La Nochevieja está llena de rituales que simbolizan el deseo de empezar el año con buena energía y los mejores deseos. Es tradición en los hogares españoles comer doce uvas al compás de las campanadas, una por cada mes para atraer la suerte; pero hay quien va más allá y para llamar a la buena fortuna también decide lucir ropa interior de color rojo. Una especial noche en la que también se ha convertido en costumbre brindar por el año que entra y agradecer al año que despedimos con los mejores vinos de la provincia de Albacete.
Que mejor manera de pasar los últimos días de este 2025 e inaugurar el año 2026 que dejándote llevar por alguna de las diferentes Rutas del Vino que surcan la provincia de Albacete. Se trata de diferentes rutas en las que a través de sus excelentes vinos, el visitante puede descubrir, vivir y sentir experiencias irrepetibles. En concreto, la provincia albaceteña acoge las Rutas del Vino de La Mancha, La Manchuela, Almansa y Jumilla. Cuatro itinerarios que prometen sorprender al viajero con diferentes actividades y planes, además de saborear los vinos de calidad que se elaboran en nuestra tierra.
El vino forma parte del ADN de la provincia de Albacete y esto es algo que saben muy bien agricultores y productores. Pero además, el mundo del vino ha creado a su alrededor una importante red turística en nuestra tierra poniendo a disposición del viajero experiencias y actividades relacionadas estrechamente con el enoturismo. Planes únicos para brindar este fin de año con los mejores vinos de la provincia albaceteña.

Rura del Vino de La Manchuela
En La Manchuela albaceteña se unen vino, naturaleza y gastronomía para configurar una oferta turística singular. La Ruta del Vino de La Manchuela, que recorre municipios de Albacete y Cuenca, permite descubrir vinos con identidad propia, una potente tradición culinaria y parajes de gran belleza como Alarcón, Jorquera, Alcalá del Júcar o las Chorreras del Cabriel.
La ruta combina patrimonio, paisaje y enoturismo. Sus bodegas visitables mantienen un legado vitivinícola de más de 2.400 años, integrando técnicas tradicionales y modernas para ofrecer vinos de alta calidad. A ello se suma una gastronomía marcada por recetas emblemáticas como los gazpachos manchegos.
El viajero puede disfrutar de actividades al aire libre, paseos entre viñedos, turismo activo, alojamientos con encanto y enclaves clave del patrimonio regional, incluidos castillos como los de Alarcón, Alcalá del Júcar y Enguídanos, así como murallas almohades y edificios históricos. Con su mezcla de llanura manchega y serranía conquense, y un paisaje dominado por viñedos, almendros y cereales, La Manchuela se consolida como un destino imprescindible para quienes buscan naturaleza, cultura y una profunda experiencia enológica.

Ruta del Vino de Almansa
La Ruta del Vino de Almansa ofrece una experiencia enoturística singular respaldada por más de treinta asociados (bodegas, restaurantes y alojamientos) que impulsan el turismo en la zona amparada por la DO Almansa. Este itinerario recorre las localidades de Almansa, Alpera, Higueruela y Hoya Gonzalo, y pone en valor un notable patrimonio cultural: desde el castillo almohade y el Museo de la Batalla de Almansa hasta las destacadas pinturas rupestres de Alpera, con la Cueva de la Vieja como referencia principal. Se suman la iglesia de Santa Quiteria y los yacimientos arqueológicos de Hoya Gonzalo, cuyos hallazgos abarcan del Mesolítico al periodo árabe.
La comarca combina ocio, cultura, naturaleza y buena conectividad, todo ello acompañado por vinos de prestigio internacional. La garnacha tintorera, variedad emblemática de la DO, otorga identidad a unos caldos elaborados en un territorio con condiciones ambientales óptimas.
La ruta permite visitar bodegas, recorrer viñedos y participar en catas, además de personalizar la experiencia mediante un sistema de gestión de reservas que diseña planes a medida. Entre sus iniciativas destaca la ‘bodega de guardia’, que garantiza disponibilidad de visitas cada fin de semana y facilita alternativas cuando una bodega no ofrece horario abierto. En conjunto, la Ruta del Vino de Almansa se presenta como un destino flexible, culturalmente diverso y orientado a descubrir a fondo el universo vinícola de la provincia de Albacete.

