La seguridad vial en las carreteras interurbanas de la provincia de Albacete continúa siendo un asunto de preocupación. Aunque buena parte de los siniestros en España se concentra en entornos urbanos, las vías fuera de las ciudades destacan por la gravedad de los accidentes, especialmente en provincias con extensas redes de comunicación y tráfico de largo recorrido, como es el caso de Albacete.
Según un estudio publicado por la empresa Informes Mecánicos, elaborado con datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), la A-31 fue en 2023 la carretera con mayor número de accidentes en la provincia, con 40 siniestros registrados.
Le siguen la N-322, con 24, la CM-412 (15), la N-430 (14), la A-30, la CM-3203, la CM-3201 y la CM-3217, todas con 9 accidentes, además de la A-43 (8) y la N-344 (5).
En Castilla-La Mancha, la carretera más peligrosa es la A-5, en la provincia de Toledo, que registró 90 accidentes en 2023. Le siguen la A-42, también en Toledo, con 80; la A-2, en Guadalajara, con 61; la A-4, en Toledo, con 53; y la A-3 en Cuenca, con 50.
Un dato curioso
Uno de los aspectos más destacados del informe es que la mayoría de estos accidentes no se producen bajo condiciones adversas. De hecho, el 90 % ocurren con el asfalto seco y limpio, el 72 % durante el día con luz natural, el 88 % en condiciones meteorológicas despejadas y el 71 % en situaciones de tráfico fluido.
Además, dos de cada tres accidentes tienen lugar en tramos rectos de la vía. Estos datos apuntan a un factor común determinante: la falta de atención o despistes al volante, incluso cuando las condiciones aparentes invitan a una conducción segura.