El sumiller albaceteño Juan Enrique Gil, referente en la sala y la bodega del emblemático restaurante Don Gil, ha logrado situarse entre los mejores profesionales del país al alcanzar la tercera posición en el Ruinart Sommelier Challenge, uno de los certámenes más prestigiosos del mundo del vino.
«Estoy súper orgulloso», confiesa a El Digital de Albacete tras regresar de la competición. «Es la tercera vez que participo y este año me han salido unas pruebas muy chulas», asegura.
Un desafío de primer nivel
Creado en 2010 y organizado en unas 20 ciudades de todo el mundo, el Ruinart Sommelier Challenge busca promover la excelencia y la formación continua de los sumilleres. En España cuenta con el respaldo de la Unión de Asociaciones de Sumilleres de España (UAES), lo que lo convierte en una cita clave para los profesionales del sector.
En esta edición se reunieron 40 sumilleres de toda España, muchos procedentes de restaurantes con estrella Michelin, hoteles de lujo como el Four Seasons o grandes grupos gastronómicos. El eje del concurso es una exigente cata a ciegas en inglés, en la que cada participante analiza cuatro vinos con un tiempo limitado.
«Tienes diez minutos por vino. Hay que ser claro, conciso, destriparlo de arriba abajo: vista, aromas, textura, boca… Luego explicar cómo lo servirías, si necesita decantación, qué copa usarías y hasta posibles armonías. Es muy completo», explica Gil.
El cronómetro, el gran enemigo
Para el albaceteño, la parte más exigente es siempre la gestión del tiempo. «Tienes que ser muy rápido, trabajar con primeras impresiones, ser intuitivo y tener mucha formación detrás. El vino te va diciendo cosas: el clima, la altitud, si hay arcilla, si el suelo está descompuesto… y todo eso hay que captarlo en minutos».
El resultado -«me salió espectacular», asegura- confirma el nivel de un profesional que ha encadenado tres títulos consecutivos como Mejor Sumiller de Castilla-La Mancha (2023, 2024 y 2025). «La Asociación de Sumilleres de Castilla-La Mancha me dio un impulso enorme. Yo estaba centrado en el día a día del restaurante, pero insistieron en que tenía que presentarme. Y cada año voy puliendo detalles», cuenta.
Un sumiller que mira al origen
La filosofía de Juan Enrique Gil parte siempre del viñedo, y ese criterio ha contribuido a reforzar la proyección de Don Gil. Allí, además del servicio, el sumiller impulsa la divulgación de la cultura del vino, convirtiendo el restaurante en un punto de encuentro para sumilleres de todo el país.
«Muchos vienen luego a visitar Albacete. Les muestro pequeñas producciones, bodegas clásicas, cosas chulas del entorno. Lo suyo es ofrecer productos de cercanía y tradición. Eso nos enriquece mucho», dice.
Lo que viene ahora
Tras este nuevo éxito, Juan Enrique Gil se plantea seguir disfrutando del camino. «Tengo el Campeonato de España más adelante, pero lo importante es pasarlo bien y seguir aprendiendo. Lo bonito es la gente que conoce, sumilleres con mucho peso a nivel nacional, con los que hablas de tú a tú y con los que compartes vinos después de competir. Es una retroalimentación constante», señala.
Su tercer puesto en el Ruinart Sommelier Challenge consolida la carrera de uno de los sumilleres más destacados de la región y vuelve a situar a Albacete en el mapa del vino nacional.
