Parece que los superhéroes no existen en la vida real, o eso es lo que parece hasta que ves a un atleta cruzar la meta de un Ironman tras horas y horas de carrera. Sin capas, ni poderes sobrenaturales, los atletas del Club Triatlón Albacete han conseguido un exigente reto, solo con fuerza, disciplina y una voluntad de acero. Un reto, solo apto para superhéroes, que supone una batalla contra el cansancio, el cronómetro y contra uno mismo.
Casi 4 kilómetros a nado, pedalear 180 kilómetros, y después una maratón de 42 kilómetros ha sido el gran reto deportivo de estos albaceteños de espíritu inquebrantable. Un desafío que no es para cualquiera, solo para unos pocos valientes, que más allá del resultado, viven con pasión su día a día y cada uno de los entrenos hasta escuchar el pistoletazo de salida.

Una experiencia inolvidable para estos albaceteños que mereció la pena desde antes de enfrentarse a la carrera. Ricardo Marín, José Ángel García, Nico García Bonal, José Ángel Ramos y Francisco Javier Pelegrín, han sido los atletas que han conseguido su objetivo en el Ironman celebrado en Cascais (Portugal).

Deportistas de Albacete con espíritu inquebrantable y piernas de acero
Así, José Ángel García señala a El Digital de Albacete que participar en un Ironman era “todo un sueño, que ahora se ha hecho realidad”, y sostiene que “terminé con buenas sensaciones porque al final todo salió bien, tanto a mí como a mis compañeros”. “Ha sido una experiencia inolvidable poder compartir momentos tan especiales con mis compañeros de fatigas”, asegura. Por otra parte José Ángel Ramos Avivar confiesa que aunque se trataba de su cuarta prueba de este tipo, “ya ni me acordaba de lo que dolía”, por lo que es “casi como volver a empezar”. En esta línea, asegura que “he disfrutado del camino con los compañeros, que hacen los entrenos mucho más amables”.

Y es que para estos deportistas, ha sido clave el grupo de entrenamiento y el compañerismo. “Es una gran satisfacción ya no solo por la vivencia en sí, sino por todo lo que hemos podido compartir durante este año de preparación”, tal y como indica José Ángel García. Por otro lado, Ramos Avivar explica que “todavía estoy en esa nube de felicidad”.
Cientos de kilómetros de carrera y un año de entrenamiento en Albacete
Sobre esta experiencia, solo apta para superhéroes, ambos recuerdan el momento de la salida como uno de los más emocionantes. José Ángel Ramos Avivar asegura que “cuando escuché el pistoletazo de salida pensé en que era el momento, llevaba un año preparándome y concentrado en ello. Había llegado el día y había que disfrutarlo”. Por otro lado, García indica que “ya no había vuelta atrás y me agarraba a pensar que lo había dado todo en los entrenamientos”, y manifiesta que “es una sensación inexplicable”.

Como explica Ramos, aunque se trata de un “deporte individual”, el apoyo de los compañeros resulta clave. “Es importante contar con ellos porque son muchas horas juntos, de entrenamiento y de carretera”, señala, y explica que “los compañeros empujan mentalmente”.
Además, el equipo de Albacete recorrió lugares tan emblemáticos como la Torre de Belém o el Monasterio de los Jerónimos. “Llegamos hasta la desembocadura del Tajo y nadamos en Cascais en el Atlántico”, recuerdan.

Sin duda, un recorrido que todos los deportistas han grabado en su retina, y también en sus piernas, tras horas y horas de carrera. Un reto, que a primera vista puede parecer solo apto para superhéroes, hasta que ves a los atletas llegar a la meta.

