Bratislava, capital de Eslovaquia, atesora el que probablemente sea uno de los órganos más grandes del mundo en la Catedral de San Martín. Un instrumento antiguo que ha puesto la nota musical a destacados hechos históricos de gran importancia para el país. Un órgano con el que se encontró, casi por casualidad, Mario Piñero, un soldado de Albacete que se encontraba de misión en el país, y que ha acabado tocando este instrumento tan especial.
El órgano, que es toda una obra de ingeniería, se encuentra en la Catedral de San Martín, y hasta él llegó Mario Piñero junto a sus compañeros de la Brigada Multinacional Eslovaquia. Además de llevar a cabo su labor reforzando la seguridad, el capitán David Menéndez, de esta Brigada, comparte con El Digital de Albacete que “también llevamos a cabo otro tipo de actividades culturales, deportivas y religiosas, que ponen de manifiesto nuestro compromiso con la sociedad eslovaca, su cultura y tradiciones”, por lo que la brigada al completo emprendió “una etapa del camino de Santiago desde la Basílica de Marianska hasta la Catedral junto a compañeros españoles, eslovacos, checos, portugueses y rumanos”. A la llegada, se ofició una misa, en la que Mario fue el encargado de poner la nota musical.

Sin duda, un momento que regresará en la mochila de los soldados a su regreso a casa y que ha marcado esta experiencia en Eslovaquia. Mario Piñero, por su parte, asegura que “ha sido una de las experiencias más especiales que he tenido por el hecho de tocar fuera de España y que me den la oportunidad de tocar un órgano con mucha historia”, y manifiesta que “la Catedral de Bratislava ha visto coronar a reyes del Imperio austrohúngaro y es un lugar muy emblemático”. Del mismo modo, el soldado Piñero asegura que “estoy muy agradecido con los locales, que son quienes me han dado la oportunidad”.
Un órgano muy especial y un soldado albaceteño de misión
Colocarse enfrente de un órgano de estas características no es tarea fácil y hay que seguir una serie de normas. Prueba de ello, es que el soldado tocó el instrumento descalzo. “No deja de ser un instrumento muy delicado aunque aparentemente lo ves muy grande”, explica Piñero, y sostiene que “tocar descalzo tiene dos sentidos, por una parte, al hacerlo descalzo se tienes más sensibilidad al tacto que con el calzado, y además es una forma de conectarse con el instrumento, y es como una forma de conectar y sentir la música como parte de uno mismo”.

En esta línea, explica que el instrumento es “de difícil acceso”, y además manifiesta que “es importante no tocar nada sensible y tener todo muy controlado para no dañar el órgano, que es muy antiguo”. La idea de hacer sonar el instrumento con el talento de Mario Piñero partió de “nuestro capellán, que es el capitán Goyarola, que sabía de mi afición por la música y me lo ofreció”. “Hicimos en grupo esta parte del Camino de Santiago, donde colaboramos muchos países y al llegar allí, me lo ofrecieron. Estoy muy agradecido con las autoridades que dieron luz verde”, indica.
Mario Piñero, músico y soldado: “Mi pasión por la música despertó en la Semana Santa de Albacete”
Eso sí, no todo el mundo tiene la oportunidad de poder fundirse con un instrumento como el que atesora la Catedral de San Martín de Bratislava. Así, el soldado Piñero, además de su labor en el Ejército también es músico. Una pasión que le viene desde muy niño de experiencias que guarda como cariño como “tocar en la Semana Santa de Albacete” donde “despertó mi pasión por la música”.

Tras estas primeras notas musicales, Piñero entró en el Conservatorio y “continué estudiando piano, aunque también toco la trompeta y algunos instrumentos más pero a modo de hobbie”.
Una pasión por la música que ha hecho que este soldado de Albacete regale a sus compañeros un bonito y entrañable recuerdo de este viaje. “No me esperaba llegar a tocar el órgano, ni cuando era niño ni cuando llegué aquí”, apunta, y manifiesta que “al final vine para llevar a cabo una misión, no pensaba que me iba a tocar en Bratislava, y para mí este ha sido uno de los mejores momentos que he podido tener, tanto en mi vida militar como personal”.
Así, en unos meses Mario y sus compañeros regresarán de nuevo a casa, con una mochila repleta de experiencias, en lo personal y en lo profesional, marcada por la música de este órgano tan especial.

