En Caudete hay un dulce típico de hojaldre que es conocido popularmente con el nombre de ‘Machaco’. Se le llama así en recuerdo del torero ‘Machaquito’, que inauguró la plaza de toros ‘Arenas de Caudete’ allá por el 1910. Se trata de un dulce de hojaldre que hace las delicias de propios y visitantes, y no falta nunca en el mostrador de cualquiera de las confiterías de la localidad.

Una receta con solera
El ‘Machaco’ es mucho más que un dulce típico, es una receta heredada de generación en generación que se mantiene viva gracias a las panaderías de Caudete que la siguen elaborando con el mismo mimo de antaño. La panadería ‘Any’, con 38 años de andadura en la localidad, es una de ellas, y a través de su experiencia vamos a conocer la elaboración del ‘Machaco’, su historia y el papel que ocupa en la cultura caudetana. Paco Martínez, cofundador de la panadería ‘Any’, nos cuenta que “todos los pasos son a mano, y la fórmula es similar al del mantecado manchego. Empezamos con un ingrediente tradicional en la Mancha como es la manteca, y añadimos vino blanco de la tierra, zumo de limón para que ate la masa y coja fuerza, un poco de azúcar para que coja color, y el ingrediente principal que es la harina”.

El rodillo del Piñero
Cuando se han mezclado todos los ingredientes, lo que toca es amasar. Any Caerols, cofundadora de la panadería ‘Any’, indica que “una vez está hecha la masa, la dejamos reposar unos minutos, para más tarde proceder a ‘bolear’ con las manos. Cogemos pequeñas porciones de la masa y hacemos bolas del mismo tamaño. A mí, después de 38 años haciéndolo, no me hace falta pesar las porciones, porque ya tengo cogida la media con la mano. Luego hay que darle forma y machacar cada porción, y de ahí viene también el nombre de ‘Machaco’. El siguiente paso es el rodillo, que es muy importante, porque cuanto más larga quede la masa al pasar el rodillo, más hojaldrado saldrá. De hecho, tengo un rodillo que para mí es muy especial, y no lo toca nadie porque es mío. Lo heredé del horno del Piñero, el antiguo panadero, y es un rodillo muy antiguo, con un peso especial, y con el único que elaboro este dulce”.

El dulce con forma de montera
Any Caerols añade que “después de pasarle el rodillo hay que enrollarlos. La idea es que se asemejen a una montera de torero. Al principio se hacía más con la forma doblada de la montera, pero con el tiempo se ha ido haciendo más recto para ir más rápido y fácil a la hora de envolverlo. Una vez hecha la forma se mete al horno para dorarlos durante unos 20 minutos. Una vez pasado ese tiempo hay que sacarlos del horno, esperar a que se enfríen, y luego espolvoreamos con azúcar glass, envolverlos en papel, y ya estarían listos para la venta. El ‘Machaco’ es una pasta que se vende mucho durante todo el año, pero sobre todo en las fiestas de Moros y Cristianos”.

Panadería artesanal desde hace 38 años
La panadería ‘Any’ abrió sus puertas hace 38 años, y Paco Martínez aún recuerda aquellos días. “Me quedé en el paro, y estaba un poco perdido sin saber qué hacer. Un día me enteré de que un amigo vendía su panadería, así que se lo comenté a mi mujer, le gustó la idea, y sin saber mucho del oficio nos aventuramos a quedarnos con el negocio. Comenzamos con mucha ilusión a trabajar, y poco a poco fuimos aprendiendo y sacándolo adelante. Por aquel entonces mi hijo Fran tenía dos años, y ahora se ha convertido, junto a Arantxa, su mujer, en la segunda generación de la panadería ‘Any’. Desde el principio Any y yo apostamos por no meter máquinas y hacerlo todo con nuestras propias manos de manera artesanal. Echando la vista atrás, ahora nos hemos dado cuenta de que acertamos. Con el tiempo hemos ido creciendo, ampliando instalaciones, pero aquel horno giratorio de leña con el que empezamos, sigue funcionando a día de hoy”, admite.

Una historia con varias versiones
Este dulce tiene una solera de 115 años. Nació en unas fiestas de principios del siglo XX, en la que vino a torear el famoso torero ‘Machaquito’. Hay varias versiones de por qué se le puso el nombre de ‘Machaco’ al dulce. Unos dicen que surgió a raíz del derribo de uno de los tendidos de la plaza de toros que construyó el Conde de San Carlos, Don Francisco Albalat Navajas. Según ‘Machaquito’, la obra tenía el defecto de que el albero de la plaza era muy oscuro, como un tubo, y eso podía ser un riesgo para el torero, al no favorecer la lidia. Don Francisco ordenó la retirada de ese tendido para dar luz al albero de la plaza, y tuvo tanta repercusión entre los aficionados de la época, que un avispado pastelero tuvo la idea de hacer un hojaldre dulce en forma de tubo, y llamarle ‘Machaco’. Otros dicen que, en la inauguración de la plaza, el Sr. Conde dio posada a la cuadrilla de ‘Machaquito’ en su palacete de ‘El Paso’, y fue allí donde la cocinera preparó un postre dulce de hojaldre en forma de montera, al que le puso el nombre de ‘Macahco’. Por otro lado, Any Caerols sostiene que “la plaza de toros ‘Arenas de Caudete’ forma parte del conjunto arquitectónico conocido como barrio de San Francisco, un proyecto imaginado y financiado por Francisco Albalat Navajas, Conde de San Carlos. Para la inauguración de la plaza vino un torero que se llamaba ‘Machaquito’, entonces la gente del barrio quiso hacer en recuerdo de ese día, un dulce con forma de montera, y así nació el ‘Machaco’, convirtiéndose en un dulce típico de la localidad”, concluye. El ‘Machaco’ es uno de los tesoros más queridos de la repostería caudetana, un dulce emblemático que ha acompañado celebraciones y sobremesas durante generaciones, convirtiéndose en un símbolo delicioso de la identidad local.


