Ruta del Vino de La Mancha
La Mancha es un auténtico mar de viñas. Un paisaje único al que imprime un carácter propio precisamente este tipo de cultivo, llegando a conformar una ruta para descubrir esta zona que discurre entre las provincias de Toledo, Albacete y Ciudad Real. Hablamos de una ruta que sabe al vino que se mima y cuida en estos puntos de Castilla-La Mancha: La Ruta del Vino de La Mancha.
La Mancha, con sus interminables hectáreas de viñedo que pueblan sus campos, conforma la zona vitivinícola más extensa del mundo. Puedes sumergirte en este mar de viñedos de la mano de la Ruta del Vino de La Mancha, existiendo planes diseñados para cada tipo de viajero. Actividades para realizar en familia, como paseos en bici o 4×4 en bodegas, o vinculadas con la naturaleza, como visitas a espacios naturales protegidos, forman parte de esta especial ruta en la que también se combinan aspectos culturales o planes pensados para los más sibaritas, como cuidadas catas y experiencias gastronómicas.
La Ruta del Vino de La Mancha reúne patrimonio, cultura popular y experiencias enológicas en un territorio marcado por su tradición vitivinícola. Entre sus paradas imprescindibles figuran el Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera de Villarrobledo, los miradores de Villarrubia de los Ojos y del Museo de la Torre del Vino de Socuéllamos, así como celebraciones emblemáticas como la Semana de la Zarzuela de La Solana, los Mayos Manchegos de Pedro Muñoz o los Carnavales de Alcázar de San Juan, de Interés Turístico Nacional.
El universo cervantino es otro de sus ejes: la ruta permite visitar la Casa de Medrano en Argamasilla de Alba, la Casa de Dulcinea en El Toboso y los icónicos molinos de viento de Campo de Criptana y Alcázar de San Juan. A ello se suman experiencias en bodegas y viñedos, rutas de tapas inspiradas en ‘El Quijote’, comidas camperas, visitas a queserías y atardeceres entre viñedos.
La DO La Mancha destaca por sus variedades autóctonas, airén y tempranillo, y por uvas importadas como chardonnay y cabernet sauvignon. Sus viñedos, asentados sobre una amplia llanura caliza entre los 600 y 900 metros de altitud y bajo un clima seco, permiten una maduración uniforme y confieren personalidad a unos vinos elaborados de forma natural, sostenible y, en muchos casos, ecológica. Tintos, blancos, rosados y espumosos de marcada identidad conforman la oferta enológica de una ruta que invita al viajero a conocer la esencia vitivinícola de la mayor llanura vinícola del mundo.

Ruta del Vino de Jumilla
La Ruta del Vino de Jumilla, vinculada a la DOP Jumilla, se ha consolidado como un proyecto en plena expansión. Nacida en torno al municipio murciano de Jumilla, la iniciativa ha incorporado progresivamente a las localidades albaceteñas de Fuente-Álamo, Montealegre del Castillo, Ontur, Tobarra y Hellín, ampliando tanto su territorio como su oferta enoturística.
El itinerario combina actividades vinculadas a la cultura del vino, como visitas a viñedos y bodegas, experiencias gastronómicas y alojamientos rurales, con un recorrido por el patrimonio histórico, cultural y natural de la zona. Paisajes como El Madroño (Ontur) o Las Colleras (Fuente-Álamo) se suman a un notable legado arqueológico que incluye pinturas rupestres y enclaves como el Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda.
La ruta también destaca por la presencia de vestigios íberos, como el Yacimiento de Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla) y el Cerro de los Santos (Montealegre del Castillo), donde apareció la Gran Dama Oferente. A ello se añaden restos romanos, la villa de Los Cipreses, el monumento de El Casón o las célebres muñecas romanas halladas en Letur, y testimonios medievales como el castillo de Jumilla, el santuario de la Encarnación y la ermita del Cristo de la Antigua.
La gastronomía, marcada por influencias murcianas y manchegas, constituye otro de los ejes del recorrido, con platos tradicionales como los gazpachos manchegos, las gachamigas o el conejo a la patagorrilla. Bodegas, restaurantes, museos y comercios especializados completan una oferta diversa que convierte a la Ruta del Vino de Jumilla en un destino enoturístico de referencia entre las provincias de Albacete y Murcia.
Las Rutas del Vino se abren paso por la provincia de Albacete para descubrir de una forma diferente su historia, patrimonio, naturaleza, gastronomía y, por supuesto, los excelentes vinos que se producen en nuestra tierra y que enamoran hasta a los paladares más exigentes. En un momento del año especialmente propicio para celebrar, estas rutas se convierten también en una invitación a despedir el año brindando con vino de la provincia de Albacete, una forma de homenajear la tradición vitivinícola local y brindar por nuevos comienzos con el sabor auténtico de la tierra.


