España es una tierra de contrastes, de paisajes cambiantes y de un patrimonio que se descubre tanto en sus grandes ciudades como en sus pequeños pueblos. A lo largo de su geografía se encuentran enclaves donde la vida transcurre con serenidad, entre calles empedradas, plazas con historia y tradiciones que han pasado de generación en generación. Lugares que invitan a viajar sin prisas y a reconectar con una forma de entender el tiempo más humana.
La provincia de Albacete encaja plenamente en esa imagen. Sus sierras, ríos y llanuras esconden municipios con una fuerte personalidad, donde la naturaleza, la arquitectura popular y las costumbres locales forman un equilibrio perfecto. Pueblos que se han convertido en refugio para quienes buscan alejarse del ritmo urbano y descubrir una esencia rural que sigue muy viva.
En ese contexto se enmarca el nuevo mapa de los pueblos más bonitos de España elaborado por la revista especializada Viajar, una selección anual que recorre las 52 provincias del país para destacar aquellos municipios que sobresalen por su encanto, su historia y su capacidad para ofrecer experiencias auténticas. De cara a 2026, la publicación vuelve a poner el foco en la provincia de Albacete con el nombre propio de Alcalá del Júcar.

Alcalá del Júcar
Alcalá del Júcar es uno de los enclaves más emblemáticos y reconocibles del turismo de interior. Declarada Conjunto Histórico-Artístico, la localidad sorprende por su singular emplazamiento sobre la hoz del río Júcar, con casas excavadas en la roca y un casco antiguo que parece surgir de la propia montaña.

La revista destaca especialmente su legado histórico y patrimonial, con claras huellas del pasado árabe. El castillo, que corona el municipio y se remonta al siglo XII, es su símbolo más visible y durante siglos desempeñó un papel clave como fortaleza defensiva. Junto a él, Alcalá del Júcar ofrece otros enclaves de gran interés como la ermita de San Lorenzo, la iglesia de San Andrés, las conocidas Cuevas del Diablo o la ruta del agua, que permite recorrer el entorno natural y descubrir la estrecha relación del pueblo con el río.
Con esta distinción, Alcalá del Júcar refuerza su posición como uno de los grandes referentes turísticos de la provincia y de Castilla-La Mancha. Un reconocimiento que pone en valor no solo su belleza, sino también el modo de vida de sus habitantes y la capacidad de estos pueblos para conservar su identidad y seguir atrayendo a quienes buscan calma, hospitalidad y paisajes con historia.


