Un panadero de la provincia de Albacete entre los mejores de España

Miguel Ángel Sahuquillo, con horno en Villamalea (Albacete), es uno de los mejores maestros panaderos de España. Así lo acredita su quinto puesto en el Campeonato Nacional de Panadería 2015, celebrado en Madrid, dentro de las actividades del Salón Internacional de Panadería, Confitería e Industrias Afines (INTERSICOP).

Junto a Antonio Cepas, de la localidad de Vargas (Toledo), Miguel Ángel Sahuquillo fue seleccionado por Josep Pascual, capitán-seleccionador de la Selección Española de Panadería, participante en el Campeonato Mundial de Panadería, para representar a Castilla La mancha en el Campeonato Nacional.

Cada participante elaboró: un pan y una bollería tradicionales; una carta de seis piezas distintas de pan, diferenciadas por su sabor, forma y terminación; una bollería hojaldrada y una vistosa pieza artística.

Miguel Ángel Sahuquillo, con su buen saber hacer, presentó las siguientes piezas, hechas allí mismo con harina integral de trigo, agua, levadura madre y sal, sin ningún tipo de otros aditivos:

Pan tradicional: Un “pan de cruz”, uno de los tipos de pan más difíciles de elaborar, teniendo en cuenta, además, unas condiciones ambientales no habituales y un obrador y horno no utilizado por él hasta ese momento. El “pan de cruz” es un tipo de pan tradicional de Castilla La Mancha, con Identificación Geográfica Protegida (IGP) de Ciudad Real.

Pan Sahuqillo 2

Como bollería tradicional, hizo un bollo o pan de mosto, llamado de otra forma según los sitios, típico de numerosos lugares de Castilla La mancha en época de vendimia.

En el apartado de bollería hojaldrada, elaboró una deliciosa “Gavilla” de hojaldre, almendra, azúcar y canela.

La pieza artística realizada, con el título de “El escritorio de Cervantes”, estaba formada por : una torta rectangular como base, sobre la que descansaba un libro hecho con hojaldre, con las primeras líneas, nítidamente legibles, de “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”; un tintero y pluma de escribir hechos de “pan sobao” y un pergamino de torta de gazpachos, con las imágenes de D. Quijote y Sancho Panza. Todos los participantes en este campeonato utilizaron exclusivamente harinas ecológicas.

Entre llandas (bandejas), espátulas, cuchillo para cortar la masa, pala de madera, etc. transcurre nuestra amigable y amena conversación. La voz clara y segura de Miguel Ángel transmite el total convencimiento de que es mucho mejor y más sano utilizar en nuestra alimentación nutritivos panes y bollería no industrial, hechos con harinas ecológicas, integrales y sin aditivos artificiales de ningún tipo.

Aprendió el oficio de su abuelo y de su padre, siendo la tercera generación de panaderos y según nos cuenta, los dientes debieron salirle en el horno-panadería familiar. Con sus cuarenta y dos años, ya lleva veinticuatro ejerciendo con total responsabilidad sus tareas de panadero, aprendidas desde niño.

Han sido, nos dice, muchos miles de días y de madrugadas empleadas en poner en práctica lo aprendido de su abuelo y de su padre, pero también de permanente estudio y experimentación propios, hasta conseguir dominar el arte de las proporciones de ingredientes naturales, fermentaciones, temperaturas y tiempos de cocción, para obtener unos productos hechos “sin prisas”, con mucha paciencia.

Miguel Ángel es un hombre sencillo, afable, con grandes conocimientos y habilidades del ancestral oficio de panadero y un permanente investigador, para continuar aprendiendo en un mundo y una profesión dinámicos, en constante evolución.

Además de su especializado y muy cualificado trabajo en su tahona, es, además: asesor técnico en panificación para fábricas de harinas y de maquinaria para panaderías y participa, como maestro panadero, en demostraciones de elaboración de pan, bollería y pastelería, para otros panaderos profesionales de numerosos lugares de España.

Pan Sahuquillo 1

Su pasión, respeto y responsabilidad, por lo que el pan ha contribuido durante miles de años en la alimentación humana, hace que la harina y el agua, amasada con sus nobles manos, se convierta en arte, si como nos dice se le añade un ingrediente importantísimo: el amor y el cariño en cada gramo de alimento que diariamente ofrece a sus vecinos.

Nuestra interesantísima, ilustrativa y entrañable charla, termina con un ofrecimiento por su parte: un pan de cruz, como el elaborado en el Concurso Nacional de Panadería 2015, a lo que le digo que por mi parte quedo igualmente agradecido pero más satisfecho si se lo pago, respondiéndome que a ese pan no se le puede poner precio, pues el valor de una pieza de esas características, hechas con la mayor dedicación, esmero y cariño, solo puede ser correspondida por un paladar que la aprecie.

Nos fundimos en un sincero abrazo, mientras nos despedimos deseándonos un buen día y diciendo Miguel Ángel, con total solemnidad y con un tono de voz que solo puede salir desde lo más profundo del corazón: “si volviera a nacer, volvería a ser panadero”.

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Un comentario

  1. Muy interesante y a tener en cuenta 1 calidad sabor buen hacer 2 en la epoca en ke vivimos es valinte trabajar con esta ilusion y triumfar . Mi mas sincera enhorabuena gracias por tu buen hacer

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