata de un estudio largo y dificultoso. Los primeros datos no apuntan a que tengan nada en común y que haga pensar qué sea la causa”, concluye Hernández.
