Una ciudad se define por sus habitantes, por las gentes que la habitan, con una forma de ser conjunta y un proyecto colectivo de vida en común. Pero también se define por su historia, por experiencias vividas a lo largo de los siglos, donde los hitos que nos han marcado son tan importantes como la existencia cotidiana con sus esfuerzos y alegrías diarios.
Por eso, hoy, día 9 de noviembre de 2025, desde el Ayuntamiento celebramos los 650 años del Privilegio de Villazgo con una doble vertiente: el reconocimiento a personas e instituciones que en la historia reciente han protagonizado el crecimiento y el progreso de la ciudad, y a la vez, una mirada retrospectiva a los momentos y proyectos que, a modo de hitos o piedras miliarias en el camino, han conformado la esencia de la ciudad.
Nuestro gran templo de la Cultura, el Teatro Circo, va a ser el escenario del acto solemne del Día de la Ciudad, donde mañana día 10, haremos entrega de las distinciones y reconocimientos aprobados por el Ayuntamiento para esta ocasión: la Medalla de Oro de la ciudad a la Confederación de Empresarios (FEDA), gran protagonista del desarrollo económico y social de Albacete, y las Medallas al Mérito Social a tres instituciones que han contribuido de manera destacada al progreso de la ciudad, como son la Universidad de Castilla-La Mancha, el Ejército del Aire, y el Colegio de Médicos.
Además, impondremos la Medalla de Oro a todos los alcaldes y alcaldesas de la democracia. Este reconocimiento colectivo parte de la defensa de la pluralidad como un fundamento de las libertades y una riqueza de nuestra democracia. Cada regidor ha ejercido su función representativa en momentos muy distintos y con muy diversas circunstancias, pero es innegable que las diferentes personalidades y adscripciones políticas de cada uno han construido ciudad durante casi medio siglo. Les une a todos un denominador común: el trabajo, el compromiso, y un inmenso amor por Albacete.
Pero como decía al principio, ese recorrido agradecido por vivencias de los últimos años y décadas no puede hacernos apartar la mirada de una historia de seis siglos y medio, que ha tenido luces y sombras, momentos mejores y peores, pero con una tendencia de progreso y avance que nos ha hecho ser la gran ciudad que hoy somos. Queremos celebrar nuestra historia, y para ello hemos ubicado en la Plaza de la Constitución una exposición solvente, hecha con rigor histórico y a la vez divulgativa. Es difícil amar lo que no se entiende, y por eso hemos pedido a los expertos en historia que se esforzaran por sistematizar y exponer de manera atractiva la historia de la ciudad. También habrá un ciclo de charlas para profundizar en aspectos que conforman nuestra esencia como ciudad, a cargo de reputados expertos.
Y es que Albacete tiene una gran tradición de historiadores. Gracias al trabajo de todos ellos y a las fuentes históricas sabemos que en el siglo XIII empezó a repoblarse la llanura manchega, aunque conocemos poco de ese Albacete primigenio, acaso un castillo cerca del cerro de San Juan, cuya importancia fue creciendo por ser un lugar de paso y por las primeras ferias desde 1325. En el año 1375 el Marqués de Villena dio carta de naturaleza a la pujante villa de Albacete, efeméride que hoy celebramos.
Ya en el siglo XV, un labrador encontró una imagen de la Virgen mientras trabajaba los campos, y comenzó una historia de devoción y cariño hacia nuestra Patrona, la Virgen de Los Lanos, que nos acompaña desde entonces.
Albacete fue una aldea acogedora desde sus inicios, y ya en el siglo XVI venía gente a trabajar a nuestros campos y a los talleres artesanos. Por aquel entonces la esposa de Carlos V recibió como regalo de dote el título de Señora de Albacete, y ahí tenemos para recordarlo la efigie de Doña Isabel de Portugal en pleno centro de la ciudad.
La evolución de aquella aldea (ya villa) fue imparable, aunque no de manera lineal. En el siglo XVII los franciscanos se instalan en los Llanos y hacen una feria, el azafrán y la cuchillería la hacen prosperar, y ya en el siglo XVIII llega el privilegio de Feria y la construcción de nuestro Recinto, único en el mundo.
El siglo XIX fue sin duda definitivo para nuestra entrada en la modernidad, con el canal de María Cristina y el ferrocarril como detonantes de progreso. La Feria siguió creciendo en honor a la Patrona, y fuimos una de las primeras ciudades de España en tener alumbrado eléctrico.
Ya en el siglo XX contamos con acontecimientos de enorme relevancia para Albacete como la implantación aeronáutica desde aquellos primeros aeródromos hasta la llegada del Ala-14, Maestranza o TLP; la creación del Polígono Campollano, la nueva Puerta de Hierros de nuestro Recinto Ferial, o la puesta en marcha de la Universidad de Castilla-La Mancha que permitió a miles de jóvenes de nuestra ciudad no tener que emigrar a otros lugares para labrarse un futuro.
Desde que, un lejano día de 1375, el Marqués de Villena otorgó la consideración de Villa a una pequeña aldea manchega, los albaceteños hemos asumido el papel protagonista de nuestra propia historia, que merece ser recordada con orgullo y con respeto, porque es la nuestra y porque es importante. Hagamos de esa historia la base y fundamento de un proyecto común donde la libertad, la dignidad de todas las personas y la búsqueda de mejores oportunidades para nosotros y nuestros hijos siga siendo la guía que nos ilumine.
Albacete, siempre
Manuel Serrano
Alcalde de Albacete


