Tras el éxito de su 1ª edición, el Club de Aeromodelismo ‘Aeromanchuela’ celebró el pasado sábado 29 de noviembre la 2ª edición del festival ‘Aeromanchuela’, en la pista de aeromodelismo perteneciente al club, que se encuentra entre los términos de Motilleja y Madrigueras. Una cita a la que acudieron los mejores pilotos aeromodelistas del país para realizar vuelos con sus aviones radiocontrolados, dibujando espectaculares figuras en el cielo albaceteño gracias a unos modelos pocas veces vistos por su gran tamaño y calidad.

Antonio Bermejo, miembro fundador del Club ‘Aeromanchuela’, nos cuenta que “este evento nace de la necesidad de devolver la buena acogida y hospitalidad con la que nos han recibido a nosotros en los encuentros que han organizado otros clubs de aeromodelismo que hay repartidos por toda la geografía española. Cuando hemos ido a acompañarles a estos encuentros nos han tratado siempre fenomenal y nos han hecho sentir como en casa, por lo que llegó un momento en el que pensamos que ya nos tocaba a nosotros, y así nació el festival ‘Aeromanchuela’. En esta nueva edición han participado unos 20 compañeros que han venido de todas las partes de España, como la Comunidad Valenciana, Murcia, o Baleares, y hemos podido ver alrededor de unos 30 aviones volando el cielo de la Manchuela. Resultó una jornada maravillosa, y llena de compañerismo. No se trata de una competición, sino de una reunión en la que se comparte afición, y en la que nos contamos desde las últimas construcciones aeromodelistas que estamos haciendo, hasta la vida personal de cada uno de nosotros. Además, lo acompañamos con la gastronomía de la zona, para que los participantes en el encuentro puedan probar nuestras carnes a la brasa y el arroz caldoso de la zona”.

Un evento consolidado
Una jornada de convivencia que, después del éxito de este año, el club va a seguir organizando de manera anual. “La primera edición fue en 2022 y fue un rotundo éxito. Recuerdo que nos vimos desbordados por la cantidad de gente que vino, y tuvimos que ir a media mañana al supermercado a por más comida y bebida, porque arrasaron con todo. Tras el éxito, nuestra idea era seguir organizando anualmente el evento, pero debido a un problema meteorológico tuvimos que parar. Una racha de viento huracanado de 136 km por hora tiró un día la cubierta que habíamos construido para protegernos de las inclemencias del tiempo, y apareció al día siguiente a un kilómetro de distancia del lugar, entre los almendros de dos fincas más abajo. Lamentablemente, han tenido que pasar tres años hasta conseguir los fondos necesarios para hacer una nueva cubierta fuerte y en condiciones. Este año, con la cubierta renovada, y con muchas ganas, hemos vuelto con más fuerza que nunca con una sorprendente nueva edición que nos ha dado pie a consolidarla como un evento anual”, celebra.

‘Aeromanchuela’ comenzó su andadura en 2014
Fue en 2014 cuando, para la difusión del aeromodelismo en la zona de la Manchuela comprendida entre Motilleja, Madrigueras, y Tarazona de la Mancha, se limpió y allanó una parte de tierra para hacer una pista y comenzar a realizar vuelos con aviones radiocontrolados. “Hace unos años tenía mi residencia en Albacete, y me puse a buscar un terreno en algún pueblo de los alrededores donde pudiera tener espacio suficiente para construir una vivienda, y de paso montar también un taller en condiciones para construir mis modelos y poder guardarlos. Estuve buscando por varios pueblos cercanos a Albacete, y me encajó un trocito de tierra de 500 metros que encontré en Motilleja. De este modo, construí la vivienda y el taller, y en 2012 me trasladé al pueblo. Enseguida me di cuenta de que no había nada de afición por el aeromodelismo por allí, pero vi que la zona tenía muchas posibilidades. De lo que carecía era de una pequeña pista en la que poder volar los modelos y de paso fomentar esta afición en la zona. Con la idea de fomentar la afición en los sitios donde no la hay, me puse en marcha y le pedí a mi vecino y compañero Agustín Martínez, aficionado también al Aeromodelismo, un terreno que no podía cultivar por su condición de pedregal. Poco a poco fuimos allanando y poniendo aquello en condiciones, y empezó a apuntarse gente de la zona, y decidimos montar un club. Finalmente, entre todos conseguimos hacer una pequeña pista del club, a la que empezamos a ir todos los fines de semana. Ya en 2021, con la aparición de nuevos aficionados de la zona y con enorme entrega y disponibilidad, se puso en marcha lo que es a día de hoy una referencia”, asegura.

