El aroma a mantequilla, masa fermentada y fruta confitada vuelve a llenar el ambiente de este obrador de Albacete, y es que con la llegada de la Navidad, en Loles Dulce y Salado huele a panettone, pero del artesanal, del que se hace con mimo, cariño, paciencia y tradición.
Esponjoso, aromático y con personalidad propia: así son los panettones que salen del obrador de Francisco Quijano, propietario de Loles. Lejos de las versiones industriales, este dulce italiano vuelve a sus orígenes gracias a las manos mágicas del maestro, que apuesta por la tradición y transforman cada pieza en un bocado único y auténtico que transporta a la bella Italia.

Francisco Quijano confía a El Digital de Albacete la receta del éxito de este dulce tradicional de Italia, que también arrasa en la ciudad. “El panettone cuenta con muchos pasos a la hora de la elaboración”, explica Quijano, que señala que “si fallas en alguno lo que sale ya no es panettone”, asegurando que “también se entrena”.
El panettone artesanal: una receta importada en el corazón de Albacete
Aunque éste no es un dulce común en Albacete, sino que se trata de una importación desde Italia, Quijano explica que “fuimos los primeros en hacer panettones en Albacete”, y manifiesta que “me empeñé, y no te puedes imaginar lo que me salía al principio”. Eso sí, con tiempo, esfuerzo y paciencia, se han convertido en uno de los obradores por excelencia de la ciudad en lo relacionado a este bocado.
“Llevamos cerca de 15 años”, manifiesta, y señala que “tienes que empezar copiando a los que saben hacerlo bien, y después le das el toque al tuyo. Es ensayo-error”. En la misma línea, sostiene que todo el proceso, desde la elaboración de la masa hasta el resultado final, se lleva a cabo de manera tradicional, para mantener ese sabor y esa autenticidad que los caracteriza.

Pasión, entrega y paciencia para conseguir el sabor auténtico desde este obrador de Albacete
Puede que uno de los grandes secretos del maestro resida en la paciencia y el mimo. Así, explica que “el primer amasado tiene que quintuplicar su volumen, y tiene que tener mucha fuerza y elasticidad”. En esta línea, añade que la receta que llevan a cabo en este obrador de Albacete es “la tradicional, sin grasas vegetales”, e indica que se trata de “una pieza de bollería muy complicada”, donde los ingredientes le dan un sabor “muy característico”.

Eso sí, para poner manos a la masa hay que tener tiempo y paciencia, ya que solamente “la primera fermentación dura más de 12 horas”, como indica Francisco Quijaron, que señala que además “hay un reglamento que te indica las cantidades y los pasos. Todo lo que no lo cumpla, tiene forma de panettone, pero no lo es”. Así, destaca la importancia de utilizar buenos ingredientes y respetar “los procesos”. “Nosotros tardamos más de 24 horas”, asegura.

Así, cada panettone que sale de este obrador de Albacete es el resultado de dedicación y respeto por una tradición centenaria. Un trabajo y un sabor que Francisco Quijano mantiene vivo con pasión y entrega, y que permite que cada Navidad los vecinos de Albacete puedan disfrutar de un bocado auténtico y con un aroma inigualable, capaz de trasladar a los albaceteños al corazón de Italia.



