Los vecinos de Tiriez (Albacete), han impulsado esta Navidad una iniciativa que combina originalidad, fe y arraigo a partes iguales. Estos festivos días da la bienvenida a vecinos y visitantes un Belén artesanal elaborado íntegramente con esparto, tejido paciente por manos locales que mantienen viva esta tradición.
Las figuras de este original Belén, de tonos ocres y texturas rústicas, sorprenden a quienes se detienen a comprar el minucioso trabajo de los artesanos de Tiriez. Este Belén se ha convertido en un símbolo de identidad y orgullo comunitario, una invitación a redescubrir la belleza de lo hecho a mano y a celebrar estas fiestas desde la autenticidad y el calor del pueblo.
Este particular pesebre se encuentra instalado en las inmediaciones de la iglesia de esta localidad de la provincia de Albacete, y tuvo su germen hace ya varios años. Una idea que nació del actual sacerdote de Tiriez, Arnol Farley, a la que pronto se sumaron miembros de la comunidad parroquial dispuestos a dar vida a las especiales figuras de este Belén.
Belén totalmente artesanal en la provincia de Albacete
“Surgió la idea de hacer un Belén grande, un Belén para la comunidad donde la gente pudiera reunirse”, explicaba el sacerdote sobre este proyecto, añadiendo que para poder llevarlo a cabo “quise contar con los artesanos del pueblo”. Así, gracias a las prodigiosas manos de auténticos maestros del esparto como Juan García y Antonio Aguado, así como a la implicación de numerosos vecinos y feligreses lograron ir confeccionando poco a poco las figuras que integran este Belén.
Un Nacimiento que comenzó con las imágenes de San José y la Virgen María y al que poco a poco han añadido más figuras, esperando ir ampliándolo Navidad tras Navidad. De las manos de algunos artesanos de Tiriez han nacido las figuras que hoy forman parte de este Belén y que están hechas completamente de esparto. Así, sobre el proceso de creación de las mismas compartía Juan García con El Digital de Albacete que “lo primero de todo es comer el esparto y curarlo a la sombra para que no se queme por el sol”, añadiendo que posteriormente “se le va echando agua para que se ponga blando y poco a poco se va cosiendo”.
Un proceso que requiere de “paciencia, experiencia y mucha imaginación”confesaba este vecino de Tiriez. Y es que, con mucha maña, ingenio y creatividad han ido poco a poco creando del esparto cada una de estas figuras que hoy asombran a quienes se acercan hasta esta localidad de la provincia de Albacete para disfrutar de este original Belén.
Las manos de Antonio Aguado, vecino de Tiriez, también se han implicado de lleno en la creación de este Nacimiento 100% artesano. En relación al material que han utilizado para crear este Belén con ADN manchego confirmaba que “el esparto en sí tiene sus pegas”, y es que “hay que cogerlo, secarlo, seleccionarlo, elaborarlo, quitar alguno que esté dañado…”. Pero también reconocía que “hay que tener práctica”, confesando que llegar trabajar el esparto con esta destreza “no es fácil”. Y es que, esta es una tradición que aprendió de sus padres y ha ido cultivando y mejorando con el paso de los años hasta convertirse en todo un experto artesano.
Figuras que debido a sus dimensiones y complejidad tardan en elaborarse “entre 10 o 12 días”, comentaba Juan García, añadiendo que este tiempo de confección depende del tamaño que tenga cada una de ellas. En este punto, ponía como ejemplo que “hice una vaca en la que tardé cerca de un mes, haciendo descansos”. Con esta original iniciativa Tiriez quiere poner en valor el importante legado artesano de nuestros pueblos, aprendiendo del saber, el conocimiento y el buen hacer de sus gentes.
Un proyecto en el que se han implicado numerosos vecinos
En concreto, forman parte de este Belén cerca de una decena de figuras, a las que han añadido unos peces hechos con materiales reciclables. Pero el espíritu navideño de los vecinos de Tiriez no se queda solo en este espectacular Belén, sino que también han decorado la plaza de la localidad con un árbol de Navidad hecho de ganchillo y han iluminado otro árbol de esta pedanía de Lezuza con cerca de “200 metros de luces”, comentaban.
Un proyecto el de este Belén de esparto en el que se ha implicado prácticamente toda la comunidad de Tiriez, y es que nace también como elemento integrador . Al respecto, comentaba el sacerdote, Arnol Farley que “nos ha servido para tres cosas”: la primera de ellas es que se trata de “una experiencia de fe que ha compartido toda la comunidad, compartiendo alrededor del Belén”, comentaba el cura de Tiriez, añadiendo que “para los cristianos es importante celebrar el nacimiento del Salvador”.
Pero más allá de esta vertiente religiosa que consideraba “fundamental”, manifestaba que este Nacimiento de esparto también cuenta con una «parte social”, porque garantizaba que “ha servido para reunirnos, trabajar juntos y también disfrutar de momentos tan especiales como el día de la inauguración” en la que hubo hasta una chocolatada y pirotecnia.
Como punto final, ponía de relieve el importante revulsivo que puede suponer para el pueblo esta iniciativa en materia turística y por tanto económica. Al respecto, relataba el sacerdote que atraídos por este original Belén están llegando visitantes que “además invierte en otras actividades como ir a tomar una tapa al bar o disfrutar del Museo Etnográfico de Tiriez, activando y dinamizando la economía de nuestro pueblo”. Por tanto, reconocía que este es mucho más que un original Belén, apuntando que es un proyecto con “una vertiente religiosa central, pero que también abraza lo social y lo económico”.
En este punto incidía Antonio Aguado en “la importancia de colaborar” y de la mano de los esparteros “poder mejorar aspectos de nuestros festejos”. De este modo, apostaba por dar visibilidad a esta labor artesana con el objetivo de que “no se pierda la tradición”. Este vecino de Tiriez se dedica al campo y de cara a su jubilación espera “poder dar cursillos de esparto a gente joven y colaborar para que no desaparezcan estas cosas”. Y es que, reflexionaba que en un mundo repleto de plástico “es importante reducir la contaminación utilizando elementos como el esparto que están en la naturaleza”.
El Belén de esparto de Tiriez se ha convertido en mucho más que una propuesta navideña: es la expresión viva de un pueblo que se reconoce en sus raíces y que, desde la cooperación y el cariño por lo propio, ha logrado transformar una tradición en un motor de unión, fe, cultura y futuro. Entre fibras trenzadas y manos que no quiere dejar que desaparezca este oficio, Tiriez celebra la Navidad reivindicando su identidad y demostrando, que cuando una comunidad está unida, incluso el esparto puede convertirse en símbolo de esperanza duradera.
/Fotos: cedidas/
