El espíritu navideño debería imperar, por el bien de todos, aunque no cure nada de lo que está cayendo.
Desengancharse un poco, eso sí, parece una medida recomendable, según los especialistas del ramo que corresponda.
Hoy, día de los Santos Inocentes, no esperen una inocentada por mi parte. Nunca me gustaron, ni en el terreno periodístico ni en ningún otro, aunque respeto los gustos ajenos y las tradiciones.
Se seguirá hablando del resultado electoral en Extremadura y de las conversaciones entre PP y VOX. Se habla menos, sin embargo, de los siete millones y medio de euros -según se cuenta- que han costado las elecciones; o, si se prefiere, del capricho de la presidenta Guardiola, del PP.
Ha ganado las elecciones, aunque no con el resultado que deseaba, y para ese viaje no eran necesarias esas alforjas, qué diría el castizo. Ha logrado que VOX se dispare y que la izquierda se hunda. En consecuencia, ahora tendrá que atender como corresponde a VOX.
Guardiola basó su campaña en el enfrentamiento con Abascal: no permitió la presencia en la región de otros lideres autonómicos; incluso se dice que el final de campaña lo quiso hacer sin Feijóo. Tengo la impresión de que esta mujer es una china en el zapato del líder del PP: se la ve sobrada de lo que no debería sobrar.
Con todo, hay que reconocerle mérito: ha conseguido buenos resultados –sin duda–. La derecha suma el 60 % de los votos; hace unos años ese resultado habría sido un sueño y hoy es una realidad. El viento de cola que ha tenido la derecha ha sido notable.
El candidato socialista, imputado, ha sido un pésimo aspirante. Gallardo ha protagonizado declaraciones desafortunadas, algunas destinadas a quedar para la hemeroteca; ni siquiera en su pueblo lo han votado. En Badajoz, por ejemplo, VOX ha sido segunda fuerza, relegando al PSOE al tercer puesto.
Guardiola mantiene un discurso que, como le reprochó Abascal, es “la Irene Montero de Extremadura”. El Partido Popular no puede ni debe intentar parecerse al PSOE: nunca, en ningún caso. El PP no es el PSOE, ni el PSOE es el PP, y empiezan a entender que, en los parecidos siempre hay uno que pierde más que otro.
Ese es uno de los motivos del ascenso de VOX, formación de la que Pablo iglesias llegó a decir que era “el PP con dos carajillos”. Más allá de la boutade, ambos partidos se sitúan en el espacio de la derecha. No son idénticos, pero sí formaciones “hermanas”, condenadas a entenderse.
Eso no significa que el PP no deba aspirar a ganar a VOX –es su obligación–, pero basar una campaña en el ataque frontal a Abascal, tratándolo como si fuera un elemento ajeno, es un error que buena parte de la ciudadanía no comprende.
Las urnas dan órdenes y, en Extremadura el mandato es claro: entiéndanse. Han recibido un capital político indiscutible, difícilmente repetible, y ahora deben aparcar viejas rencillas y alcanzar acuerdos.
Es tiempo de políticos inteligentes y hábiles, conscientes del terreno que pisan; quienes no saben ver más allá o solo escuchan a la cohorte que los rodean están condenados al fracaso.
El recurso a la amenaza de “la derecha y la ultraderecha” para infundir miedo ha dejado de funcionar. Ya no cuela.
Tampoco cuelan determinadas entrevistas en la 1 de TVE a Gallardo (PSOE) como la realizada por Silvia Intxaurrondo, que debería estudiarse en todas las facultades de periodismo, aunque no precisamente como ejemplo de buenas prácticas. Otro caso significativo: el viernes, último día de campaña, víspera de la jornada de reflexión, un Hora 25 de la SER emitido desde Cáceres, cuyos planteamientos resultaban fácilmente previsibles. No los seguí.
