/ Llanos Esmeralda García /
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Durante el mes del Ramadán los fieles han practicado el ayuno, absteniéndose de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el amanecer hasta la puesta de sol
El mes del Ramadán llegó a su fin este martes por la noche y con él los treinta días de ayuno, que este año se ha prolongado desde aproximadamente las 05:00 de la mañana hasta las 21:30 horas, y de sacrificio para los musulmanes rompiendo con esta rutina al caer el sol con una cena en la intimidad de sus hogares. El Ramadán es el noveno mes del año lunar musulmán, en el que se conmemora la revelación del Corán al profeta Mahoma, en el siglo VII.

A la luz del día y con la primera jornada del ‘Id al Fitr’, la fiesta de la ruptura del ayuno que dura tres días, y con el arranque del ‘Shawwal’, el décimo mes en el calendario, los más de 2.500 musulmanes de Albacete (6.000-7.000 en la provincia y 60.000 en la región) han celebrado el fin del Ramadán degustando un desayuno en fraternidad. Un ayuno del alba al ocaso, en un mes que para ellos es de «recogimiento, oración y solidaridad» como matiza este musulmán afincado en Albacete y expresidente del Centro Sociocultural Islámico en Albacete, Mostafá Snabi.
El Ramadán es el cuarto de los cinco pilares del Islam, que incluyen: la profesión de la fe, la oración, la peregrinación a La Meca y la ayuda a los necesitados. Unos pilares que para cualquier musulmán supone, en palabras de Snabi,»la esencia de la vida».
La profesión de la fe o ‘shahadah’, primer pilar del Islam, es la puerta de entrada al Islam, de la convicción para convertirse al mismo. El segundo pilar es la oración o ‘azalá’ en la que los musulmanes rezan cinco oraciones diariamente que sirven de conexión entre Dios y el creyente, “la persona siente paz interior, felicidad» detalla Snabi «se realizan al amanecer, a medio día, a media tarde, en el ocaso y por la noche” incluso el musulmán puede realizar la oración en casi todos los lugares de la ciudad. El tercer pilar es el que se denomina de limosna o dar el ‘Zagat’, se trata de una limosna obligada «del 2,5% de la riqueza anual de cada persona para los más necesitados”.
Así, se llega al cuarto pilar o el ayuno ‘sawm’, al mes del Ramadán, que oscila entre 29-30 días al año el cual “va cambiando de fecha todos los años, 11 días hacia el invierno” matiza Snabi. Cada año durante el mes lunar de Ramadán, todos los musulmanes ayunan desde la salida del sol hasta su puesta “absteniéndose de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales». El ayuno es considerado por los musulmanes beneficioso para la salud, incluso lo valoran como «un método de purificación espiritual”. El ayuno es estrictamente obligatorio para todo el que pueda realizarlo, sólo están exentos mujeres embarazadas, enfermos crónicos, gente mayor, niños, los que realicen trabajos forzosos y los viajeros.
La costumbre marca al caer la noche romper el ayuno con algo de leche o dátiles, rezar la oración del ‘Maghrib’ y cenar en familia de forma muy abundante con la que han podido sortear el ayuno del día siguiente. «Mantenemos la misma rutina de trabajo, muchos se levantan antes de amanecer para tomar ‘Suhoor’ y realizar el primero de los rezos del día el ‘fajr’ siguiendo con ellos durante el día para que sea aceptado por Dios», matiza Snabi «además la persona tiene que tratar de no hacer pecado ninguno: no gritar a nadie, no hablar mal, ayudar en lo que pueda, hacer el bien». El Ramadán insiste este musulmán «es una manera y un tiempo donde aprovechamos para llenar nuestras baterías. Un mes en el que aprovechamos para adiestrar a nuestro cuerpo y nuestra alma para ser buenas personas».
El quinto pilar del Islam es la peregrinación a La Meca, que se realiza una vez en la vida para aquellos que según Snabi, “tengan las posibilidades de hacerlo”, y es que cerca de 2 millones de personas peregrinan a La Meca todos los años desde cualquier rincón del mundo.
Centro Sociocultural
Los musulmanes que viven en Albacete cuentan con un lugar que no sólo les sirve de mezquita, sino también lo utilizan para impartir estudios religiosos, clases de árabe o reuniones, es el Centro Sociocultural Islámico. El Centro está ubicado en la calle Jorge Juan, número 12, y al que asisten actualmente sobre 500 socios, personas de diferentes nacionalidades incluyendo a albaceteños que han decidido convertirse al Islam.
El Centro ha realizado, en la mañana de este miércoles, con motivo del fin del Ramadán una fiesta en la que los asistentes han intercambiado «su felicidad deseándose lo mejor para el resto del año», explica Snabi. La vida del musulmán continúa con la sensación de haber cargado el alma hasta el próximo ayuno.