El Congreso de los Diputados aprobó este martes la toma en consideración de la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, un paso clave para modernizar el autogobierno de la región. El texto contó con 288 votos a favor, 34 en contra y 13 abstenciones.
La votación reunió el respaldo de PSOE y PP, así como de Sumar, Coalición Canaria y PNV, aunque estos últimos no participaron en el debate. También votó a favor José Luis Ábalos. Podemos se abstuvo, al igual que Esquerra, BNG y Compromís. Vox se opuso con 33 votos, más otro en contra de UPN. Los parlamentarios de Junts y Bildu no participaron ni votaron.
Ausencia del presidente del Gobierno
La ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, resultó llamativa. Ni él ni la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, estuvieron presentes ni votaron. Aunque legalmente no estaban obligados a acudir, muchos esperaban su presencia por la importancia de esta votación para Castilla-La Mancha.
Cabe aclarar que ni Montero ni los demás ministros tienen obligación de asistir o votar en todas las sesiones del Congreso. Su trabajo principal es en el Ejecutivo, no en el Parlamento, y algunos ni siquiera son diputados, por lo que no podrían votar. Solo deben acudir cuando el Gobierno tiene que dar explicaciones, defender leyes o responder preguntas.
Próximos pasos
La reforma del Estatuto introduce cambios significativos para Castilla-La Mancha. Tras la toma en consideración, la propuesta pasará a la Comisión Constitucional del Congreso, donde se estudiará con detalle.
En esta comisión se abrirá el plazo para presentar enmiendas y se elaborará un informe de ponencia, que servirá de base para un dictamen. Una vez aprobado, el texto regresará al Pleno del Congreso para su ratificación.
Después, el proyecto se enviará al Senado, donde los senadores también podrán introducir modificaciones. Si la Cámara Alta realiza cambios, la norma volverá al Congreso para su validación definitiva antes de su aprobación final.

