El pueblo de Albacete entre Jaén, Granada y Murcia que es una joya: cañones, arte rupestre y un castillo

Ha llamado la atención de National Geographic por su combinación de naturaleza, patrimonio e identidad cultural

En un rincón poco transitado de Castilla-La Mancha, donde la provincia de Albacete linda con Jaén, Granada y Murcia, se esconde uno de los secretos mejor guardados del sur peninsular, un pequeño municipio que ha llamado la atención de National Geographic por su singular combinación de naturaleza salvaje, patrimonio milenario y una identidad cultural forjada en la frontera.

«Envuelto en el paisaje que perfila la Sierra del Segura, donde Albacete mira a Jaén, Granada y Murcia, se acurruca Nerpio», destaca National Geographic en un artículo que pone en valor la riqueza de este enclave fronterizo. Lo describe como un lugar «con un entorno salvaje y bien preservado, pero también con la historia grabada en sus rocas y la autenticidad, en sus tradiciones».

Historia en piedra

La historia de Nerpio se remonta a miles de años. «Desde los primeros poblados íberos hasta su estratégico papel en la Edad Media, el tiempo y el hombre dieron forma a cuevas repletas de pinturas rupestres, un castillo musulmán con un gran cometido y rutas entre cañones y naturaleza vibrante», señala National Geographic. En este sentido, destaca especialmente el conjunto de arte rupestre que alberga el municipio.

«En la localidad se concentra más del 70 % de todo el arte rupestre de Castilla-La Mancha», subraya la publicación. Estas representaciones, realizadas por cazadores y recolectores hace más de 10.000 años, forman parte del conjunto de arte rupestre levantino declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.

Más allá de las pinturas, el legado ibérico también dejó huella en Nerpio, concretamente en el yacimiento de El Macalón, «una aldea fortificada que fue centro neurálgico para controlar la ruta de minerales que iba de la alta Andalucía a la Cartagena púnica».

Fortaleza fronteriza

Durante siglos, Nerpio fue un enclave estratégico entre reinos. Bajo dominio musulmán, el castillo de Taibilla se convirtió en el corazón defensivo de la zona. «La llegada de los musulmanes obligó a los nerpianos a alzar el castillo de Taibilla en el siglo XI», indica National Geographic, añadiendo que este fue «faro de fronteras y testigo de pugnas».

La fortaleza fue clave tras la Reconquista, cuando pasó a manos de la Orden de Santiago. «Durante el cual la fortaleza se convirtió en un enclave fundamental de la frontera con el reino nazarí de Granada», explica la revista. Su elemento más emblemático es la Torre del Homenaje, que aún se mantiene en pie sobre los restos del patio de armas y un aljibe.

Tradiciones vivas y naturaleza

La identidad cultural de Nerpio es otro de sus grandes atractivos. El pueblo celebra el tradicional encuentro de cuadrillas, declarado Fiesta de Interés Turístico Regional. En la pedanía de Pedro Andrés, el Museo Etnográfico de los Oficios muestra «una mirada a la vida de la comarca a lo largo de los años, siendo también un ejemplo de arquitectura popular, con el uso de piedra y madera, casas encaladas y calles que se adaptan al terreno».

Además, su entorno natural convierte a Nerpio en un destino ideal para los amantes del senderismo y el turismo activo. National Geographic señala que «el Cañón del Río Taibilla, esculpido por las aguas durante siglos, puede recorrerse a través de la Ruta del Zarzalar, un sendero de nueve kilómetros que discurre por pasarelas de madera sobre las aguas».

Apenas a una hora de «uno de los centros históricos árabes mejor conservados de Albacete» y a dos de «algunas de las localidades más sabrosas de Jaén», Nerpio no solo mira a sus tres vecinas andaluzas, sino que ofrece una experiencia única, la de viajar en el tiempo sin renunciar al contacto con una naturaleza.

María López

Nacida en Albacete (1996). Graduada en Periodismo por la Universidad de Castilla-La Mancha. He pasado por Cadena SER, Castilla-La Mancha Media y El Español.
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