Albacete vuelve hoy a estremecerse. Se nos ha ido una leyenda. El músico extremeño Robe Iniesta, líder de Extremoduro y uno de los mayores referentes del rock en español, ha fallecido este miércoles a los 63 años, tal y como ha confirmado su agencia de comunicación en una nota que ya ha conmocionado al mundo de la música.
«Hoy despedimos al último gran filósofo, al último gran humanista y literato contemporáneo de lengua hispana», expresaba Dromedario Records, visiblemente devastada ante la pérdida del artista al que consideraban «maestro de maestros».
Mientras el mundo cultural asimila su adiós y se prepara para su homenaje en Plasencia, hoy en El Digital de Albacete miramos atrás para recordar cómo fue el último concierto de Robe en Albacete, una noche que muchos ya consideran histórica y que cobra ahora un significado aún más profundo.

La última vez que Robe sonó en Albacete
La última ocasión en la que la voz rota, magnética y única de Robe Iniesta resonó en Albacete fue el 24 de agosto de 2024, en una abarrotada Plaza de Toros que vivió una noche memorable. Aquel concierto, enmarcado dentro de la gira «Ni santos ni inocentes», reunió a miles de seguidores llegados de toda la provincia y de distintos puntos del país.
Fue una de las paradas clave de una gira que recorrió España entre mayo y noviembre y que servía de presentación de Se nos va el aire, su entonces nuevo álbum, publicado tras el enorme éxito del disco de oro Mayéutica y después de la maratoniana gira Ahora es cuando, con 62 fechas y más de 250.000 entradas vendidas.

Dentro de Castilla-La Mancha, Robe solo actuó en tres capitales de provincia: Albacete (24 de agosto), Cuenca (31 de agosto) y Toledo (7 de septiembre). Pero la cita albaceteña tuvo un sabor especial.
Una Plaza de Toros abarrotada
Pasadas las 21:00 horas, Robe apareció sobre el escenario ante un público entregado desde el primer minuto. La Plaza de Toros se convirtió en un espacio vibrante, eléctrico, casi ritual, donde cada verso era coreado a pleno pulmón.

Durante más de dos horas, Robe ofreció un recorrido por su extensa obra, con clásicos que marcaron generaciones, piezas recientes cargadas de fuerza creativa y nuevos temas que el público acogió con entusiasmo. Su voz -profunda, rasgada e inconfundible- volvió a demostrar por qué fue, hasta el final, uno de los músicos más influyentes del rock español.

La complicidad con la banda, el cuidado del sonido y la intensidad interpretativa hicieron del concierto una experiencia que quedó grabada en la memoria de los asistentes. Muchos recuerdan hoy aquella noche como un privilegio, ya que fue la última vez que pudieron verlo en plena forma, dominando el escenario como solo él sabía hacerlo.

Un artista irrepetible
Robe, nacido en Plasencia el 16 de mayo de 1962, fue mucho más que un músico. Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2024, poeta urbano, creador inquieto, figura influyente en lo social y lo político, defensor del medio ambiente y colaborador habitual con diversas ONG. Para su equipo, era «valiente, justo, generoso, perfeccionista y, por encima de todo, una buena persona».
Su agencia lo definía, además, como alguien capaz de «poner de acuerdo a PSOE, PP, Unidas Podemos y Vox», reflejando su extraordinaria capacidad para trascender ideologías y unir a personas de mundos muy distintos.
«La obra maravillosa de Robe debe perdurar y trascender a través de las escuelas y universidades de habla hispana», concluía su nota oficial. «El público le dio la vida y él se la devolvió. ¡Vuela alto, hombre pájaro!».
La muerte de Robe llega apenas unos meses después de que cancelara los dos últimos conciertos de la gira por un tromboembolismo pulmonar. Hoy, su partida hace que aquel 24 de agosto de 2024 se ilumine todavía más en la memoria de quienes llenaron la Plaza de Toros. Fue la última vez que Albacete se dejó llevar por su magia en una noche histórica.

