En Albacete, los abrigos más gruesos van a dejar de ser opcionales. El refuerzo del chorro polar y las ondulaciones que dibujará sobre la Península harán que, de cara al comienzo de la próxima semana, las temperaturas nocturnas caigan con fuerza en la provincia, con mínimas que el lunes podrían alcanzar los dos grados bajo cero en algunos puntos.

Vaguadas encadenadas y frío más acusado en el interior
En los próximos días, el chorro polar —esa poderosa “autopista” de vientos en altura que guía las borrascas— se intensificará y subirá ligeramente de latitud, pero seguirá muy ondulado. Esas ondulaciones favorecerán la llegada de varias vaguadas que afectarán tanto a Albacete como al resto de la España peninsular, condicionando el tiempo a corto y medio plazo.
Aunque el último descuelgue de aire frío, responsable de la inestabilidad reciente en el norte y Baleares, comienza a retirarse y las altas presiones avanzan desde el Atlántico, el escenario no será del todo estable. Un nuevo frente barrerá la Península este fin de semana, en un contexto marcado por un cambio sinóptico hacia un chorro polar más vigoroso y desplazado al norte, típico de una configuración NAO+, que tenderá a desviar las borrascas hacia latitudes más altas.
En Albacete, este patrón se traducirá en un tiempo variable, con intervalos nubosos, algunos episodios de lluvia y, sobre todo, descensos térmicos puntuales, más acusados en las noches despejadas y en zonas de interior.
Heladas débiles en la llanura manchega
Los modelos de predicción apuntan a que estas vaguadas seguirán llegando, al menos, hasta el puente de diciembre. Cada descuelgue de aire frío dejará un “diente de sierra” en el termómetro: bajadas térmicas, paso de frentes y posterior recuperación moderada de las temperaturas.
En la provincia de Albacete, el momento más frío se espera a comienzos de la próxima semana, cuando el aire más seco y la posible apertura de claros nocturnos favorecerán heladas débiles en la llanura manchega. El lunes, los termómetros podrían situarse en torno a los -2 ºC al amanecer en áreas del interior, con sensación térmica aún más baja en zonas expuestas al viento.
Durante el día, sin embargo, las máximas se mantendrán en valores más templados, sin hablar de un episodio de frío extremo generalizado. Será, en esencia, un ambiente invernal típico de finales de noviembre y primeros de diciembre, con contraste marcado entre las horas centrales del día y las madrugadas.

Lluvias intermitentes, sin bloqueo anticiclónico duradero
Pese a la entrada de aire algo más frío y seco en ciertos momentos, no se espera un periodo prolongado sin precipitaciones. Los modelos europeo y americano prevén la llegada de varias vaguadas hasta el puente de diciembre, con frentes asociados que podrían dejar lluvias en buena parte del país, más abundantes en el noroeste.
Si alguna de las ondas del chorro se desplaza algo más al sur, no se descarta una reactivación de chubascos en zonas del Mediterráneo, escenario que aún está por confirmar. En cualquier caso, con una circulación atlántica tan activa, no parece probable a corto y medio plazo una irrupción de aire muy frío que deje grandes nevadas generalizadas: las nevadas que se produzcan se quedarían, en principio, en cotas relativamente altas, con descensos momentáneos durante el paso de estos descuelgues.
Un comienzo de invierno climatológico sin frío extremo
El invierno climatológico, que arranca el 1 de diciembre, no comenzará con una ola de frío histórica. Más allá de estas bajadas puntuales —como la prevista en Albacete a comienzos de semana—, los flujos atlánticos del oeste o suroeste pueden hacer que las temperaturas se sitúen entre 1 y 3 ºC por encima de la media en el centro, el tercio norte y áreas mediterráneas durante buena parte de la primera quincena de diciembre.
En Canarias y en el sur peninsular, por ahora, no se esperan anomalías térmicas relevantes. Se prevé que el patrón de NAO+ se mantenga, al menos, hasta aproximadamente el 8–10 de diciembre. A partir de entonces, la incertidumbre aumenta y los modelos muestran distintos escenarios posibles.
Mientras tanto, en Albacete, el mensaje clave de cara a los próximos días es claro: madrugadas gélidas, heladas débiles y ambiente plenamente invernal, aunque sin que se trate, por ahora, de un episodio de frío extremo.
¿Qué es el chorro polar?
El chorro polar, también conocido como corriente en chorro o jet stream, es un canal de vientos muy fuertes en forma de tubo que discurre entre unos 9 y 16 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre. Puede imaginarse como un río de aire que fluye a velocidades de 100 a 250 km/h, con miles de kilómetros de longitud, pero sólo unos pocos de ancho.
Pese a su nombre, no es un “chorro de aire que viene del polo”, sino el gran director de la circulación atmosférica en nuestras latitudes: guía el movimiento de borrascas y anticiclones y, cuando se ondula, permite los descuelgues de aire frío o templado que determinan, en buena medida, el tiempo que vivimos en superficie.



