Leonor, la albaceteña de 35 años que ha sido camionera y conductora de autobús: «Si te gusta, hazlo»

Con naturalidad, esfuerzo y mucho carácter, ha demostrado que el transporte no entiende de géneros

En un sector donde la presencia masculina sigue siendo abrumadora, la historia de Leonor Valera, albaceteña de 35 años, destaca por su naturalidad, su empuje y su pasión por el mundo del transporte. Fue camionera durante cinco años y posteriormente conductora de autobús, una trayectoria poco habitual entre mujeres, pero que para ella nació de manera casi inevitable. «Toda la vida, mi padre se ha dedicado a la paja. Yo me iba con él desde pequeña, desde los cinco o seis años, un día tras otro en el camión», recuerda.

Aquellos viajes infantiles se convirtieron, sin saberlo, en el germen de una vocación. En cuanto cumplió la edad necesaria, Leonor decidió sacarse primero el carnet de camión rígido y después el de tráiler. Con 21 años recién cumplidos ya estaba subida a un camión, transportando paja por toda la provincia. «Estuve unos cinco años trabajando con el camión hasta que me quedé embarazada. Me dieron la baja, aunque yo hubiera ido a trabajar hasta el último mes si hubiera podido», asegura.

Del camión al autobús

Tras convertirse en madre, y una vez finalizada la baja por maternidad, Leonor decidió tomarse un respiro. «Me cogí un año de paro, pero como soy puro nervio y estaba aburrida, me puse a buscar trabajo por internet», cuenta. Fue entonces cuando encontró una oferta para conducir un autobús.

Lo curioso es que tenía el carnet de autobús «porque un día le dio el aberrunto» y decidió sacárselo, sin imaginar que lo utilizaría. Finalmente, la contrataron en una empresa para trasladar a sus propios trabajadores. Aun así, reconoce que no terminó de encajar con este vehículo. «Me gusta más el camión. Soy muy impaciente y estar esperando a que la gente se suba y se baje me pone nerviosa. El autobús es más cómodo y más limpio, pero lo mío era el camión», señala.

Un trabajo duro

Para Leonor, la dureza del transporte de paja es evidente. «En verano estás todo el santo día en el camión: cargar, descargar, subir, bajar, tragar polvo, soportar el calor…». Con una hija de cuatro años, reconoce que hoy por hoy es imposible volver a ese ritmo. «Salía de casa a las ocho de la mañana o antes y llegaba por la tarde. Es un trabajo sacrificado y con niños es complicado», añade.

Su entrada en el sector también estuvo marcada por las circunstancias familiares. «Estaba estudiando cuando mi padre cayó enfermo. Como era autónomo, decidí ayudarle. Empecé yéndome con él a empacar, luego me saqué los carnets y empecé yo sola a transportar la paja. Al final te tiene que gustar. Mi hermana se ha criado igual que yo y no le gusta ni el camión ni el tractor», explica.

Anécdotas de carretera

Ser mujer al volante de un tráiler no pasa desapercibido. Leonor recuerda con humor las primeras reacciones: «Al principio la gente se extrañaba. También me pasó con la Guardia Civil. Me paraban para pedirme el carnet como si pensaran que iba sin él».

Pese a ello, afirma que nunca se sintió discriminada en su trabajo. «Me han tratado como a una más. Yo trabajo mucho mejor con hombres que con mujeres», dice sin rodeos.

«Si te gusta, hazlo»

Para las mujeres que sueñan con ponerse al volante de un camión o autobús, Leonor lanza un mensaje claro: «Hoy en día somos iguales mujeres y hombres. Si te gusta algo, lo haces. Eso sí, también tienes que tener tiempo».

Leonor Valera lo tuvo claro desde niña, aun sin saberlo. Con naturalidad, esfuerzo y mucho carácter, ha demostrado que el transporte no entiende de géneros, sino de pasión por la carretera.

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María López

Nacida en Albacete (1996). Graduada en Periodismo por la Universidad de Castilla-La Mancha. He pasado por Cadena SER, Castilla-La Mancha Media y El Español.
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