Este lunes, 24 de noviembre, ha tenido lugar la sexta sesión de juicio con Tribunal del Jurado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete en el que una mujer está acusada de asesinar a su hijo recién nacido en Elche de la Sierra (Albacete). Siete días después del comienzo del juicio, han prestado declaración en esta jornada médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Albacete, así como facultativos del Instituto Nacional de Toxicología. Por parte de la defensa, también ha declarado el doctor José Cabrera en calidad de perito especialista en psiquiatría.
La Fiscalía pide para la acusada la pena de prisión permanente revisable, mientras que la defensa solicita la absolución de la procesada, argumentando que padecía un embarazo críptico, es decir, una alteración también conocida como negación del embarazo.

Médicos forenses sostienen que el bebé nació vivo
Los primeros en declarar han sido dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Albacete, entre ellos, la médico forense de guardia que acudió al Hospital de Hellín para atender a la acusada al día siguiente de los presuntos hechos. Así, ha manifestado que su primera entrevista con la encausada tuvo lugar en el centro hospitalario y que al principio ésta no colaboró aportando información hasta que finalmente acabó reconociendo que se había producido un parto, y que “el bebé cayó dentro del váter y lo cogió de una pierna”, metiéndolo en una bolsa de basura porque “había nacido muerto”.
Tras la declaración de la acusada, la médico forense acudió al domicilio de la misma para buscar al recién nacido, quien ha explicado que había salpicaduras de sangre en el cuarto de baño y ha manifestado que finalmente hallaron al bebé en el cubo de la basura de la vivienda. Del mismo modo, ha señalado que a la hora de encontrar al bebé, éste ya presentaba “cierta rigidez”. Así, ha concluido que un bebé en estas circunstancias tarda “muy poco tiempo en fallecer”.

En la misma línea ha manifestado que se realizó la autopsia al día siguiente, 6 de enero, y ha asegurado que se trataba de un bebé “sin ninguna alteración”, y que con las pruebas realizadas se ha determinado que “había salido vivo del seno materno”, ya que “la presencia de aire en el estómago es indicativa de que el bebé ha llegado a deglutir aire”, es decir, que “ha respirado durante unos minutos”. Del mismo modo, ha señalado que el recién nacido no presentaba traumatismos.
También ha señalado que enviaron las tijeras que encontraron en el baño a analizar y que las pruebas determinaron que el cordón umbilical se había cortado con un “mecanismo combinado de corte y tracción”, es decir, “un elemento con cierto filo y después se arrancó”, y que por eso no se aprecia un “corte limpio”.
Sobre la acusada, ha manifestado se entrevistó con ella hasta en tres ocasiones; la primera en el Hospital de Hellín, una segunda para delimitar sus capacidades cognitivas y volitivas en relación con los hechos, y una tercera debido al divorcio de su expareja. Así, ha determinado que no tiene “ningún tipo de antecedente psiquiátrico, ni toma ningún tipo de medicación”, y que no ha presentado ninguna patología “ni antes, ni después de los hechos”. “En las veces que la he valorado el discurso variaba, primero dijo que cogió al bebé por la pierna, luego dijo que estaba con su exmarido y su exsuegra”, ha puntualizado, y ha señalado que “ese cambio es inconsistente y es una amnesia selectiva y oportunista”, además de “excesivamente prolongada”, ya que cuando las mujeres tienen este síndrome después son conscientes de lo sucedido, tal y como ha apuntado la médico forense.

A preguntas del Ministerio Fiscal sobre el síndrome de negación del embarazo que la defensa alega que padeció la acusada, la médico forense ha señalado que “no existe posibilidad de que se pueda establecer ese diagnóstico”, ya que éste se da en “mujeres con determinadas circunstancias”, pudiendo confundir los síntomas del embarazo con otros. Del mismo modo, ha manifestado que no se trata de “una mujer que no supiera que estaba embarazada. Ella lo sabía, acudió a controles en agosto, no va a revisiones, pero la llaman y recibe citaciones”. “Hay profesionales que la llaman y ella no les dice que ha abortado”, ha sostenido.
Facultativos médicos confirman que existió “una respiración extrauterina”
Facultativos médicos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid de diferentes áreas han declarado en esta nueva sesión del juicio. En primer lugar, se ha presentado el informe del Servicio de Histopatología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid. Un estudio, que según han explicado los facultativos médicos trata de encontrar la causa de la muerte. “No hemos encontrado ninguna causa que explique la muerte a nivel histológico”, es decir, “no encontramos alteraciones ni malformaciones”, han concluido los facultativos, que han manifestado que existe “una respiración extrauterina”.
Desde el Servicio de Biología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid también han declarado dos facultativos que han señalado que se han encargado de analizar una muestra de la acusada y una muestra del bebé, cotejando los perfiles de ADN.

