Llena de peligro: la furgoneta que pudo causar una desgracia en Albacete

Un conductor bebido se estrelló contra dos coches aparcados en Albacete

La Policía Local de Albacete ha informado del suceso que tuvo lugar este domingo en la capital manchega, donde una furgoneta protagonizó unos hechos que podrían haber terminado en desgracia debido al peligro que envolvía la circulación de la misma debido a las condiciones en las que se encontraba su conductor. Tras estrellarse contra dos coches aparcados, la persona que iba al volante, un chico de 24 años, arrojó una tasa positiva que por encima del doble del máximo permitido. Ante tales hechos, la Policía Local de Albacete lo multó con 1.000 euros y perderá 6 puntos del carné de conducir. Esa intoxicación etílica de su conductor, hacía que la furgoneta estuviese ‘llena’ de peligro.

Foto de archivo / Policía Local de Albacete

Siniestro vial en Albacete

Un conductor de 24 años resultó ileso este domingo tras sufrir un accidente después de perder el control de la furgoneta que conducía y colisionar contra dos vehículos estacionados en la calle Elisa Piqueras Lozano, en la capital albaceteña, a las 09:04 horas, según informó la Policía Local de Albacete.

El siniestro se saldó con daños materiales en los dos turismos impactados. Agentes de la Policía Local de Albacete, desplazados al lugar con dos dotaciones, practicaron al conductor las pruebas de alcoholemia legalmente establecidas, que arrojaron resultado positivo. 

Policía Local de Albacete - Foto de archivo
Policía Local de Albacete – Foto de archivo

Denunciado por la Policía Local de Albacete

Por este motivo, el joven fue denunciado administrativamente y la furgoneta quedó retirada por una grúa. No se registraron heridos y no fue necesaria la asistencia sanitaria en el lugar. La vía recuperó la normalidad tras las actuaciones de los efectivos policiales y del servicio de grúa municipal.

La Policía Local recuerda la obligación de conducir sin haber consumido alcohol y apela a la prudencia para evitar este tipo de incidentes, que aunque no dejaron heridos en esta ocasión, suponen un riesgo para la seguridad vial.

Policía Local de Albacete - Foto de archivo
Policía Local de Albacete – Foto de archivo

La Policía Local de Albacete avisa: conducir bebido es un peligro

Conducir bajo los efectos del alcohol es uno de los factores de riesgo más graves en la siniestralidad vial, tal y como no se cansa de decir la Policía Local de Albacete. No se trata solo de una imprudencia individual: cada desplazamiento bebido convierte el vehículo en una amenaza para terceros —peatones, ciclistas y otros conductores— y tensiona a todo el sistema de emergencias y salud pública. La evidencia acumulada por décadas es clara: cuando el alcohol entra en escena, aumentan con fuerza la probabilidad y la severidad de los choques.

Desde los primeros tragos se deterioran funciones críticas para la conducción. El alcohol reduce la atención sostenida y selectiva, enlentece el tiempo de reacción ante imprevistos, altera la percepción de distancias y velocidades y estrecha el campo visual (“visión en túnel”). También merma la coordinación óculo-manual y el equilibrio fino, esenciales para mantener el carril, gestionar curvas y ejecutar maniobras evasivas. A dosis mayores aparecen la somnolencia, la euforia y la desinhibición, un cóctel que multiplica decisiones arriesgadas.

El riesgo se dispara aún más cuando el alcohol se combina con fatiga, conducción nocturna o ciertos fármacos (como sedantes o antihistamínicos), que potencian el efecto depresor sobre el sistema nervioso. La sustancia, además, distorsiona la autopercepción: quien ha bebido suele infravalorar su propio nivel de afectación y sobreestimar sus habilidades al volante, lo que se traduce en exceso de velocidad, adelantamientos temerarios y nulo respeto a la distancia de seguridad.

Las consecuencias de conducir bebido trascienden el ámbito personal. En el plano legal, las sanciones pueden incluir cuantiosas multas, pérdida de puntos, suspensión o retirada del permiso de conducir y, en casos graves o de reincidencia, penas de prisión. En el ámbito civil y económico, un siniestro puede acarrear indemnizaciones millonarias, problemas con la cobertura del seguro, costes médicos y secuelas laborales. En el plano humano, el saldo es irreparable: lesiones, discapacidad y muerte que afectan a familias y comunidades enteras.

El enfoque responsable es inequívoco: tolerancia cero con el volante si hay alcohol de por medio. Planificar alternativas —conductor designado, taxi o VTC, transporte público o aplazar el viaje— no es un gesto de prudencia aislado, sino una decisión que salva vidas. La cultura de “no pasa nada” frente al alcohol y la conducción es incompatible con una movilidad segura; cambiarla es una obligación ética y social.

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