El liderazgo del PSOE con acento toledano
Sucede también lo mismo cuando desde la izquierda mediática se condena a un político del PSOE al ostracismo, como le ha sucedido a la delegada del Gobierno hasta hace unos días, Milagros Tolón. De poco ha servido tenerla “aparcada” para que la haya elegido el presidente del Gobierno, ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes.
Reducir el análisis de la nueva ministra a si está alineada o enfrentada con Page supone ofrecer o, directamente, incurrir en un reduccionismo absurdo. Sinceramente, no creo que Milagros sea anti-Page; creo que tiene pedigrí propio y que, al menos, demuestra una forma de pensar reconocible, sin engañar a nadie.
La nueva ministra no se esconde –como hacen otros– a la hora de mostrar donde se sitúa. Para ser nombrada ministra es evidente que tendrá que estar en sintonía con Pedro Sánchez, pero tengo la impresión de que la política toledana está, sobre todo, en sintonía con su partido y su gente.
Ganó en Toledo las elecciones municipales, mantiene una buena relación con la sociedad toledana que es compleja y exigente, y se entiende muy bien con la Iglesia, con los militares y con la Guardia Civil. No creo, en absoluto, que se trate de una figura radical.
¿Será buena ministra? Pues no lo sé, el tiempo lo dirá. Lo que sí pongo en primer plano es lo que yo he podido observar antes desde la capital regional y ahora en la distancia.
Todo ello no resta ni un ápice para que tanto ella como todo el mundo sepan que Page es el líder indiscutible del PSOE en Castilla-La Mancha y un valor en alza, para asumir, llegado el caso, mayores responsabilidades de ámbito nacional. En la región será candidato mientras él quiera.
Del mismo modo, si algún día Page diera un paso al lado, por los motivos que fueran y sin sectarismos, pasiones partidistas ni cálculos oportunistas, el PSOE tendría en Milagros Tolón a la persona mejor situada para iniciar una nueva etapa, quizás pensando más en el largo plazo.
Los ministros designados hasta ahora difícilmente lograrán resultados suficientes como para salvar los muebles. La exministra Alegría, en Aragón, podría sufrir un batacazo electoral considerable. En Castilla-León el programa es similar, mientras que en Andalucía la vicepresidenta Montero frente a un Moreno Bonilla especialmente consolidado, podría dejar al PSOE con los peores resultados de su historia en la comunidad. En este contexto, no parecen que se avecinen tiempos favorables para el partido.
La nueva ministra es, para echarle cuentas, los partidos tampoco es que tengan un abanico muy amplio entre el que elegir. Hoy por hoy, el liderazgo socialista tiene acento toledano y, previsiblemente, no variará demasiado en el futuro. Podría hablar también de la capacidad de Sergio Gutiérrez, por ejemplo, otro activo destacado del PSOE en Castilla-La Mancha, pero hoy toca referirme a Mila. Es tan solo una opinión que vale lo que vale, son los partidos los que eligen a sus candidatos.
Algo similar ocurre en el PP, cuyo liderazgo regional tiene acento albaceteño. Esta es la realidad, por más que algunos arribistas, manipuladores o políticos pretendan alterarla.
Despedimos semana y casi año con un pleno capitalino, como los habituales, con sus asuntos de más interés y con algunas ocurrencias que nunca faltan.
Debe ser muy interesante el acuerdo alcanzado con la disolución y liquidación del organismo autónomo local denominado Patronato Municipal de Escuelas Infantiles. Todo el mundo se felicitó y el equipo de gobierno más, por ser quienes han lideraron todo el proceso.
La moción de Unidas Podemos para la creación de una mesa técnica municipal contra el acoso escolar, plantea, cuando menos, serias dudas sobre su tu utilidad real. No es ni mesa, ni técnica. Hasta VOX y todos los demás creo que dijeron sí. Seguramente es una forma de dejar satisfecha a la proponente porque es verdad que tampoco es una mala idea.
