Muere Antonio Tejero

Lideró el asalto al Congreso de los Diputados el 23-F

Antonio Tejero Molina, el teniente coronel de la Guardia Civil que lideró el asalto al Congreso de los Diputados el 23 de febrero de 1981, ha fallecido hoy en Valencia a los 93 años.

Una vida marcada por el 23-F

Nacido en Alhaurín el Grande (Málaga) el 30 de abril de 1932, Tejero ingresó en la Guardia Civil en 1951 y fue escalando hasta el rango de teniente coronel. Antes del 23-F ya había sido procesado por la Operación Galaxia (1978–1979), un intento de golpe por el que fue condenado a siete meses de cárcel.

El 23 de febrero de 1981, al frente de unos 200 guardias civiles, irrumpió armado en el hemiciclo durante la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo, en un episodio que mantuvo en vilo al país durante horas. Las imágenes y la célebre orden —«¡Quieto todo el mundo!»— se convirtieron en símbolo del intento sedicioso que fracasó tras la respuesta institucional y militar leal al orden constitucional.

Condena, expulsión del cuerpo y salida de prisión

En 1983 el Consejo Supremo de Justicia Militar lo condenó a 30 años de reclusión por rebelión militar —con la accesoria de pérdida de empleo y expulsión del cuerpo—. Cumplió aproximadamente 15 años en establecimientos penitenciarios militares y obtuvo la libertad condicional en 1996.

Discreta vida posterior y últimas apariciones

Tras su salida de prisión, Tejero llevó una vida discreta, con etapas de residencia en Torre del Mar (Málaga) y posteriormente en la Comunidad Valenciana. Su salud se había deteriorado en los últimos años. Pese al bajo perfil, volvió puntualmente a la actualidad: se le vio, por ejemplo, en el debate público sobre la exhumación de Franco (2019), y en 2025 apareció como firmante de un manifiesto de exaltación franquista que el Gobierno remitió a la Fiscalía por posible vulneración de la Ley de Memoria Democrática.

Familia y legado controvertido

Tejero estuvo casado con Carmen Díez Pereira y tuvo seis hijos. Su apellido se mantuvo vinculado a la Guardia Civil por la trayectoria profesional de varios familiares. Su figura deja un legado profundamente controvertido: para la memoria democrática, representa el último gran desafío armado a la recién estrenada Constitución de 1978; para la historiografía, un actor clave de una trama castrense con ramificaciones previas (Operación Galaxia) y apoyos parciales que no lograron quebrar la legalidad.

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