A menudo, en la vida cotidiana, evitamos con cierto pudor asumir responsabilidades públicas. Pocos suelen ofrecerse voluntariamente para coordinar un grupo, liderar una asociación o presidir una comunidad de vecinos. Sin embargo, en la política local -esa que se ejerce a pie de calle, donde todos se conocen y donde las decisiones afectan a cuestiones tan básicas como el alumbrado, el agua o las fiestas del pueblo- todavía existen personas que dan un paso al frente sin esperar nada a cambio. Literalmente, nada.
En la provincia de Albacete, un total de 16 alcaldes y alcaldesas desempeñaron en 2024 su labor municipal sin percibir un solo euro, según los datos publicados por el Ministerio de Hacienda dentro de la Información Salarial de Puestos de la Administración (ISPA 2025). Son regidores que gobiernan sus municipios únicamente por compromiso con su tierra, compatibilizando su vida laboral y personal con la gestión diaria de la administración local.
Salario medio en España
Estos datos contrastan con la realidad general del país. El informe subraya que el salario medio de los alcaldes en España se situó el pasado ejercicio en 23.862 euros brutos, mientras que en Castilla-La Mancha la media cae hasta los 19.792 euros, unos 4.070 euros menos que la cifra estatal. Pero incluso dentro de esa retribución más baja, la provincia de Albacete destaca por su número de alcaldes que optan -o se ven obligados, por la escasez presupuestaria- a no cobrar.
En concreto, los municipios albaceteños cuyos regidores no recibieron ninguna compensación económica el pasado año son Abengibre, Alcadozo, Alpera, Ayna, Balsa de Ves, Carcelén, Letur, Nerpio, Paterna del Madera, Povedilla, Pozuelo, La Recueja, Peñas de San Pedro, Robledo, Salobre, San Pedro y Villapalacios.
Todos ellos están catalogados como alcaldes “sin dedicación”, una figura habitual en pequeños núcleos rurales donde el presupuesto municipal es limitado y donde muchas veces se priorizan otras necesidades antes que el sueldo del primer edil.
Un ejercicio vocacional
Estos datos forman parte del registro que deben remitir anualmente al Gobierno los 8.131 ayuntamientos españoles, según recuerda el Instituto Nacional de Estadística (INE). La información, obligatoria y pública, permite conocer no solo los salarios de los regidores, sino también la enorme brecha que existe entre grandes ciudades y pequeños municipios, donde la política sigue siendo un ejercicio vocacional más que una profesión.
Para muchos de estos alcaldes, gobernar sin cobrar no es una anécdota, sino una forma de entender su función. Dedicar tiempo, energía y esfuerzos a su pueblo porque consideran que alguien tiene que hacerlo, aunque económicamente no les compense.