Una pista ya legalizada
José Miguel Fernández, Agustín Martínez, Héctor Carretero, Ángel Villalba, y Antonio Bermejo, componen el núcleo del club ‘Aeromanchuela’ en la actualidad. “Actualmente, somos cinco socios y hemos logrado hacer una instalación modesta, pero más que aceptable, además de realizar un evento que ya es conocido a nivel nacional. La pista ya está homologada en la red de aeropuertos de SENASA, y aparece en todos los mapas aéreos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, por lo que está totalmente legalizada. Además de aeromodelismo, realizan sus prácticas los alumnos de Grado Superior de Drones del Centro de Formación Profesional de Aguas Nuevas. También realizan sus prácticas de Drones los cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado. Es una instalación que al estar apartada de los núcleos urbanísticos, y de las carreteras, viene muy bien para que la gente vaya a practicar, tanto a nivel profesional, como particular y aficionado”, subraya.

El aeromodelismo
El aeromodelismo es una afición y un deporte derivado de la técnica de construcción y vuelo de aeroplanos de pequeño, mediano y gran tamaño, hechos a escala. Estos aviones son denominados aeromodelos, y han sido preparados para volar sin tripulación. Bermejo explica que “el aeromodelismo es más antiguo que la aviación en sí, ya que cualquier modelo que se ha puesto en vuelo, anteriormente ha tenido que ser un aeromodelo de prueba no tripulado. A partir de ahí, nos encontramos con una afición muy bonita, y un hobby absolutamente completo. Los aeromodelistas tradicionales vemos un modelo, e intentamos conseguir unos planos, o los hacemos, y vamos construyendo el modelo con materiales de madera ligera, fibras de vidrio, y luego sus acabados en pintura con composite, vinilos, toda la electrónica, y luego ir al campo de vuelo a volarlos. Por eso, se trata de una afición en la que aprendes muchísimas cosas. Para entrar en el mundo del aeromodelismo hay que ser muy polifacético, porque estamos ante una de las aficiones más creativas que existen, porque implica diseño, construcción, acabados, y electrónica, entre otros aspectos”.

El aeromodelismo es una forma de vida, porque “tienes que tener un taller para fabricarlos y que esté apartado de la casa para evitar las molestias de olores, lija, virutas de madera, etc. También hay que tener un vehículo grande, acorde con los tamaños de los aeromodelos para poder transportarlos. Pero merece mucho la pena, porque cuando llegan los fines de semana y te reúnes con los compañeros en la pista para volar esos nuevos modelos en los que has trabajado varios meses, sientes una gran satisfacción. Lo mejor de todo es que, a pesar de todo el trabajo, en la mente del aeromodelista siempre estará cuál será el modelo siguiente que va a fabricar. En el aeromodelismo se respira mucho compañerismo, y un compromiso de echar una mano a todo el que quiera iniciarse en esta afición. Es una norma no escrita entre aeromodelistas, porque lo que queremos es que haya relevo generacional para que no se pierda, y nos gustaría conseguir que los jóvenes, en vez de estar con la cabeza agachada viendo el móvil, estuvieran con la cabeza levantada viendo los aviones volar”, refleja.

Un hobby con el que se aprenden oficios. “Yo empecé a los 11 años y he aprendido mucho. Han pasado por mis manos muchos modelos, y he tenido la suerte de enseñar a mucha gente que luego han dedicado su profesión a la aeronáutica. Pilotos o mecánicos de aviones, que encontraron su salida profesional a través de la construcción de aeromodelos y de la afición por volar estos aviones. Y es que, con el aeromodelismo, aprendes hasta historia de la aviación y miles de cosas que puedes aplicar a tu vida laboral”, concluye. El aeromodelismo está vivo en Albacete gracias a clubs como ‘Aeromanchuela’, que se dedican con pasión al arte de volar.












































































