La Catedral de Albacete ha acogido esta mañana el acto de entrega y reparto de la Luz de la Paz de Belén, una cita ya tradicional en el calendario navideño de la ciudad. La ceremonia, celebrada bajo el lema “Uniendo corazones, iluminando el mundo”, reunió a representantes del movimiento scout y a numerosos asistentes que acudieron a recibir este símbolo para llevarlo a sus hogares y compartirlo con quienes más lo necesitan.

La iniciativa, impulsada por la Delegación Diocesana de Escultismo de Albacete y el Movimiento Scout Católico, volvió a poner el foco en el valor de los pequeños gestos capaces de generar comunidad: una llama sencilla que se multiplica de mano en mano y que invita a reforzar la esperanza, la fraternidad y el cuidado mutuo, especialmente en estas fechas.
Durante el encuentro se recordó el origen internacional de esta tradición. La Luz de la Paz de Belén nació como un proyecto de los Scouts y Guías de Austria y, con el paso de los años, se ha convertido en un recorrido solidario y simbólico que atraviesa fronteras. Cada año, la llama se enciende en Belén, en el lugar asociado al nacimiento de Jesús, y es transportada por scouts de distintos países de Europa y de otros continentes para repartirla en miles de ciudades y pueblos.

En Albacete, el gesto se renueva con la misma intención: que esa luz, más allá de su significado espiritual o cultural para cada persona, sirva como recordatorio de que la convivencia se construye con actos cotidianos de cercanía. Una llama que, en pleno invierno, vuelve a encender el mensaje de que compartir también es una forma de iluminar.



