De ‘Las 600’ de Albacete a la Flotilla de Gaza: «Nos secuestraron y amenazaron con gasearnos»

Hanan Alcalde, apodada como 'Barbie Gaza', relata su experiencia a bordo de la Flotilla Global Sumud, donde fue detenida junto a Ada Colau y Greta Thunberg

La historia de Hanan Alcalde comenzó en un barrio obrero de Albacete y la ha llevado, décadas después, hasta el corazón de una de las crisis humanitarias más graves de la actualidad: la situación en Palestina. A sus 47 años, esta trabajadora social, madre de seis hijos y activista por los derechos humanos, ha sido una de las integrantes de la Flotilla Global Sumud, una misión humanitaria que intentó llevar ayuda a Gaza por mar y que acabó interceptada por el Ejército israelí.

A bordo viajaban, entre otras figuras conocidas, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y la activista climática Greta Thunberg. También Hanan, que compartió en tiempo real su travesía y que ahora, desde España, reflexiona sobre lo vivido, con una mezcla de serenidad y firmeza. Pero para entender su compromiso, hay que volver a sus raíces.

De ‘Las 600’ al activismo

«Yo nací en Albacete y estuve allí hasta los 11 años», cuenta. «Vivía en el barrio de ‘Las 600’, cuando en aquella época dieron las casas de protección oficial. Hubo un auge de la venta de drogas y el barrio se volvió muy marginal… tuvimos algunos casos que nos obligaron a irnos», recuerda. Entre ellos, uno especialmente duro: «Mi hermana y yo tuvimos un intento de violación. Ya era muy inseguro vivir allí y decidimos irnos a Granada, porque mi padre es de allí».

Aunque su vida continuó lejos, nunca perdió el vínculo con Albacete. Su madre es albaceteña, «de toda la vida», y parte de su familia sigue residiendo en la ciudad. «Siempre he pasado las navidades allí. Casi todas las navidades las pasaba en casa de mi tío, que vive en Santa Ana», explica. Ahora hace unos cuatro años que no vuelve. «Desde que tengo tantos hijos, las reuniones se hacen en mi casa, en Ceuta», dice. 

Sobre su ciudad natal, guarda un bonito recuerdo. «Me gusta mucho la gente y su sentido del humor», destaca.

Una experiencia límite

La participación de Hanan Alcalde en la Flotilla no fue algo improvisado. «Mi lucha antirracista viene de toda la vida», afirma. Su compromiso con Palestina comenzó siendo adolescente. «Me marcó mucho una visita a Amnistía Internacional, donde vi un mural sobre lo que vivían los palestinos. Y a la vez, los tenían como un país democrático, socio… Nunca entendí esa relación».

Con el agravamiento de la violencia este verano, Hanan sintió que no podía mirar hacia otro lado. «Hice cálculos y dije: ‘Ha muerto un israelí y 100.000 palestinos por cada israelí’. Allí se juegan todos los derechos humanos. Y era o parar ahora el genocida, o no íbamos a parar al genocida de mañana», señala.

Hanan Alcalde / Foto: cedida

Durante semanas, navegó por el Mediterráneo con el resto de la Flotilla, formada por pequeños veleros cargados de medicinas y alimentos. Las condiciones no eran fáciles. «Había barcos muy antiguos, y muchas veces teníamos que remolcarlos. También hubo ataques de drones, enfermedades y hasta un infarto en pleno viaje», recuerda.

Pero lo más difícil, confiesa, fue la parte emocional: «Te estabas dejando la vida, el tiempo, el dinero, el esfuerzo… Y encima estabas siendo acribillada mediáticamente por la causa más noble que ahora mismo representa la humanidad».

Con Greta y Ada en una jaula

Una vez detenidos, las mujeres de la flotilla fueron encerradas en una jaula metálica a pleno sol. Hanan compartió esa experiencia con Ada Colau y Greta Thunberg. «Casualmente siempre coincidíamos Greta, Ada y yo. Y luego, cuando nos separaron, nos separaron además a Greta y a mí», cuenta.

De Greta habla con gran admiración: «Es una niña que tendría que ser la inspiración de todos los jóvenes. Me gustaría que mis hijos se inspiraran en ella. Lleva la lucha por bandera, de manera desinteresada, sin egos. Tiene una mente eficaz y eficiente. Te lanza el lema exacto de lo que estás viviendo en ese momento».

Recuerda especialmente un gesto suyo en medio del caos. «Nos veía en la jaula y decía: ‘Recordad que estamos 57 mujeres encerradas a pleno sol en una jaula de 12 metros cuadrados’. Cálculo rápido. La verdad, impresionante».

«Pensé que no volvía a cas

El punto más crítico llegó durante su detención, cuando la separaron del grupo. «Cuando me pusieron delante de la bandera, dije: ‘Ya está'». A partir de ahí, llegaron las amenazas. «Me decían que iban a dejar que me violasen y que me iban a fusilar. Me costaba entender que una mente humana pudiera construir tres o cuatro oraciones de ese calibre».

Fue el único instante en el que pensó en su vida por encima de la causa. «Pensé: ‘Ya no voy a ser altavoz para estas personas que las están masacrando cada día. Y encima, mis hijos se quedan huérfanos, y cuando salga, ¿mis padres estarán vivos?'».

Una «gran concienci

Pese a todo, considera que la misión ha tenido impacto. «Supimos que la gente estaba en las calles. Nos amenazaban con gasearnos, pero se contenían. Las manifestaciones han sido históricas. Se ha levantado una gran conciencia», dice. 

También ha recibido ataques, especialmente en redes sociales, donde algunos la apodaron de forma irónica ‘Barbie Gaza’. Ella responde sin dramatismos: «Intentan ridiculizar la causa y me utilizan como objeto. Pero ellos son los que quedan retratados. Hombres blancos, criticándome, cosificándome. En Túnez, en cambio, todos los hombres apoyándome, dándome fuerza, diciéndome que no decaiga».

¿Y ahora qué?

Hanan no descarta repetir la experiencia. Su compromiso sigue intacto. «No voy a dejarlo ahora, cuando hay un genocidio en curso», asegura. Y subraya que la batalla más importante se libra también en las redes: «Hay una guerra de relatos. Si generamos la conciencia suficiente, el pueblo puede pararlo. Porque si el pueblo quiere, para la economía en un día».

@familiabdelkader

Desde la miliesina parte de lo que pasa un pelestino cada día de su vida me ha servido para coger más fuerza en esta lucha hasta la libertad de Palestina

♬ sonido original – Familia Abdelkader 🍉

Sobre la falta de respuesta del Gobierno español tras su detención, no esconde su decepción. «No se ha puesto ningún representante en contacto con nosotros. Se ha cometido un crimen de guerra contra ciudadanos españoles y ni una llamada. Solo nos recibieron Sumar, Podemos e Izquierda Unida. Nadie más».

Recuerda con frustración la fragata española que no intervino para protegerlos. «Mandas una fragata y no impides que nos secuestren. Luego reconoces el Estado palestino, pero no reconoces las aguas de Palestina… ¿de qué sirve?», se cuestiona .Y concluye, sin medias tintas: «He puesto Gaza por encima de mi vida».

María López

Nacida en Albacete (1996). Graduada en Periodismo por la Universidad de Castilla-La Mancha. He pasado por Cadena SER, Castilla-La Mancha Media y El Español.
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