/Llanos Esmeralda García/
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Juan Pablo López Bautista y Francisco José Yeste Requena, es tal su afición por este muñeco que hasta ahora se han preocupado por conservar los modelos que se sacaron a la venta y que ahora se dedican a reproducirlos lo más realista posible.
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“Estamos pensando en montar una feria con nuestros manchegos, queremos hacer una feria y montarla en Feria. Lo hemos propuesto al Ayuntamiento pero veremos si para este año nos dan una respuesta».
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Muñecos originales y restaurados que ahora superan entre ambos los 1.200 “yo no entendería mi colección sin la suya y al contrario” explican los dos amigos.
17 centímetros de alto, piel perfecta, peinado impecable, cuerpo atlético y vestidura de diseñador, ¿quién es? se trata de un modelo que muchos han sabido reconocer, los Madelman. Los amantes de estos muñecos han mantenido su existencia aunque desde el año 83 dejaran de fabricarse. Y es que son muchos los que continúan empeñados en mostrar a los niños de ahora aquellos muñecos con los que jugaban en su infancia. A partir del año 68, año en el que la casa Manuel Delgado Manufacturas los puso a la venta se podían ver militares, piratas, buzos, pilotos o astronautas todos de acción articulada y además tenían la particularidad de poder vestirlos y desvestirlos. En esos años 70, los Madelman no eran accesibles a todos los bolsillos ya que se consideraba un juguete caro, pero han sabido perdurar con los años.
Dos de estos adultos, albaceteños, que sólo eran unos niños cuando comenzaron su afición por los Madelman, Juan Pablo López Bautista y Francisco José Yeste Requena, es tal su afición por este muñeco que hasta ahora se han preocupado por conservar los modelos que se sacaron a la venta y que ahora se dedican a reproducirlos lo más realista posible. Hasta El Digital de Albacete llegaron con dos maletines repletos de brazos, piernas, pequeños sombreros hechos con bayetas, sillas de montar, pistolas, rifles, caballos, manchegos, soldados de la Segunda Guerra Mundial… “Somos coleccionistas de Albacete. Primero empiezas haciendo nuevas piezas con los que tienes en casa y coleccionas con los que te compraste cuando eras pequeño”, detalla Juan Pablo. Con la adolescencia Juan Pablo deja de lado la colección, aunque nunca se fue de su cabeza ya que viviendo en Pamplona quiso recuperar su colección y los mercadillos, internet y la generosidad de sus amigos le hicieron aumentar su colección. Los Madelman a los que más cariño les tiene, detalla Juan Pablo, son unos que les regaló un amigo “yo jugaba de pequeño con un vecino, y al volver a Albacete, le enseñé mi colección y me dijo que le quedaban cuatro o cinco muñecos de los que su madre no le había tirado y me los dio”. Para Francisco José el Madelman más curioso que tiene es “un piloto de helicóptero original con su caja del año 73”.

Una colección de ambos que ha aumentado gracias a la restauración “empezamos a trabajar sobre los que teníamos en resinas y plásticos y a partir de ahí empezamos a modelar cabezas, a coser trajes, incluso nos tuvimos que comprar una máquina para coser y es más, empezamos a hacer también las construcciones de los espacios”. Aseguran que los Madelman no son más que una afición, tienen modelos diferentes de ruedas de carros, casas, sombreros, cabezas, armas… Muñecos originales y restaurados que ahora superan entre ambos los 1.200 “yo no entendería mi colección sin la suya y al contrario” explican los dos amigos. Una amistad que se fragua al regreso de Juan Pablo a Albacete, ambos trabajan las telas, las resinas o los cueros “gracias a que estos muñecos se pueden quedar desnudos, se articulan, las hebillas de los cinturones corren, el revolver sale de su funda. Todo lo hacemos nosotros, los sombreros están hechos por nosotros con materiales reutilizables, con sistemas inventados”.
Exposiciones

Una de las últimas apariciones públicas de sus Madelman tuvo lugar hace dos años en la Fábrica de Harinas, donde Juan Pablo y Francisco José montaron 300 metros cuadrados de exposición inspirada en una película del oeste americano, “cada uno con sus ropas y sus accesorios. Hemos montado además exposiciones por toda España como en Barcelona, Cantabria, Gerona, en Almansa con la Batalla de Almansa, y la última en la Saramago en la I Feria del Juguete donde elaboramos un espacio con la Segunda Guerra Mundial”. Y es que si algo les caracteriza es que estos dos amantes de los muñecos articulados es que no montan en vitrina sino que su afición les lleva a crear espacios donde tienen cabida todos los detalles históricos posibles, “hacemos un diorama, un conjunto enorme con escenas diferentes”. Este amor a los muñecos de los años 70 les lleva no a jugar como harían los niños sino como ellos dicen “no jugamos porque ya tenemos una edad, pero el juego es montar escenas con la diferencia que adquiera un sentido al conjunto. Nos gusta que haya 40 muñecos caracterizados por ejemplo, con uniforme, con una vestimenta característica”
Proyectos
Y como albaceteños que son y amantes de los espacios grandes y reales, ambos apuestan por un proyecto que gustaría en Albacete y que atrae a muchos turistas todos los años de cara al mes de septiembre, “estamos pensando en montar una feria con nuestros manchegos, queremos hacer una feria y montarla en Feria. Lo hemos propuesto al Ayuntamiento pero veremos si para este año nos dan una respuesta, nos gustaría hacerla en el local que hay al entrar al recinto a la derecha, de lo contrario intentaremos montar en el Museo Municipal un mix compuesto por espacios del oeste, piratas y un safari, pero veremos qué nos dicen”.
Ambos coleccionistas insisten en que “esto no es un negocio”, sino que recuperan muñecos que por ejemplo recrean a los escuadrones de la SS de Hitler o los soldados de Infantería “generalmente solemos respetar la historia, como las sillas de montar del ejército americano forradas en cuero, la vestimenta de ese ejército con el uniforme con botones y por eso mismo no vendemos nada de lo que tenemos. No fabricamos para vender, nuestra colección es nuestra colección. Admitimos algún encargo, a veces lo hacemos a cambio de algún artículo que nos gusta”. Y es que admite Juan Pablo que “para mí esta afición me salva la vida, es el refugio donde yo acudo y donde me evado”, incluso Francisco José matiza que “hay momentos en que los tienes que dejar porque no te salen ciertas cosas pero, es cierto que es un tiempo que te buscas y que lo utilizas para evadirte de los problemas”.