¡Qué no sea por mesas para debatir la nada! Ese asunto es competencia de los centros educativos donde se producen los lamentables casos de acoso escolar. Ese asunto es competencia de la consejería de Educación, de los propios profesores y de los inspectores de educación, si es que aún existe esa figura. No sé muy bien el papel que han tenido antes y ahora. Ahí radica el quid de la cuestión, estar vigilantes ante el más mínimo atisbo de acoso, gestionarlo, actuar con justicia y no estar pendientes, como ha sucedido siempre, de sí el caso aparece en los medios de comunicación, para entonces, inspección y todos volcarse para que se note que algo se mueve. No hay más, ni menos. La clave es estar alerta para que ningún caso vaya a más. Por tanto: padres, enseñantes, autoridad educativa, inspección, toda la comunidad educativa, en suma, actuando con contundencia y al unísono. Mesas, reuniones, no piden pan, pero al final, no sirven para nada y creo que la competencia municipal es bastante limitada al respecto. La clave es la prevención y la alerta permanente para evitar que ningún caso vaya a más.
La moción de VOX para suprimir el adoctrinamiento ideológico en las aulas educativas de Castilla-La Mancha, tampoco es lo mejor que puede presentar y decir VOX. Tiene su aquel, se puede discutir del asunto, pueden tener algo de razón en algunos aspectos, pero como dijo el concejal de Educación del PP “está mal planteada e incompleta”. Planteada de otra forma quizá la hubiesen apoyado.
El concejal Pascual Molina, sabe de qué van los asuntos de su competencia. No lo conocía, ahora sí, desde que es concejal, pero he de decir que lo escuchas y destaca en su exposición y sabe de lo que habla. Con conocimiento de lo que dice y cómo lo dice, son aspectos principales nada desdeñables para un político.
Sobre el asunto del Palacio de Congresos que andaba enquistado y que ahora parece ser que está en vías de solución, la concejala socialista María José López Ortega, deslizó términos, como prevaricación, que molestaron al alcalde Serrano y le dijo que ya era tarde para irse a los tribunales. No irá a los tribunales y tuvo que rectificar el paso tras un intento de elevar el tono del debate. El alcalde le bajó los humos y todo quedó en un apagón dialéctico discreto por parte de la concejala. Parece mentira que tenga experiencia, años en la política, pero le cuesta trabajo acertar o será también que enfrente se lo ponen complicado.
El ”madre mía” que al parecer se le escapó al alcalde durante alguna intervención de la portavoz de VOX no reviste mayor gravedad. Es, quizá, una expresión más de las muchas que se producen al escuchar determinadas intervenciones. No resulta ofensiva, al menos en mi opinión.
El “manda huevos” de Federico Trillo o el “váyanse a la mierda” de Labordeta, ya forman parte de la historia de las anécdotas parlamentarias. Ahora se suma el “madre mía” de Serrano. Asuntos menores, simples chascarrillos.
El portavoz socialista, José González, pidió la palabra al inicio del pleno para pedirle al alcalde que actuara contra el concejal no adscrito, Conesa. Supongo que este llevaría alguna bandera en la solapa o unos gemelos. No lo sé. Que se ponga lo que quiera: una hoz y un martillo, una rosa, una gaviota, una bandera… lo que le apetezca. No pasa nada.
Eso sí, en el balcón del Ayuntamiento que sigan ondeando las banderas que marca la norma. Parece como si quisieran que el alcalde lo enganche del cuello –en sentido figurado– y le diga que ponerse en cada pleno.
Disfruten de la vida. Ocúpense de lo importante, lo que afecta a la gente de verdad. Ahora es tiempo para meditar como empezar el año con fuerza y nuevos propósitos. Si se lo proponen, seguro que lo consiguen. De la polémica del cambio de fecha del pleno ni hablo. ¡Tienen tantas responsabilidades algunos que les faltan días… y horas!
El 2026 esperamos políticos más responsables y ciudadanos algo menos resignados. Con eso, ya habremos avanzado algo.
Ángel Calamardo
X: @AFCalamardo


