La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete ha condenado a un hombre como autor de un delito de dirección de organización criminal a la pena de 3 años de prisión, y como autor de un delito de estafa a la pena de 2 años de prisión.
La sala condena a otras dos personas como autores de un delito de participación en organización criminal a la pena de 1 año de prisión. Así como a una cuarta persona como autor de un delito de participación en organización criminal a 1 año de prisión, y como autor de un delito de estafa a la pena de 2 años de cárcel.
La Sala ha estimado una indemnización que deben abonar los cuatro acusados en 23.500 euros.
Hechos probados
La sentencia a la que ha tenido acceso El Digital de Albacete detalla en sus hechos probados que los cuatro acusados junto a otras dos personas integraban una organización criminal estable y perfectamente estructurada, en la que uno de ellos asumía el rol de dirección y coordinación de la misma, y los otros tres junto a dos realizaban el resto de funciones de colaboración y apoyo.
Entre los dias 25 de noviembre de 2015 (cuando cometieron una estafa en la localidad de Alcobendas, Madrid) y el día 20 de enero de 2016 (cuando cometieron una estafa en la localidad de Nava Campana de la localidad de Hellín), “se ha producido una oleada de estafas con el mismo modus operandi, la organización criminal así constituida, ha perpetrado un total de 9 delitos contra el patrimonio por todo el territorio nacional consistentes en estafas relacionadas con la intermediación en la compraventa de vehículos de alta gama y delitos asociados”.
Asi, la mayoría de los hechos, insiste la Sentencia, “se han perpetrado procediendo en todos los casos con un modus operandi idéntico y muy especifico, de forma que los miembros de la organización criminal primeramente insertaba anuncios en un portal dedicado a la venta de vehículos, principalmente de alta gama y para ello utiliza fotografías de otros vendedores, rebajando sustancialmente el precio de los vehículos que anunciaba; tras recibir ofertas para la compra de algunos de los vehículos, se ponía en contacto con el verdadero propietario y le manifiesta que tiene a un comprador interesado en su vehículo, concretando una cita entre él, actuando como intermediario, propietario y vendedor. Tras citarse con el propietario y comprador, hasta el concesionario oficial para realizar diagnóstico al vehículo para comprobar el estado del mismo y una vez que van a realizar el documento privado de compraventa, se trasladan al banco, lugar donde el comprador dispone del dinero en efectivo para la compra del vehículo y tras recibir el intermediario (estafador) dicha cantidad, el autor abandona las dependencias donde se encuentran ya con la bolsa de dinero en su poder, junto con el resto de miembros de la organización criminal, o recibida la señal para formalizar la compraventa, no se materializa la entrega del vehículo”.
Del operativo realizado por los agentes actuantes, “los acusados, se comunicaban fundamentalmente a través de teléfonos móviles, hablando en clave y cambiando de número con regularidad para evitar ser detectados, aportando datos de identificación ficticios para la contratación de las mencionadas líneas telefónicas, y deshaciéndose de la mayoría de ellos tras cometer los hechos delictivos”. Asimismo en la mayoría de los casos para la perpetración de los hechos delictivos, insiste la Sala, “falsificaban las placas de matrícula y la documentación de los vehículos utilizados, estando organizados para la gestión documentación falsificada a utilizar ,o en su caso, lo sustraían, la persona por la que hablan por teléfono antes de ir a ver el vehículo”.
