La Real Academia de Medicina de Castilla-La Mancha ha celebrado una solemne sesión de ingreso como académico correspondiente honorífico del doctor Francisco Javier Sanz Serrulla, castellano-manchego natural de Sigüenza y académico de número de la Real Academia de Medicina de España desde hace nueve años. El evento tuvo lugar en el salón de actos de la Diputación Provincial de Albacete.
Sanz Serrulla impartió una lección de ingreso titulada “La Medicina Española en el Renacimiento. La necesidad del conocimiento histórico-médico local”, una de las épocas más gloriosas de la historia de la Medicina, en la que brillaron algunos especialistas médicos, varios de ellos de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, y donde tampoco las personas que vivieron en el siglo XVII tampoco se libraron de las epidemias, desde la peste, el cólera, la lepra (cuya incidencia empezaba a descender) y la llegada de la sífilis (enfermedad importada desde América).
Previamente el laudatio de recepción corrió a cargo del académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina de España, Francisco González de Posada, que enumeró los méritos del nuevo académico que le hacen merecedores de su ingreso en la Real Academia de Medicina de Castilla-La Mancha. Uno de ellos es que es el único castellano-manchego académico de número, con sillón número 24, en la Real Academia Nacional de Medicina de España, en el apartado de Historia de la Medicina.
El doctor Francisco Javier Sanz es doctor en Medicina y Cirugía, doctor en Odontología y doctor en Historia. Especialista en Estomatología, magister en Bioética. También es diplomado en Antropología Médica. Todas las titulaciones las cursó en la Universidad Complutense de Madrid. De hecho, durante 34 años ha sido profesor de la Unidad de Historia de la Medicina por la Universidad Complutense.

Otros de los logros destacados del doctor Sanz Serrulla es que fue fundador y ha sido presidente de la Sociedad Española de Historia de la Odontología durante 25 años, y en la actualidad es presidente de honor de dicha institución.
Es además autor de más de 40 libros de historia de las Ciencias, y más de 120 artículos científicos y numerosas ponencias.
En su intervención el nuevo académico correspondiente honorífico agradeció a los responsables de la Real Academia de Medicina de Castilla-La Mancha, el reconocimiento recibido al haber sido designado para ingresar en la institución como castellanomanchego que es natural de Sigüenza, tras ocupar desde hace nueve años un sillón en la Real Academia Nacional de Medicina.
Sanz Serrulla destacó que a pesar de lo estudiado de esa época, la del Renacimiento, sobre la historia de la Medicina, es insuficiente y “es necesario ir a las fuentes originales, tales como los archivos municipales de instituciones para tener más datos y elementos para completar la historia de la medicina no sólo de esos años sino en general, reivindicando lo que hemos dado en llamar el positivismo histórico”.
El académico reconoció que se conservan muchos archivos de ese momento de la historia de la Medicina, pertenecientes tanto a la iglesia como a los ayuntamientos o a otras instituciones, “son documentos de un gran valor histórico porque te encuentras en ocasiones con sorpresas muy interesantes”. El doctor Sanz Serrulla puso de manifiesto la importancia de que los futuros médicos conozcan el origen de la medicina actual para saber del presente y de los cambios que traerá el futuro.

El nuevo académico ha mostrado su disposición a aportar su granito de arena con su experiencia y trayectoria en todo lo que se le requiera desde la Real Academia de Medicina para contribuir al conocimiento y enriquecimiento de la institución.
Desde la primera toma de posesión de los primeros académicos en 2021 hasta ahora la institución cuenta ya con 25 académicos de número, a los que se sumarán otros tres más cuyo ingreso ya se publicó a finales de abril en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha. Además son ya seis, con el nuevo ingreso del castellano-manchego Sanz Serrulla los académicos correspondientes, más otros cinco más ya aprobados, así como cuatro honorarios, entre ellos el investigador hellinero Juan Carlos Izpisúa, uno de los grandes impulsores y defensores de la institución académica desde el anuncio de su creación en la región.