«Años de promesas y barro»: el embudo hidráulico del acceso por la Carretera de Valencia sigue anegando Albacete

Otra vez bajo el agua: el embudo del AVE ahoga la entrada a Albacete mientras ADIF y la CHJ miran hacia otro lado

En las últimas horas, volver a casa por la Carretera de Valencia ha sido misión imposible: acceso cortado, rotondas anegadas y vecinos del Hondo de la Morena y el barrio de Medicina atrapados —otra vez— por una riada que ya conocemos de memoria. El agua cayó en Chinchilla, bajó por la ladera y chocó contra las grandes infraestructuras que hacen de dique y de embudo. Resultado: Albacete, inundada en su puerta de entrada por Valencia.

Años de avisos, años de parches

No faltan reuniones ni notas de prensa. Desde 2018, las administraciones han desfilado por la hemeroteca con promesas de “acelerar soluciones”, “buscar alternativas” y “estudiar drenajes”. En 2019, los vecinos ya pedían fechas y obras concretas; no querían rezar cada vez que se nublaba. Seis años después, siguen esperando.

Una cronología que moja… pero no cala

  • 23 de noviembre de 2018. El entonces alcalde Manuel Serrano abre ronda de contactos con la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para “buscar alternativas”: derivar caudales hacia el Canal de María Cristina o “laminar” avenidas. Ya entonces se admite que autovías y la línea del AVE han encauzado el agua de Chinchilla hacia la ciudad.
  • 22–25 de abril de 2019. Tras nuevos episodios, el Ayuntamiento exige al Gobierno y a la CHJ acelerar soluciones (“no podemos esperar más”) y los vecinos se echan a la calle pidiendo “soluciones y fechas concretas”. En esos días se describe con claridad el efecto embudo de las obras del AVE y enlaces de autovías, que canalizan el agua de Chinchilla hacia la N-430 y el Hondo de la Morena.
  • 24 de abril de 2019. La CHJ presenta una propuesta “verde” dentro del Plan de Gestión del Riesgo de Inundaciones: balsas de laminación y pozos de infiltración para recargar el acuífero, con un levantamiento topográfico del IGN previsto para junio de 2019 como base del proyecto.
  • 30 de enero de 2020. La CHJ recalca que el problema “no está vinculado a ningún cauce” sino a correntías superficiales alteradas por infraestructuras, y anuncia correcciones hidrológico-forestales inminentes en la cuenca de aporte.
  • 26 de febrero de 2020. Se ejecutan diques de mampostería en la rambla de La Raposa (Chinchilla) para ralentizar las avenidas y aumentar la infiltración.
  • 13 de noviembre de 2020. Delegación del Gobierno detalla 11 diques construidos entre Chinchilla y Pozo Cañada y afirma que funcionaron con los 38 mm caídos el 4 de noviembre. Se anuncia que ADIF elabora un estudio informativo para mejorar los drenajes junto a la vía del AVE.
  • 10 de diciembre de 2024. Ya como alcalde, Manuel Serrano vuelve a pedir por escrito a Delegación del Gobierno y a la CHJ “las actuaciones necesarias para paliar las inundaciones”, recordando que el agua baja por las ramblas de la Escartana/Escartina hasta la N-430 y se acumula en Hondo de la Morena y Medicina. También reclama coordinar obras como el tanque de pluviales y la ampliación de la EDAR

El origen que nadie quiere mirar

Lo dicen los planos y lo confirma la experiencia: la plataforma del AVE y los nudos viarios han alterado los escurrimientos naturales y funcionan como tapón hidráulico. El agua que cae más arriba —en Chinchilla— desemboca con más fuerza en la cota baja de Albacete, donde se queda atrapada. Es lo mismo que ocurre una y otra vez, y lo mismo que se repite en cada crónica tras una tormenta.

Promesas en cabecera, silencio en el cuello de botella

La Confederación Hidrográfica del Júcar anunció y ejecutó diques de contención en la cuenca de aporte para “laminar” avenidas. Bienvenidos sean. Pero el cuello de botella está abajo, en el contacto de la ciudad con las infraestructuras: ahí mandan ADIF y Carreteras, y ahí es donde no llegan las máquinas. Los drenajes prometidos para la vía del AVE, los pasos hidráulicos y la restitución de salidas hacia el Canal de María Cristina siguen sin materializarse con la contundencia que exige la realidad.

La tesis oficial que no drena

En 2020, la propia CHJ defendió que el problema “no está vinculado a ningún cauce” sino a correntías superficiales. Perfecto: entonces, ¿por qué no se corrigen de una vez los obstáculos que agravan esas correntías? ¿Por qué la ciudad sigue haciendo de cubeta cada vez que cae una tromba moderada? La explicación burocrática no seca los salpicaderos ni devuelve el acceso a la ciudad.

¿Qué falta?

Obras. No estudios. Pasos de agua suficientes bajo la infraestructura ferroviaria y los enlaces viarios; drenajes dimensionados a los episodios que ya padecemos; derivaciones seguras hacia el Canal de María Cristina; y una coordinación real —y visible— entre ADIF, CHJ y Ministerio de Fomento, no anunciar. Hasta entonces, cada alerta por lluvias convertirá el acceso por la Carretera de Valencia en un recordatorio marrón y espeso de la inacción.

Lo urgente y lo importante

Lo urgente es reabrir el paso y proteger a los vecinos. Lo importante —y ya inaplazable— es que ADIF y la Confederación Hidrográfica del Júcar asuman su responsabilidad en el punto crítico donde se repite el desastre. No valen más comunicados ni rondas fotográficas de delegados o subdelegados del Gobierno central sobre el barro: valen zanjas, tubos y hormigón. El resto es ruido. Y el agua, cuando vuelva —porque volverá—, no entiende de excusas.

El punto muerto: drenajes bajo las grandes infraestructuras

Los testimonios vecinales y municipales apuntan una y otra vez a la misma diana: faltan pasos hidráulicos suficientes bajo la plataforma ferroviaria y los nudos de autovías, lo que convierte la entrada a Albacete por la Carretera de Valencia en una cubeta. La propia cronología oficial ha ido encadenando estudios (IGN), medidas de laminación en cabecera (diques, balsas) y el prometido refuerzo de drenajes de ADIF, pero el tramo urbano sigue sufriendo en cada tormenta fuerte.

La voz del barrio

“Estamos cansados de palabras”, repetían los vecinos en 2019, ya ha llovido desde entonces, nunca mejor dicho, “queremos hechos y responsabilidades”. “Cada vez que vemos el cielo nublado”, admitían entonces, “rezamos”. Seis años y varias notas de prensa después, su diagnóstico no ha cambiado: si no se actúa en los cuellos de botella del ferrocarril y las autovías, el agua seguirá buscando la ciudad.

Javier Romero

Director y fundador de El Digital de Albacete. Nacido en Albacete. Más de 15 años de experiencia en medios de comunicación en radio, televisión y prensa digital, como Intereconomía radio, Cadena SER, Punto Radio, ABTeVe y VOZ Castilla-La Mancha.
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