El pasado 22 de septiembre, en El Digital de Albacete les dábamos cumplida información de la muerte en Ucrania de Juan Luis Amador, natural de Villapalacios y de 38 años de edad, que se había incorporado por su propia voluntad al ejército del país que preside Volódimir Zelensky para combatir contra Rusia. Apenas unas horas antes de publicar dicha información, un dron soviético sesgaba la vida de este albaceteño al ser atacado mientras rescataba heridos tras una ofensiva anterior. Ahora, dos meses después, su familia vive sumida en la desesperanza, pues cada día ven más lejano el hecho de que los restos mortales de Juan Luis puedan volver a Albacete, a su Villapalacios natal.

La dureza tras un «todo sigue igual» después de lo sucedido con este militar de Albacete
Así lo reconocía este jueves a El Digital de Albacete su hermano, Miguel Ángel Amador, que ha indicado que a día de hoy “no hay ninguna novedad, nada de nada” y que a pesar de las evidencias que hay sobre su muerte, desde el Ejército Ucraniano y la Embajada “lo siguen dando por desaparecido. Todo sigue igual”.
Miguel Ángel reconoce que desde hace ya muchas semanas, “ni si quiera se han puesto en contacto con nosotros los del Ejército de Ucrania” y que “la última información de la Embajada es que a Juan Luis lo habían dado por desaparecido. Desde entonces, nada de nada, ni se han vuelto a comunicar con nosotros”.
Sumidos cada día más en la desconfianza de poder recuperar los restos mortales de Juan Luis, su hermano cree que “no nos los van a traer. Han pasado ya dos meses y…”. Además, responde de manera concisa pero muy clara un “sí” rotundo cuando se le pregunta por si la desesperanza va ganando enteros en la familia conforme pasa el tiempo.
Aunque desde Ucrania dan a este soldado de Albacete por desaparecido y no por muerto, su familia tiene muy claro que Juan Luis falleció e incluso honraron su memoria haciendo “una misa conmemorativa a modo de entierro”.
Desde aquel fatídico 21 de septiembre los momentos que atraviesa la familia de Juan Luis son “duros”, siendo la madre del militar la que peor lo está pasando ya llora “no tener ni donde poder llevarle unas flores”, afirma Miguel Ángel, quien sueña con que ojalá algún día puedan volver a tener a su hermano cerca.

Que den por desaparecido y no por muerto a este albaceteño, un problema para la familia
Lo relatado anteriormente es la última hora de la dramática situación que la familia de Juan Luis Amador está viviendo desde que este albaceteño murió en la guerra de Ucrania, una situación que como decimos no ha cambiado nada en los últimos tiempos, de hecho, nada ha variado desde que el 4 de octubre Miguel Ángel, el hermano del fallecido, relataba los problemas que supone que a Juan Luis se le dé por desaparecido y no por muerto a pesar de las evidencias de su fallecimiento, lo que los aboca, sin duda, a un periplo legal. “Temo que lo hayan hecho para ahorrarse dinero. Lo peor es que esto paraliza todos los procesos de cara a la herencia de su hija, que es menor de edad, y cualquier subsidio que pudiera recibir”, criticaba entonces Miguel Ángel Amador. Más de mes y medio después de dichas declaraciones, nada ha cambiado; tal y como reconocía este jueves a El Digital de Albacete el hermano del militar de Villapalacios.
El Ayuntamiento de Villapalacios, explicaba al respecto de la declaración como desaparecido de Juan Luis y no como fallecido que es algo que dificultará el proceso de repatriación de los restos mortales y las posibles coberturas económicas que estuvieran estipuladas en su contrato con el Ejército ucraniano. “De decirnos que él estaba fallecido, con coordenadas y todo del lugar, pues que nos digan ahora que lo declaran desaparecido nos ha caído como un jarro de agua fría”, criticaba José Luis García, el teniente de Alcalde de este pueblo de Albacete.
Amador, de 38 años, fue alcanzado por un dron ruso durante una operación militar de evacuación de heridos cerca de la ciudad ucraniana de Zaporiyia, uno de los frentes más activos de la guerra iniciada por Rusia.
Herido de muerte, sus compañeros de escuadra, incapaces de trasladarlo en ese momento, lo dejaron bajo un árbol para evitar que otros drones lo alcanzaran y se retiraron posteriormente a posiciones más seguras. Fueron ellos mismos los primeros que notificaron de manera informal a la familia el fallecimiento de Juan Luis, tal y como se habían comprometido los soldados de escuadra antes de la misión, según relataba el teniente de Alcalde de Villapalacios, cercano a la familia y al propio combatiente.
“Tuvimos un aliento –de esperanza– cuando un comandante se puso en contacto con la embajada ucraniana y les notificó donde estaba –el cuerpo de– Juan Luis, pero que tenían que darse unos cambios climatológicos por el tema de los drones para poder rescatarlo. El mando ucraniano sabía que estaba fallecido y la embajada nos lo confirmó”, detallaba el político de Villapalacios, que además valoraba que esto ha podido deberse a las implicaciones que tiene la declaración oficial de su muerte para el contrato que el fallecido había firmado con el Ejército ucraniano. “El tema de la desaparición económicamente y burocráticamente es más fácil que decir que ha fallecido. Les cuesta más barato y como digo yo, nos quedamos sin Juan Luis”, lamentaba el teniente de Alcalde.
Volviendo a lo que afirmaba a principios de octubre el hermano del fallecido, detallaba que la embajada ucraniana les comentó que se trataba “del proceso habitual” cuando no se recupera el cuerpo del combatiente.