Dos médicos facultativos del Servicio de Microbiología han señalado que el objetivo del estudio que realizaron es analizar si existe algún patógeno que pueda ser responsable de la causa de la muerte, con resultado negativo. Desde el Servicio de Química, los facultativos han manifestado que en su caso, realizaron una investigación toxicológica sobre muestras de la acusada y del bebé, que “detectó un anestésico local y un analgésico”. En la muestra de orina de la madre hallaron “benzodiacepina de consumo no reciente, que puede proceder del diazepam”.
El doctor José Cabrera sostiene que la acusada presentaba el síndrome de negación del embarazo
A petición de la defensa de la acusada ha prestado declaración en calidad de perito especialista en psiquiatría, el doctor José Cabrera, que ha manifestado que se ha basado en su exploración personal para realizar el informe presentado, así como toda la documentación que le ha facilitado la defensa. De este modo, ha señalado que “en algún momento del año 2022 pasó algo en su cabeza y a raíz de ahí se niega sí misma el embarazo, acompañado de que no tiene aspecto de embarazada”, lo que ha definido como “síndrome de negación del embarazo”, síndrome que la defensa alega para pedir la absolución de la encausada.
En esta línea, el doctor Cabrera ha explicado que este síndrome hace que “inconscientemente niegue el embarazo desde que en 2022 va al ginecólogo por un sangrado y acaba pensando que ha habido un aborto, negándose el embarazo a sí misma”, ya que “no es capaz de entenderlo”.

A preguntas de la defensa, sobre las búsquedas en Internet relacionadas con cuestiones de embarazos y abortos, el doctor ha manifestado que eso no significa “premeditación”. El Ministerio Fiscal también ha preguntado al doctor sobre esta cuestión y el psiquiatra ha aclarado que se trata de un “elemento sintomático pero no definitorio. Ella puede buscar en Internet horas antes”, algo que “es compatible con el síndrome de negación del embarazo”. Del mismo modo, ha señalado que “el escenario de la dinámica familiar es tóxico”, y que la encausada “tiene miedo”.
Así, ha detallado que la acusada el día de los hechos “entró en shock” y que “si la mujer está en shock en un evento que no se espera no tiene capacidad de tomar decisiones ajustadas a la realidad”. El doctor Cabrera ha concluido que “en esa situación su raciocinio no funciona al 100%”, y ha manifestado que la encausada presentaba “un problema plaquetario”, y una “hemorragia muy cuantiosa”, puntualizando también que esta situación no le habría permitido limpiar el cuarto de baño tras el parto.
En cuanto a la situación psicológica de la acusada posterior a los hechos, el doctor Cabrera ha señalado que ésta no era consciente de lo sucedido. “Sabe que ha parido y que ese niño está fallecido, pero no puede dar datos exactos de las horas cruciales porque da a luz y tiene una hemorragia masiva”, ha aclarado, y ha argumentado que “lo que me cuenta son cosas fragmentarias”, ya que “su memoria de esa horas es fragmentada”.
A preguntas del Ministerio Fiscal sobre el embarazo y el supuesto aborto de la acusada, el doctor ha manifestado que “ella no asume lo que le dice el personal médico” y continúa pensando que había abortado. Del mismo modo, ha sostenido que “en este síndrome estos datos se reprimen, ve lo que le enseñan, escucha lo que le dicen, pero lo reprime, no con mala fe”, sino que “no es capaz de entender que es real”. Así, ha aclarado que este síndrome es “aislado”, ya que “una cosa es el síndrome y otra el shock del parto, que hace que ella esté en debilidad extrema, ahí no hay síndrome pero sí amnesia fraccionada”.

Del mismo modo, ha aclarado que la acusada presentó, tras los presuntos hechos, “un bloqueo psíquico”, distinto al síndrome de embarazo críptico, y que “cada vez que se enfrenta a esa situación es consciente de lo que ha pasado y tiene un shock, un bloqueo psíquico”, ya que “ella tiene otros hijos que quiere, y eso le duele y se bloquea”. Así, ha manifestado que “es consciente ahora tras muchas entrevistas con muchas personas” de lo sucedido, y que “en su cabeza ha recreado un escenario”, pero “no es una memoria sana”.
A preguntas del Tribunal del Jurado, el doctor Cabrera ha sostenido que este síndrome “se puede dar a cualquier nivel desde la primera falta de la regla”, y ha aclarado que el síndrome del embarazo críptico no es incompatible con buscar información en Internet sobre abortos y embarazos, y que no es un síntoma de “premeditación”.
Está previsto que la acusada declare este martes, 25 noviembre, y que el juicio se prolongue hasta el próximo 28 de noviembre. Durante el juicio han declarado más de 30 personas entre familiares, amigos, y personal sanitario que atendió a la acusada y agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil que llevaron a cabo la investigación, así como médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Albacete y del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid.

