El Palacio de los Gosálvez es una auténtica joya arquitectónica, situada a pocos kilómetros de Villalgordo de Júcar (Albacete) y dentro del término municipal de Casas de Benítez en Cuenca, también conocido como ‘El Versalles de La Mancha’ debido a su estilo barroco, similar al del palacio parisino. Un lugar impresionante que Antonio Aroca, un artista albaceteño conocido como ‘Daroca’, plasmó a la perfección con sus manos, cuidando cada detalle, y dando lugar a una espectacular réplica en miniatura.
Antonio Aroca, conocido como ‘Antonio, el Pintor’ en Villalgordo del Júcar, de donde Aroca era natural, también fue artista fallero reconocido en Valencia, y contaba con unas manos prodigiosas que le permitía construir casi cualquier cosa, dando lugar a verdaderas obras de arte.

Aroca se ganó el apodo de ‘El Pintor’ en el pueblo, ya que trabajó pintando cuadros en el Palacio de los Gosálvez durante varios años, gracias a su talento y su destreza con los pinceles. Un talento que no solo quedaba patente en esta actividad artística, sino en cualquiera que pudiese reflejar con sus manos, y así dio vida a una maqueta de madera del Palacio de los Gosálvez, fiel a este emblemático espacio y cuidada con todo detalle.

‘El Versalles de La Mancha’ de Albacete en miniatura
Así, Julia Aroca, la hija de Antonio Aroca, traslada a El Digital de Albacete que “es una obra faraónica”, y asegura que “ahora existe el 3D y muchas tecnologías, pero mi padre lo hacía todo a mano”. Sobre la maqueta, que cuenta con todo lujo de detalles, Julia detalla que hasta “se hacía de noche y tenía iluminación”.
Lo cierto es que para recrear artesanalmente este espacio hay que tener mucho conocimiento sobre el lugar, su estructura y su arquitectura en general. “Mi padre siempre contaba que sabía tanto del palacio porque trabajó allí cuando era joven como pintor”, explica Julia, que señala que “todo el mundo lo conocía por su talento y no solo como pintor del palacio, sino que también colaboraba con multitud de eventos en el pueblo”.

Talento de Albacete que elaboró Fallas en Valencia
Además del conocimiento que le ofreció a Antonio trabajar como pintor en el conocido como ‘Versalles de La Mancha’, también llevó a cabo un importante trabajo de campo de la mano de su inseparable hija Julia. “Íbamos al palacio para hacer fotos en los años 90 y así poder hacer la maqueta” con la idea de recrear cada pieza y cada detalle lo más fiel posible a la realidad. “Lo hizo a escala, recuerdo que tenía los planos y lo hizo al milímetro”, sostiene Julia ARoca, y recuerda que “incluso la fuente, la ‘Zarina’, tenía agua”. Con este talento en las manos, Antonio Aroca “no tenía estudios; se fue a Valencia, y comenzó a hacer Fallas”, consagrándose como artista fallero bajo el nombre de Hermógenes Aroca en la ‘Terreta’, donde hoy reside parte de su familia y fue “muy reconocido”, como sostiene su hija, que añade que “también fue maestro belenista, montaba unos belenes muy grandes de hasta 80 metros cuadrados con escenas bíblicas”.

Antonio Aroca recreó esta espectacular réplica con sus talentosas manos
Una maqueta que recibió en su momento a los vecinos de Villalgordo del Júcar para que pudiesen disfrutar de su joya a escala. Por este motivo, Julia Aroca pide “que la expongan en el Ayuntamiento”.
“Mi padre conocía muy bien el espacio, no solo el palacio, sino los alrededores que son una auténtica joya”, manifiesta Aroca, y es que el valor botánico de este emblemático espacio es singular. “Recuerdo que mi padre contaba que había muchísimas variedades de árboles frutales y exóticos”, sostiene, y manifiesta que a Antonio “le encantaba el palacio y siempre nos hablaba de él”.

Sobre los materiales empleados por el artista, Julia explica que mayormente “está elaborada con madera, pero también utilizaba un tipo de plástico específico para hacer los cristales, y recuerdo que buscaba unas flores pequeñitas para recrearlas también”, y añade que “hacía todo a mano, desde los balcones, la forja, pasando por todos los detalles”.
Antonio Aroca, apodado como ‘El Pintor’ en Villalgordo del Júcar, y conocido como Hermógenes Aroca en Valencia, falleció a la edad de 88 años, dejando un legado que elaboró con sus propias manos de una de las joyas ocultas de Albacete. Tras años de dedicación y mimo, ahora su hija Julia, pide que el legado de su padre pueda ser expuesto al público en este pueblo de Albacete, para que los vecinos puedan disfrutar del esplendor que algún día albergó ‘El Versalles de La Mancha’.