El de este militar de Albacete tras su muerte no es un caso asilado
Su caso, señalaba, no es un hecho aislado. Son varios los familiares de combatientes españoles caídos en servicio del Ejército ucraniano los que aún esperan un certificado de defunción, según apuntaba, asegurando que se estaban planteando crear una asociación para gestionar los casos ante la falta de avances legales por parte del Gobierno ucraniano.
Una investigación del medio France24 reveló hace meses decenas de casos similares de combatientes latinoamericanos muertos en combate cuyas familias estaban a la espera de recibir los certificados y el dinero que estipulaban sus contratos.
El teniente de Alcalde añadía que ahora tendrán que recurrir a abogados ante la nueva situación legal. “Al considerarlo desaparecido los trámites son de otra forma que si fuese fallecido. Es como aquí en España, se tiene que hacer una denuncia. Lo que más nos fastidia es que él tenía un contrato y supuestamente tiene que tener un seguro”, sugería García.
Aunque el Consistorio paloteño muestra comprensión ante las dificultades para recuperar el cuerpo, piden que no se olvide el sacrificio que realizó su vecino. “Nosotros no queremos que ninguna compañía se arriesgue a lo que sea para el rescate, pero él estaba rescatando heridos y expuso su vida. Así que si hay algún momento en que otras personas puedan exponerse por él, pues que lo hagan”, solicitó el concejal.
El hermano pedía que Ucrania “al menos” podría darles el certificado de fallecimiento de cara a regularizar su situación legal.
“Saben de sobra que está fallecido, me consta que limpiaron su habitación del cuartel y se llevaron sus cosas el día que murió”, insistía Miguel Ángel Amador, quien se mostraba apenado por no haber recibido noticia formal alguna del Ejército ucraniano por el que su hermano dio la vida, llevándose todo el trámite a través de la embajada ucraniana y el consulado español.

Ayuda prestada por las administraciones tras lo sucedido con este vecino de Villapalacios (Albacete)
El Ayuntamiento agradece la colaboración recibida por parte de todas las administraciones españolas desde un primer momento y afirman que seguirán peleando para que Juan Luis pueda descansar en Villapalacios. “Tanto la familia como nosotros vemos que la única solución es hacer fuerza donde haga falta. Si me tengo que ir allí a traérmelo a cuestas me lo traigo. Estamos mirando por todos lados qué tenemos que hacer para que vuelva”, aseguraba García.
La marcha a Ucrania de Juan Luis Amador, veterano del Ejército español en la base de Cerro Muriano, es «un caso curioso». El albaceteño nunca llegó a pisar el frente de batalla durante sus años al servicio de España a pesar de su deseo de incorporarse a misiones en zonas como Afganistán. Finalmente cumplió su voluntad de viajar a la guerra cuando en octubre de 2024 se sumó a las filas del Ejército ucraniano con la intención de «ayudar a Europa», decisión que la mayoría de sus vecinos desconocían.
«No tenía necesidad de decírselo a nadie. No quería que nadie sufriese por él. No lo vociferaba. Lo llevó a eso su corazón militar», concluyen quienes lo conocían a fondo.
Más de dos meses después de que ocurriera aquel ataque de drones rusos, la familia de Juan Luis sigue sin poder recuperar sus restos y sin poder darle un último adiós estando él presente.

