Mucho cuidado con los negocios por internet

Siempre se mostró como una industria puntera, arrolladora, para competir con marcas y modelos de segmentos parecidos. Publicidad imaginativa aportando las innovaciones tecnológicas con las que convencer al potencial cliente, añadiendo confort y seguridad hasta límites insospechados, que nos pueden facilitar la conducción y aparcamiento a los más torpes. Esa apasionante lucha por la tecnología para el bienestar se contrasta en pruebas de competición que ilusionan a tantos millones de espectadores idolatrando a quienes muestran su arrogancia y valentía en esos monoplazas del demonio, empeñados en llegar antes y mejor para gloria de sus patrocinadores, verdaderos cerebros del negocio.

Esa avalancha de imaginación alcanza a los mortales más modestos, que luchan para sufragar, con la mejor soltura posible, un utilitario que los lleve a donde quieran. Los combustibles, bajo la etiqueta de siglas instaladas en el mundo, compiten, también, para captar voluntades inquebrantables, que deben proporcionar beneficios, de los que nuestros estados se nutren para distribuir entre esos mismos mortales más modestos.

Ese negocio de primera, que es fiscalizado con fruición por las administraciones modernas, deja paso a otros de segunda, donde los filibusteros encuentran mares revueltos donde sacar provecho ilegítimo. Entre los que tratan de buscarse la vida honradamente, comprando y vendiendo vehículos, reptan auténticos corsarios de la mentira empeñados en ganar a costa de quienes les confían sus dineros.

Cuando vendamos o compremos vehículos de segunda mano hay que asegurarse de documentar perfectamente la operación. Dejar en manos desconocidas papeles con nuestro nombre puede causarnos problemas indeterminados, y todos en perjuicio del más confiado, porque el vehículo tiene identidad permanente. La matrícula o bastidor denuncian de dónde viene y sus circunstancias. El titular deberá responder ante las autoridades, ya sea en modo administrativo o penal, y tendrá dificultades para esquivar su responsabilidad, pues el intermediado desleal no tendrá reparos en dejarlo a la intemperie después de sacar los réditos de una transacción incorrecta.

Hablamos de irregularidades documentales, porque suponemos que nos hemos asegurado de la calidad del producto, que no tiene disimulados vicios o averías, sin entrar en la manipulación del cuentakilómetros, que puede tener importancia a la hora de calcular el valor. Estamos ante estafas y falsificaciones documentales.

Si no comprobamos esos datos, podemos llegar a comprar coches robados o dados de baja. Es muy importante asegurarnos de que la documentación no está manipulada y constatar que el propietario está autorizando y respaldando la venta. En otro caso, puede haber problemas graves a la hora de contratar seguros o atender otros inconvenientes legales.

El engaño más moderno se produce cuando un delincuente, embadurnado de buena presencia y labia, pero disfrazando de mala fe, ofrece en venta un vehículo alquilado. Quiere una operación rápida, que le proporcionará dinero manipulando documentos y dejando en manos de un confiado comprador el problema de la trampa. Estos estafadores de moda atrapan a empresas de alquiler, que no pueden protegerse si no disponen de información previa y precisa. Denunciarán la supuesta apropiación indebida por sobrepasar el límite del contrato sin saber que un desconocido circula con su vehículo, ajeno a la estratagema que ha diseñado un pillo sin escrúpulos.

Mucho cuidado con los negocios por Internet. Los estafadores ofrecen vehículos buenos, bonitos y muy baratos, que pretenden cobrar rápidamente. Hay que darle tiempo al negocio. No debemos dejarnos liar por una prisa fingida, que no busca más que recibir el importe urgentemente. José Francisco Roldán Pastor, comisario jefe Policía Nacional de Albacete.

Llanos Esmeralda Garcia

Periodista natural de Albacete. Licenciada en Periodismo en la Universidad de Murcia y Diplomada en Trabajo Social por la Universidad de Murcia. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación, como La Verdad, CNC y El Pueblo de Albacete.
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